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Cuestiones inhumanas odefradantes: A prevenir y erradicar
โPor desgracia, caminamos endiosados a mรกs no poder, sin asumir la cultura del reencuentro
como camino, el espรญritu cooperante como actitud y la sabidurรญa conjunta como mรฉtodo y
criterioโ.
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Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espaรฑol
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Ocuparse y preocuparse por los demรกs, o si quieren, estar como un poeta en guardia al servicio de la causa
por la alianza, es una comprometida labor; pero, de igual modo, una heroica hazaรฑa necesaria en un tiempo de graves
dificultades ante la aglomeraciรณn de desaparecidos durante las hostilidades o periodos de represiรณn en multitud de
paรญses, mรกxime en una รฉpoca todavรญa generalizada de impunidad por la prรกctica continua de cuestiones inhumanas o
degradantes. Sea como fuere, y mirando la situaciรณn del mundo de hoy, urge trabajar por la ecuanimidad y reeducar
en valores para encauzar el camino de lo armรณnico, que es lo que en realidad nos vive y nos revive. Sin embargo, la
tentaciรณn de levantar muros para impedir el abrazo entre culturas, cada dรญa es mรกs explรญcito. Prevengamos el mal y
erradiquemos la indigencia: es, igualmente, un prioritario acto de justicia que pedimos.
La apariciรณn del desplazamiento interno obligado prosigue, incluso las desapariciones forzadas o las
detenciones orbitarias; y, con este cรบmulo de inhumanidades, se acrecientan las torturas y los tratos crueles, realmente
deshumanizadores y deshumanizantes. Toda esta atmรณsfera genera, al mismo tiempo, una sensaciรณn de inseguridad
que sobrepasa la violaciรณn de los derechos humanos, lo que nos demanda una respuesta integral humanitaria que
responda a la superaciรณn de este fenรณmeno agravado en los รบltimos aรฑos. Por otra parte, hasta es motivo de especial
preocupaciรณn, el acoso que sufren en muchas ocasiones los defensores de los derechos humanos, los parientes de las
vรญctimas, los testigos y los abogados que se ocupan de esta realidad feroz. Advirtamos la furia y suprimamos la selva:
es, asimismo, una necesaria acciรณn de amor que precisamos.
El terror cohabita por cualquier esquina, desprecia toda existencia. La violencia no resuelve nunca ningรบn
problema, lo que nos exige repensar y reforzar las fuerzas de paz. Tenemos que romper cadenas como la del odio, que
lo รบnico que engendra es mรกs venganza e injusticias. Indudablemente, hay que llamar a las cosas por su nombre, para
recomenzar desde la evidencia nuestro propio diario viviente. Es cierto que nos hemos globalizado, pero no
hermanado, nos faltan esos aires conciliadores proactivos. Sin duda, nos merecemos el cultivo de otra sociedad
menos empedrada y mรกs de corazรณn, no tan dominadora y mรกs servicial, no tan posesiva y mรกs donante. Ser
responsables y combatir la impunidad, nos acercarรก a retomar otras orientaciones mรกs justas y solidarias.
Notifiquemos la solidaridad y anulemos el egoรญsmo: es, ademรกs, de un buen hacer, un mejor obrar.
Ningรบn esfuerzo que suponga el fin a los abusos de poder o a las violaciones de los derechos humanos, han
de interrumpirse, si en verdad queremos estimular una inserciรณn de concordia bajo este horizonte universal. Serรก
bueno comenzar, por consiguiente, escuchando a las filiaciones de las personas desaparecidas, un problema colectivo;
de la sociedad en su conjunto y de toda la humanidad. En consecuencia, considero que la maldad mรกs grande hacia
nuestros anรกlogos no estรก ubicada entre ceja y ceja, sino en tratarlos con desprecio e indiferencia. ยฟHabrรก barbarie
mรกs grande? Por desgracia, caminamos endiosados a mรกs no poder, sin asumir la cultura del reencuentro como
camino, el espรญritu cooperante como actitud y la sabidurรญa conjunta como mรฉtodo y criterio. Aconsejemos la bondad y
exterminemos la malicia: es, igualmente, un necesario modo de morar que reivindico.
Las familias deben estar en el centro de todo y de todos. Haciendo comunidad es como se aviva la relaciรณn.
En el fondo, no lo olvidemos jamรกs, son las relaciones entre semejantes lo que imprime en nosotros sentido vivencial.
Otra cuestiรณn a considerar es la grandeza de la ciudadanรญa, como miembros valiosos de la estirpe humana, que
tambiรฉn va a estar en comuniรณn directa a la evidencia de su fuerza moral. En este sentido, en parte debido a la
brutalidad vertida, la parentela y los amigos de las personas desaparecidas, van a sufrir una perenne angustia mental,
ignorando si la vรญctima vive aรบn y, de ser asรญ, donde se halla recluida, en quรฉ condiciones y cuรกl es su estado de salud.
De ahรญ, la importancia de que estas inseguridades dejen de cohabitarnos antes de que el desasosiego nos amortaje mar
adentro, sin haber aprendido a reprendernos, que serรก un modo de valorar la vida.
corcoba@telefonica.net
28 de agosto de 2024.
#ExigirleClaudiacumpla.
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