𝗘𝗽í𝘀𝘁𝗼𝗹𝗮𝘀 𝗦𝘂𝗿𝗶𝗮𝗻𝗮𝘀


De Julio Ayala Carlos

• 𝘾𝙤𝙣𝙛𝙞𝙖𝙣𝙯𝙖 𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙟𝙪𝙨𝙩𝙞𝙘𝙞𝙖?
CUANDO LAS AUTORIDADES dan la espalda a las víctimas, emergen sentimientos de impotencia, desánimo y frustración que, a la larga, les hacen abandonar sus causas, resignándose a que la justicia divina haga lo suyo. Como consuelo queda que de ésta nadie se libra; llega porque llega, sea aquí abajo o allá arriba. Tarde que temprano.
Asimismo, hay quienes, en su desesperación, se apegan a la “Ley del Talión”, consagrada en el Antiguo Testamento, esa que reza: ojo por ojo, y diente por diente.
Sí. Interprétese este principio primitivo como que la pena debe ser equivalente a la comisión del delito, si es que no idéntica…
Pese al paso de los años y la evolución del Derecho, que en teoría representa un sistema jurídico más humanista para la solución de los problemas sociales y personales, la arcaica Ley del Talión sigue dando ejemplos de magnitud, como el de la “Abuela sicaria”, o el caso que propició la “Ley Camila”, en donde por las fallas de la ley y de quienes la procuran y administran, se hizo justicia por cuenta propia.
Por supuesto que la violencia no es la forma de solucionar los problemas, y más si se aplica por cuenta propia. Si lo fuera, muchos casos, donde el sistema de justicia no funciona, no existirían. El caso de la señora Carlota, legítima dueña de una casa invadida, no tendría que pasar en prisión los últimos años de su vida, ni los invasores estar ya muertos.
¿La razón? Porque la ley ni es pronta ni expedita. Y porque, las más de las veces, quien la procuran y la administran responden al mejor postor.
En consecuencia, algo debe hacerse, y no precisamente elegir a los jueces, por citar un ejemplo, a través del voto popular como habrá de hacerse después de que el 1 de junio próximo se elijan a nivel federal.
Y es que tampoco es aceptable que en pleno siglo 21, la aplicación de las leyes solo se aplique en el papel y en los discursos de gobierno.
Y menos, en donde se protege a los delincuentes, en el caso específico de Emilio García Cárdenas, quien de víctima pasó a ser agresor por la complicidad de ministerios públicos que se amafian con potenciales homicidas.
Un caso más de entre muchos, por los que se hizo una reforma al Poder Judicial con el fin de hacer de la justicia más pronta y expedita, pero también, con justicia social, 
Se trata de la jueza con licencia Yolanda Mora Silva, candidata a magistrada del vigésimo primer circuito con sede en Guerrero del Poder Judicial federal. Como muchos otros guerrerenses, como miles de ellos, fue víctima de secuestro en el 2011 por al menos 20 días, en Atoyac, siendo liberada tras el pago del rescate exigido por los delincuentes, sin apoyo o asesoría de las autoridades que como ocurre siempre, se hicieron “ojo de hormiga”.
Sí. No hubo ninguna intervención de las autoridades en sus tres niveles. En la Fiscalía General del Estado, antes Procuraduría, concretamente en el Ministerio Público correspondiente, “querían cobrar por recibir la denuncia”.
“Viví en carne propia lo que muchas familias han sentido: la indiferencia de las autoridades, de un sistema que debería protegernos. Esa pesadilla marcó mi vida y despertó en mi un compromiso firme: trabajar por una justicia humana, cercana y empática, en favor del pueblo”, dice.
Ojalá y lo logre. Ciertamente hay gente de bien, comprometida con la justicia y la aplicación de la ley. Es lo que se requiere hoy, aunque lamentablemente los malos funcionarios son los más.
Sí. Habrá que darles un voto de confianza a quienes están comprometidos con la justicia, y denunciar, señalar y acusar a los ministerios públicos corruptos, que se amafian con los delincuentes.
Comentarios: ayala.jc30@gmail.com
#𝘌𝘹𝘪𝘨𝘪𝘳𝘭𝘦𝘊𝘭𝘢𝘶𝘥𝘪𝘢𝘤𝘶𝘮𝘱𝘭𝘢.

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