๐๐น๐ด๐ผ ๐ รก๐ ๐ค๐๐ฒ ๐ฃ๐ฎ๐น๐ฎ๐ฏ๐ฟ๐ฎ๐
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“๐๐ถ๐ฎ๐ข๐ฏ๐ข๐ฎ๐ฆ๐ฏ๐ต๐ฆ ๐ต๐ฐ๐ฅ๐ฐ๐ด ๐ฆ๐ด๐ต๐ข๐ฎ๐ฐ๐ด ๐ญ๐ญ๐ข๐ฎ๐ข๐ฅ๐ฐ๐ด ๐ข ๐ฅ๐ฆ๐ด๐ค๐ถ๐ฃ๐ณ๐ช๐ณ ๐ญ๐ข ๐ญรญ๐ณ๐ช๐ค๐ข, ๐ฒ๐ถ๐ฆ ๐ฏ๐ฐ ๐ด๐ถ๐ฆ๐ญ๐ฆ ๐ฆ๐ด๐ต๐ข๐ณ ๐ฆ๐ฏ ๐ฆ๐ญ ๐ฑ๐ฐ๐ฅ๐ฆ๐ณ ๐ฏ๐ช ๐ฆ๐ฏ ๐ญ๐ข ๐ณ๐ช๐ฒ๐ถ๐ฆ๐ป๐ข, ๐ด๐ช๐ฏ๐ฐ ๐ฆ๐ฏ ๐ญ๐ข ๐ฑ๐ฆ๐ฒ๐ถ๐ฆรฑ๐ฆ๐ป ๐ฅ๐ฆ ๐ถ๐ฏ๐ข ๐ง๐ญ๐ฐ๐ณ ๐ข๐ค๐ข๐ณ๐ช๐ค๐ช๐ข๐ฅ๐ข ๐ฑ๐ฐ๐ณ ๐ถ๐ฏ๐ฐ๐ด ๐ญ๐ข๐ฃ๐ช๐ฐ๐ด ๐ช๐ฏ๐ฐ๐ค๐ฆ๐ฏ๐ต๐ฆ๐ด ๐ฅ๐ฆ ๐ฏ๐ชรฑ๐ฐ”.
Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor
corcoba@telefonica.net
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Hay que volver a lo autรฉntico y destronar de nosotros el territorio de lo incierto. Hacen falta gentes de verbo y de bien, personas que alienten y alimenten una gran esperanza y posean, por ello, un fuerte valor y una gran valentรญa. No caigamos, pues, en la desilusiรณn. Ha llegado el momento del afรกn y del desvelo, de aprender de lo vivido y de emprender un largo viaje siguiendo el sueรฑo de la contemplativa mรญstica, el don precioso de iluminar nuestra existencia de reencuentros y hallazgos, fusionando cultos y culturas, antes de que nos arruinemos a nosotros mismos con todo lo que nos rodea. Quizรกs tengamos que recogernos, requerir clemencia, ofrecernos a formar y a conformar familia aquรญ en la tierra, pero con la mirada puesta siempre en el horizonte del verso.
Hemos de volver a ser poesรญa de verdad, revolviรฉndonos hacia sรญ, para conseguir cambiar estrofas vivientes. No podemos continuar con este espรญritu egoรญsta, endiosado a mรกs no poder, precisamos de otro รกnimo cooperante mรกs humilde y de servicio. Sin duda, el modelo colaborativo y cooperativo es una soluciรณn crucial para abordar los desafรญos globales. Por consiguiente, serรก benefactor que las instituciones y agencias de desarrollo promuevan este solidarizado anhelo, centrado en los humanos, lo que requiere juntar voluntades para revivir el entusiasmo, a travรฉs del hรกlito formativo, fortaleciendo capacidades y facilitando ademรกs la colaboraciรณn internacional. Se trata de armonizar entre todos el progreso econรณmico, social y anรญmico de la ciudadanรญa.
Nuestro destino, se ha de sustentar en usar no sรณlo las fuerzas fรญsicas, sino tambiรฉn el ingenio y la perseverancia, como tuvieron los Magos de Oriente emprendiendo un largo viaje siguiendo una estrella, y que supieron arrodillarse ante un niรฑo y ofrecerle sus dones preciosos. Esta lecciรณn de unos corazones postrados en exaltaciรณn, no la podemos olvidar. Pasan los aรฑos, pasa el tiempo, pero el valor de mirar y de vernos por los senderos del mundo estรก ahรญ, iluminรกndonos de inspiraciรณn y alumbrรกndonos de afecto verรญdico. A todo hay que ponerle corazรณn, tambiรฉn a la ciencia y a la tecnologรญa cuรกntica, que inunda todos los รกmbitos de la vida de la sociedad humana, incluyendo el clima, la energรญa, la seguridad alimentaria y el agua limpia.
Ahora bien, tampoco nos desorientemos. Un poder incontrolado, cualquiera que sea, procrea monstruosidades y se torna en contra nuestra. En consecuencia, ninguna mรกquina deberรญa jamรกs dominar a un ser humano, hasta el extremo de poner fin a su vida. Quizรกs tengamos que poner de nuevo en el centro, la dignidad de la persona y batallar porque esa dimensiรณn dominadora deje de existir. Sin embargo, ojalรก que esos cauces nuevos que estรกn ahรญ, para todos, como esa quรญmica cuรกntica que estรก apoyando el desarrollo de nuestras vacunas y medicamentos o esa ciencia cuรกntica fundamental para el desarrollo de nuevos materiales que impulsan la innovaciรณn tecnolรณgica, que ademรกs son parte integral de muchas industrias, sean accesibles para todos.
Son multitud los nuevos signos que se nos acercan, o las nuevas llamadas sumergiรฉndonos en la realidad. Porque cada aurora lleva consigo una ruta vivencial, un quehacer en la innata misiรณn del ser. Lo importante es saber discernir los caminos y tomar el andar adecuado. Desde luego, no es nada fรกcil renunciar a lo que seduce. Los Magos no se dejaron engaรฑar por Herodes. Supieron abrazar el horizonte propicio. Humanamente todos estamos llamados a descubrir la lรญrica, que no suele estar en el poder ni en la riqueza, sino en la pequeรฑez de una flor acariciada por unos labios inocentes de niรฑo. Es, precisamente, esta belleza espiritual la que nos carga las pilas del buen deseo, que no es otro que el cultivo del amor de amar amor; eso sรญ, poniendo el alma en el cielo y los pies en la tierra.
Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor
05 de Enero de 2025
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