๐—”๐—น๐—ด๐—ผ ๐— รก๐˜€ ๐—ค๐˜‚๐—ฒ ๐—ฃ๐—ฎ๐—น๐—ฎ๐—ฏ๐—ฟ๐—ฎ๐˜€

 
๐˜พ๐™ช๐™ž๐™™๐™–๐™ง ๐™– ๐™ก๐™ค๐™จ ๐™˜๐™ช๐™ž๐™™๐™–๐™™๐™ค๐™ง๐™š๐™จ
 
“๐˜•๐˜ฐ ๐˜ฑ๐˜ฐ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ฎ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ข๐˜ณ ๐˜ด๐˜ฆ๐˜จ๐˜ถ๐˜ช๐˜ณ ๐˜ค๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ค๐˜ช๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ฅ๐˜ฐ, ๐˜ด๐˜ช๐˜ฏ ๐˜ข๐˜ถ๐˜น๐˜ช๐˜ญ๐˜ช๐˜ข๐˜ณ๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ข ๐˜ฐ๐˜ต๐˜ณ๐˜ฐ๐˜ด, ๐˜ค๐˜ฐ๐˜ฏ ๐˜ญ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ข๐˜ฃ๐˜ฆ๐˜ค๐˜ฆ๐˜ฅ๐˜ข๐˜ณ๐˜ช๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ญ ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ต๐˜ฐ ๐˜บ ๐˜ฆ๐˜ญ ๐˜ฑ๐˜ถ๐˜ญ๐˜ด๐˜ฐ ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜ญ๐˜ข ๐˜ค๐˜ญ๐˜ฆ๐˜ฎ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ค๐˜ช๐˜ข”.

=============================
Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espaรฑol
============================= 

Cuidarse y cuidarnos mutuamente es el primer deber de todo ser humano. Otra de las tareas es ser agradecidos; y, en este sentido, tambiรฉn debemos apoyar a quienes cuidan a los mรกs dรฉbiles, a los enfermos y a los longevos. Por desgracia, nos asiste la inmoral costumbre de pasar de nuestros mayores, de todo aquello que los sistemas de producciรณn excluyen, llegando a abandonar hasta nuestras propias raรญces. Esto debe hacernos repensar sobre el trabajo de cuidados, tanto el remunerado como aquel que no lo es, ante el envejecimiento de las sociedades y los modelos de familias cambiantes. A mi juicio, estas gentes de corazรณn grande, que traen consigo salud y esperanza, desempeรฑan un papel esencial de humanidad, aunque a menudo no reciban ni el reconocimiento ni la remuneraciรณn que merecen. ¡Loรฉmosles!
Son esas personas de bien y bondad, que suelen ser una riqueza humana, porque con sus acciones de entrega y cariรฑo lo que donan es vida, a las que se les debiera intensificar sus medidas de apoyo, para garantizar que tengan realmente acceso a un trabajo en condiciones dignas. En efecto, la economรญa del cuidado crece a medida que aumenta la demanda de servicios de guarderรญa y cuidado de ancianos. Por tanto, generarรก en los prรณximos aรฑos un gran nรบmero de puestos de trabajo. Sin embargo, esta labor social prosigue caracterizรกndose por la ausencia de prestaciones y protecciones, bajos salarios o falta de compensaciรณn, ademรกs de estar expuestos a perjuicios fรญsicos, mentales y, en algunos casos, sexuales. No podemos esperar seguir creciendo, sin auxiliarnos unos a otros, con los abecedarios del respeto y el pulso de la clemencia. ¡Considerรฉmoslo!
Sea como fuere, es importante recuperar la dimensiรณn humanitaria y hogareรฑa, ademรกs de impulsar la justicia social, con los trabajadores de este sector, en continuas desigualdades y apenas sin tiempo para ellas mismas. Respetar los horarios de trabajo, disfrutar del espacio personal y del tiempo para el descanso y los planes de ocio, lo considero fundamental para responder a los cuidados del cuidador y poder favorecer tanto su bienestar como su propia salud. Todas las personas tienen un valor en sรญ y reflejan, cada una a su manera, un rayo de esa sabidurรญa innata, que hemos de descubrir desde la escucha contemplativa de nuestro propio interior. Esta es nuestra misiรณn; porque, en el fondo todos somos guardianes, depositarios de la esperanza y custodios existenciales. De ahรญ, la necesidad de reconstruirnos en un “nosotros”, con un proyecto que nos hermane y un hogar comรบn. ¡Hagรกmoslo!
Tan importante como aprender a reprenderse, es aprender a cuidarse para cuidar a los demรกs. Justo, en este momento, cuando el estrรฉs, la ansiedad y la depresiรณn, nos tritura el propio corazรณn y la mente; hace falta modificar el ambiente laboral y garantizar condiciones de trabajo adecuadas, otorgando remuneraciones dignas y condiciones contractuales estables, creando รกreas donde las gentes puedan conversar, desahogarse y cumplir experiencias de autocuidado. En efecto, uno tiene que comenzar a quererse para poder querer. Asรญ pues, es esencial que nuestras moradas sean rincones inclusivos y acogedores para la supervivencia y, en general, para la fragilidad en todas sus expresiones. La soledad puede ser una enfermedad, pero con la cercanรญa de las pulsaciones y el abrazo sincero ofrecido, podemos curarla. ¡Practiquรฉmoslo!
Desde luego, no hay mejor loa que cuidar a los cuidadores socialmente, que considerarlos parte nuestra en un hacer por hacer, sin esperar nada a cambio, sabiendo que esta prรกctica nos fraterniza, reconduciรฉndonos a concebir para los demรกs lo que quisiรฉramos que nuestros anรกlogos obraran por nosotros. 
corcoba@telefonica.net
02 de octubre de 2024.-
#๐˜Œ๐˜น๐˜ช๐˜จ๐˜ช๐˜ณ๐˜ญ๐˜ฆ๐˜Š๐˜ญ๐˜ข๐˜ถ๐˜ฅ๐˜ช๐˜ข๐˜ค๐˜ถ๐˜ฎ๐˜ฑ๐˜ญ๐˜ข.

Comentarios