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Riadas de conflictos:
ocรฉanos de miedos
“Un paรญs que gasta mรกs dinero en armamento militar que en programas sociales, indudablemente se aproxima al caos; o, cuando menos, a la defunciรณn anรญmica”.
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Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espaรฑol
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Salgamos de la confusiรณn, del territorio de la barbarie y de los bรกrbaros. Asรญ, en el caso de que nos sorprenda algรบn trance entre la realidad y la conciencia, dejemos hablar al corazรณn, que es donde estรก la fuente de lo armรณnico. Ciertamente, vivimos en el despilfarro del odio; y bajo esta malversaciรณn vengativa es difรญcil reconstruir nada, ni reencontrarse uno consigo mismo. Lo que prolifera es el aluviรณn de hechos violentos, dejรกndonos sin aire para respirar y con un sinfรญn de consecuencias dramรกticas. Me quedo con las monstruosas cifras de lo que representan lo mejor de la humanidad, los trabajadores humanitarios que estรกn siendo asesinados a un ritmo sin precedentes. Esta fanatismo es inconcebible y devastador para las operaciones de ayuda; algo que todos necesitamos mรกs pronto que tarde. La humanidad de estas gentes y su coraje para enfrentarse a balas y bombas, debe hacernos repensar en el diรกlogo, que ha de sustentarse en sรณlidas leyes morales, que es lo que favorece la consideraciรณn hacia toda existencia. ¡Menos armas y mรกs alma, pues!
Entremos a cultivar otras atmรณsferas mรกs รฉticas que nos agrupen, con la estima necesaria y el respeto a las diferencias, porque en toda contienda lo que aparece destruido son los vรญnculos, inscritos en la vocaciรณn de la familia humana, que han de fraternizarse, con la quietud de sentirnos acompaรฑados y queridos. Me consta que combatirse a sรญ mismo no es fรกcil, pero es la victoria mรกs bella, porque cualquier pugna es un mal que nos degrada. Por otra parte, a esta empresa de absurdas batallas internas o exteriores, que lo รบnico que generan son muertes y que estรกn siendo impulsadas por el desprecio mรกs cruel hacia todo ser, hay que sumarle la crueldad del hambre, otro crimen mรกs en el contexto de un mundo globalizado que ademรกs debe de enfrentarse a una multitud de desafรญos interconectados, como es la siembra del terror o el persistente cultivo de injusticias. Por lo tanto, es de vital importancia trazar nuevos caminos con sensatas orientaciones, para lograr una paz estable y duradera en todas las zonas de conflicto, tambiรฉn en nuestro espacio interno, con el objetivo de restaurar la dignidad. ¡Dignifiquรฉmonos, entonces!
El escenario no es fรกcil, precisamos la conjunciรณn de pulsos humanitarios haciendo hogar; puesto que las necesidades humanitarias mundiales estรกn creciendo, alentadas por hostilidades devastadoras; a las que hay que aรฑadirle las catรกstrofes climรกticas cada vez mรกs frecuentes, con las consabidas turbulencias econรณmicas. Sea como fuere, tanto la pasividad ciudadana ante la destrucciรณn del espรญritu humano que generan todas las contiendas, como la aceptaciรณn silenciosa del hombre por parte de la sociedad, es una inmoralidad escandalosa y una ofensa grave. Desde luego, no se deben escatimar esfuerzos para poner orden y sacar a la gente de la miseria. Sin duda, ante esta bochornosa realidad, hay que reivindicar con mรกs fuerza que nunca, la centralidad de la dignidad humana, el acceso a los bienes esenciales y la distribuciรณn equitativa de los recursos, como prioridad en todas las agendas polรญticas y sociales del mundo. Un paรญs que gasta mรกs dinero en armamento militar que en programas sociales, indudablemente se aproxima al caos; o, cuando menos, a la defunciรณn anรญmica. ¡Enmendรฉmonos, en consecuencia!
Por desgracia, nuestro mundo evoluciona en una bifurcaciรณn de sensaciones, unas de avance y otras de retroceso, fruto de las contrariedades; de manera que se suelen levantar muros en una tierra, que es de todos y de nadie en particular, para evitar el fructรญfero encuentro entre culturas. No importa que derrumbemos el horizonte del hermanamiento. Los miedos y la inseguridad, hacen que se vaya creando un terreno fรฉrtil para las mafias, que suelen presentarse como protectoras de los olvidados, cuando lo que persiguen son sus propios provechos. Toda una didรกctica pandillera, con una falsa mรญstica corporativa, que lo que crean son redes de sumisiรณn y de obediencia de las que resulta muy difรญcil desprenderse. Ante este panorama, si bien nos cautivan muchos progresos, no advertimos un rumbo realmente de cercanรญa entre anรกlogos. Sin embargo, lo que si prolifera es un culto enfermizo, el de enfrentarnos entre sรญ con una dosis de agresividad social que halla en los dispositivos mรณviles y ordenadores un espacio notorio, obviando que estamos todos en la misma barca.
¡Despertรฉmonos, sin sometimientos!
corcoba@telefonica.net
24 de noviembre de 2024
#ExigirleClaudiacumpla.
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