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Una Historia de Amor con Jesรบs
(Queremos ver tu rostro y continuar el rastro providencial. Con el pan de la imperecedera savia espiritual, nos saciamos de verdad, prueba de nuestra restauraciรณn. Sรณlo hace falta que la bรบsqueda sea autรฉntica y nos abandonemos al Ser Supremo, que es el que nos renueva la mente y nos repone el entusiasmo vivencial. Ademรกs, Jesucristo es el viviente amor de amar amor, el cรกliz de eterna salvaciรณn, que nos acompaรฑa en el camino y vivifica los andares).
I.- LABORAD POR EL MISTICISMO;
Cuando uno se despoja de mundo,
y hace suya la imagen de lo veraz,
uno deja de vivir para uno mismo,
entra en comuniรณn con los demรกs,
modelando su vida en la de Cristo.
Precisamos explorarnos y cambiar,
satisfacer la firmeza con la certeza,
formarse al deseo sublime de Dios,
rechazando los vacรญos y los vicios,
respondiendo a una sana evoluciรณn.
Nada puede estancarse en los dรญas,
nos valemos de una esencia nueva,
la de perseguir a la cruz redentora,
que es la que nos colma de alegrรญa,
y la que nos calma segรบn su querer.
II.- TRABAJAD POR EL ALIMENTO;
QUE PERDURA Y NOS PERDONA
Ganarse el pan que no se termina,
el que nos alienta y nos alimenta,
es lo que nos hace mรกs hermanos,
menos de aquรญ abajo y mรกs amor,
que es lo que nos modifica el ser.
Lo primordial radica en hallarse,
en oรญrse y en percibirse penitente,
en reencontrar lo que da sentido,
que no es otro que el plan celeste,
como obra que hemos de amparar.
La fe es fundamental cohabitarla,
siguiendo el axioma de la caridad,
fundamento de nuestra esperanza,
razรณn del verdadero rostro divino,
un don que el Creador nos ofrece.
III.- LUCHAD POR EL MORTAL;
QUE PERSISTE Y NOS PERPETรA
Lo mortal hay que inmortalizarlo,
glorificarlo y expandirlo de luces,
acogerlo y recogerlo de negruras,
alzarlo y realzarlo de buen hรกlito,
vivirlo y revivirlo con el espรญritu.
Ahuyenta, Seรฑor, con tu destello,
con la luz diurna de tu sabidurรญa,
las tinieblas fรบnebres de la mente,
para que avivados por tu bondad,
te sirvamos con fuerza renovada.
Te pedimos que aquella belleza
anรญmica, que tu ardor nos injerta,
nos haga ver la virtud que somos,
de tal manera que el ser humano,
viva el edรฉn con Jesรบs en el alma.
Vรญctor CORCOBA HERRERO
03 de agosto de 2024.-
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