No aparecen viviendas y tampoco el dinero Daniela Barragán.--Pasaron ya cuatro años de aquel 13 de septiembre en el que el huracán “Ingrid” y la tormenta tropical “Manuel” desataron una de las mayores crisis en el sureste de México, misma que, desde entonces, ha sido atendida a cuenta gotas. El suceso es ampliamente recordado porque a las imágenes de la gente sin casa y con sus muertos, a la deriva por una lluvia que no cesaba y con el escenario de una región que históricamente ha sido condenada a la pobreza, le antecedieron las de una fiesta para 300 personas que ofreció el entonces Gobernador de la entidad, el perredista Ángel Heladio Aguirre Rivero. Mientras adentro se celebraba, afuera los afectados iban creciendo