“Hay fentanilo en México y se produce acá”: Ken
𝙈𝙖𝙩𝙝𝙞𝙚𝙪 𝙏𝙤𝙪𝙧𝙡𝙞𝙚𝙧𝙚.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Aparte de sus deseos de "todo lo mejor" a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y su gobierno, y sus muestras de satisfacción por el trabajo efectuado durante sus más de tres años como embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar recalcó que el fentanilo sí se produce en México.
"Hay fentanilo en México y se produce acá", sostuvo el diplomático en su última conferencia de prensa. "El debate de si se produce o no se produce aquí no es adonde tenemos que ir, con todo respeto para el gobierno de México", insistió Salazar, en referencia a los desmentidos lanzados por el gobierno y de simpatizantes de Morena contra un reportaje del New York Times sobre la producción del opiáceo sintético en el país.
El embajador aseveró que, después de haber asistido a numerosas mesas de seguridad con el gobierno mexicano, queda claro que "tenemos que trabajar juntos" para atender el tema del fentanilo. "Desmantelar al Cartel del Pacífico, de Sinaloa, lo estamos haciendo de la mano".
De hecho, Salazar señaló que los líderes de grupos criminales mexicanos seguirán sus procesos legales, cuyos resultados se observarán "en los meses y años adelante". "Hay muchos delincuentes, no solo ellos, que deberían hacer su tiempo en Estados Unidos", agregó, antes de alabar el trabajo de Sheinbaum y su secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch.
Ken Salazar saldrá de México el próximo miércoles, y dejará la embajada --y sus 3 mil 500 empleados-- en manos de Mark Johnson, un experimentado diplomático que asumirá el interinato como encargado de negocios, hasta que se concrete el nombramiento de Ronald Johnson como nuevo embajador del gobierno de Donald Trump en el país.
A Salazar, otrora legislador demócrata, sucederá Johnson, un veterano de la CIA adepto de las políticas de mano dura, quien fue boina verde durante más de 10 años y trabajará bajo las órdenes de Marco Rubio, el próximo secretario de Estado, quien profesa un odio hacia las ideas de izquierda y los gobiernos que las reinvindican.
"Vienen cosas pero no sabemos adónde van", advirtió el diplomático, quien evocó la migración, el tráfico de fentanilo y de armas, o las disputas comerciales en el marco del TMEC, incluyendo el maíz transgénico, el sector automotriz o posibles aranceles.
Sin embargo, trató de enviar un mensaje de "optimismo" hacia la relación bilateral, a la que equiparó como una "familia". "En cada crisis se tiene que dar la oportunidad para hallar solución", aseveró, y agregó que "a largo plazo los mejores resultados siempre vienen cuando se trabaja en conjunto".
El embajador recomendó al gobierno de Sheinbaum identificar los asuntos principales de Trump y "sacar ventaja" de lo que ambos gobiernos podrían hacer en conjunto, como invertir en el sur-sureste de México para frenar la migración; en otras palabras, "trabajando así, viendo qué quiere hacer el presidente electo, ver qué hacer de manera conjunta".
Mark Johnson, por su parte, recordó que ya trabajó durante más de 10 años en México, y recuerda de su experiencia que "hemos tenido éxito y días difíciles". Por ello, auguró que "en el futuro vamos a tener éxito y días difíciles".
Ken Salazar empezó su misión en México tejiendo una estrecha cercanía con el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, al que visitaba con frecuencia en Palacio Nacional. La relación entre ambos se tensó cuando el diplomático criticó la reforma al Poder Judicial de la Federación (PJF), y se rompió tras la captura de Ismael "El Mayo" Zambada en Sinaloa, en condiciones que el gobierno de Estados Unidos sigue sin explicar a su contraparte mexicana. "No me arrepiento de nada", comentó hoy el diplomático.
Después de asumir el poder, Sheinbaum mantuvo vigente la "pausa" en el diálogo presidencial con Salazar, y dejó los asuntos de la relación con Estados Unidos en manos del canciller Juan Ramón de la Fuente. Durante unas semanas, Salazar guardó un bajo perfil público, pero desde el triunfo de Trump en las urnas, en noviembre pasado, el embajador ha ofrecido numerosas conferencias de prensa en el país, en las cuales habló sobre la seguridad, la migración y el comercio, los tres temas principales de la relación bilateral.
En esta suerte de gira del adiós, el diplomático criticó el fracaso de la estrategia de seguridad de Andrés Manuel López Obrador --basada en la consigna "abrazos, no balazos"--, y promovió la idea de las cuatro "cortinas de seguridad", es decir, las áreas en las que Estados Unidos debería concentrar sus acciones para frenar la migración, desde el Darién, en Panamá, hasta la frontera de México, pasando por la frontera con Guatemala y el Istmo de Tehuantepec.
Hoy, después de decirse "muy orgulloso" de su balance al frente de la embajada más grande de Estados Unidos, y de comentar que llevará "en el corazón" su tiempo en México, el diplomático rifó algunos de los sombreros que siempre traía puestos durante sus apariciones públicas. "El sombrero es parte de mi familia", comentó Salazar mientras entregaba los sombreros, firmados por él, a los periodistas insaculados.
"Yo con orgullo vengo del campo", agregó el hombre, quien expresó su agradecimiento y respeto a la "gente mexicana y la soberanía de México". Tras desear "todo lo mejor" a Sheinbaum y su equipo, Salazar sostuvo que hay "mucho más trabajo que hacer en adelante". Pero se llevará a cabo sin él: el diplomático advirtió que, este miércoles, "me voy a mi rancho". (𝘱𝘳𝘰𝘤𝘦𝘴𝘰.𝘤𝘰𝘮.𝘮𝘹).
#𝘌𝘹𝘪𝘨𝘪𝘳𝘭𝘦𝘊𝘭𝘢𝘶𝘥𝘪𝘢𝘤𝘶𝘮𝘱𝘭𝘢.
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