𝟮𝟵 𝗮ñ𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝘃𝗶𝗱𝗮 𝙇𝙖 𝘾𝙧ó𝙣𝙞𝙘𝙖;𝟭𝟵 𝗮ñ𝗼𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝗳𝗮𝗹𝗹𝗲𝗰𝗶ó 𝗘𝗻𝗿𝗶𝗾𝘂𝗲
𝘊𝘰𝘯 𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘺 𝘳𝘦𝘤𝘶𝘦𝘳𝘥𝘰 a 𝘮𝘪 𝘩𝘦𝘳𝘮𝘢𝘯𝘢 𝙇𝙤𝙧𝙚𝙣𝙖, mi cuñado 𝗙𝗿𝗮𝗻𝗰𝗶𝘀𝗰𝗼 𝗝𝗼𝗲𝗹, 𝘮𝘪𝘴 𝘴𝘰𝘣𝘳𝘪𝘯𝘰𝘴 𝗝𝗼𝗲𝗹 𝗘𝗻𝗿𝗶𝗾𝘂𝗲, y 𝘿𝙖𝙣𝙞𝙚𝙡 𝘼𝙡𝙚𝙟𝙖𝙣𝙙𝙧𝙤, 𝘧𝘢𝘭𝘭𝘦𝘤𝘪𝘦𝘳𝘰𝘯 𝘦𝘭 13 𝘥𝘦 𝘮𝘢𝘺𝘰 𝘥𝘦𝘭 2023 𝘦𝘯 𝘌𝘴𝘵𝘢𝘥𝘰𝘴 𝘜𝘯𝘪𝘥𝘰𝘴.
𝙅𝙖𝙫𝙞𝙚𝙧 𝙁𝙧𝙖𝙣𝙘𝙞𝙨𝙘𝙤 𝙍𝙚𝙮𝙚𝙨.ACAXTLAHUACAN, PUE., 19 de Junio de 2024.—Con sentimientos encontrados, conmemoramos dos fechas importantes en mi vida periodística y familiar, hace 29 años nació 𝙇𝙖 𝘾𝙧ó𝙣𝙞𝙘𝙖, 𝙑𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙩𝙞𝙣𝙤 𝙙𝙚 𝘾𝙝𝙞𝙡𝙥𝙖𝙣𝙘𝙞𝙣𝙜𝙤 y hace 19 años falleció mi papá Enrique Francisco Melchor, y hoy estuve con él platicando, llorando y pidiéndole sus bendiciones, también tuve un encuentro con mi abuelita longeva, María Leonor Melchor Navarrete que dejó este mundo a los 116 años, mi hermano menor Mario hace cinco años y la mayora Cira hace dos años, todos en el mismo panteón de ésta bullangera población del sur de la mixteca poblana, México.
Desde las ocho de la mañana de hoy ombligo de semana emprendí solitariamente mi camino hacia el cementerio local, pasé al negocio de venta de flores para llevar aroma, estaba cerrado, esperé un momento, abrieron, no hubo, que hasta mañana jueves, solamente veladoras y les llevé luz a mis fieles difuntos.
Para llegar al panteón me atavié de unos huaraches de correa cruzada, anticipándome de que sería complicado caminar por ese sendero, no estaba equivocado entrando a la calle de terracería, como llovió fuerte en la noche, había mucho lodo, así que mi calzado se volvió una verdadera "torta" de tierra colorada.
El único rastro fresco en la amplia calle, que había pasado un pesado tractor, pesuñas de un burro y un perro, entonces buscando piso firme para continuar mi camino hacia el panteón.
Lo bueno que no me llevé a mi mamá Clara Reyes Navarrete para que me acompañara, me hubiera metido en un verdadero brete ante lodazal, porque no entraría el alquilado servicio de mototaxi, pero con su sabiduría, anticipadamente ella cumplió con visitar a sus recordados difuntos, el pasado 27 de mayo, con quienes platicó, les llevó flores y veladoras, por su avanzada edad, ya les dijo que serán escasas veces que llegue al cementerio, pero no se olvida, cuando pueda mandará luz, aroma y cuando no, les encenderá sus veladoras en su casa ubicada en el barrio de San Felipe de Acaxtlahuacán, en donde es querida y respetada.
Ya dentro del cementerio encontré una señora acompañada de un jovencito poniendo flores y veladoras y otra persona que arreglaba la tumba de su ser querido con un taladro que estaba colgado con un “diablito” de un poste de luz ubicado desde la entrada, y animado con música de su grabadora a todo volumen para hace placentera su jornada.
Ninguno de ellos se dio cuenta de mi presencia.Éramos los únicos seres humanos, visitando muy temprano a nuestros fieles difuntos, bajo un fresco clima y el sol entre un cielo nublado, yo con mis huaraches de correa ancha pesados por los “panes” de lodo.
Esta localidad bullanguera la conozco desde hace 50 años, por los viajes a pincel y por tierra con varios días caminsndo acompañando a mi padre a vender el ganado cabrío desde Teticic hasta Piaxtla, Puebla, pasando por Ixcamilpa, Cuacalco, Acaxtlahuacán, Tulcingo de Valle, Tecomatlán, Chinantla y Piaxtla y seguramente le gustó la región y el trato hospitalario de la gente, seguramente, fue lo que lo convencieron, al igual que los familiares paternos, por ello decidieron emigrar de Teticic, a este lugar de Albino Zertucha, seguramente aplicando la máxima popular “no en donde nacen, sino donde la pasen”.
Los originarios de la pintoresca y risueña localidad de Teticic, municipio de Olinalá, región de la montaña de Guerrero, llegaron a estas tierras del sur de la mixteca poblana, comprando terrenos para vivir y después para sembrar productos agrícolas.
Como mi padre era comerciante, solo adquirió un predio que hasta el día de hoy vive mi santa madre Clara Reyes Navarrete, llegó a sembrar maíz en parcelas rentadas y como el temporal era más generoso que el actual, sacaba sus cargas de maíz para comer todo el año.
Mis padres llegaron a este lugar y la adoptaron como su segunda tierra Acaxtlahuacán, cabecera municipal de Albino Zertuche, Puebla, hace más de 40 años, mi padre Enrique Francisco Melchor, como comerciante de compra y venta de chivos lo inspiró venirse a vivir con mi mamá, Clara Reyes Navarrete, quien el 12 de agosto, cumplirá 92 años, eso es lo que ahora me tiene por estos lares, sin dejar de hacer lo que me gusta hasta el último día de mi existencia, reporteando la noticia, ahora en el medio rural, en otro pedacito de mi patria, México.
Hace 29 años, un 19 de junio de 1995, vio por vez primera por la tarde, 𝙇𝙖 𝘾𝙧ó𝙣𝙞𝙘𝙖, 𝙑𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙩𝙞𝙣𝙤 𝙙𝙚 𝘾𝙝𝙞𝙡𝙥𝙖𝙣𝙘𝙞𝙣𝙜𝙤, era un año de crisis por el error de diciembre, no había elecciones, y lo más importante, sin padrino político, los amigos nos desearon duración de muchos años porque conocen nuestro temple y trabajo, como siempre y los infaltables, salieron nuestros detractores cuando mucho tres meses de vida nos daban, pero nuestra tenacidad para mantener los gastos duró 25 largos años con empleados, pago de insumos, servicios y hasta ahora cubriendo impuestos al Servicio de Administración Tributaria, se cubría con la venta de periódicos y publicidad.
Con orgullo podemos escribir ahora que nuestro vespertino se imprimió físicamente en tamaño estándar en blanco y negro de cuatro páginas en sus propias oficinas y talleres de 𝙇𝙞𝙣á𝙡𝙤𝙚 𝙄𝙢𝙥𝙧𝙚𝙨𝙤𝙨 ubicadas en la manzana 4, lote 20, fraccionamiento “Unidos por Guerrero” de Chilpancingo, capital de Guerrero, de lunes a viernes, durante 25 años, pero lamentablemente vino la pandemia del Covid 19, como todas las empresas guerrerenses y mexicanas, cerraron intempestivamente en el 2020.
El cambió tecnológico a La Crónica, Vespertino de Chilpancingo llegó desde el 27 de marzo del 2020, adoptando las nuevas tecnologías y hasta hoy 19 de junio del 2024, estamos haciendo periodismo digital, todos los días, sin importar descansos obigatorios, fines de semana y días festivos, nuestra misión es informar con responsabilidad y apegado a la realidad de los hechos de los acontecimientos, en donde quiera que estemos siempre habrá noticias para nuestros exigentes lectores, ahora lo hacemos desde Acaxtlahuacán, cabecera municipal de Albino Zertuche, Puebla, cubriendo también información de ésta entidad federativa, que va a estrenar gobernador del estado en diciembre. del presente año, ya veremos como trata a la prensa.
De los cuatro años de la era digital, al menos tres aniversarios con el de hoy hemos pasado en esta bullanguera ciudad de Acaxtlahuacán con más de 2 mil habitantes, quienes nunca se imaginaron que llegaría un periodista a radicar por algún tiempo por cuestiones familiares.
Ahora sin fiesta de aniversario con estridencia, sin invitados, sin música, porque aquí se acostumbra visitar la tumba de sus muertos con música, nosotros lo hicimos de manera discreta a nuestro progenitor Enrique Francisco Melchor.
Cuando escribimos de que hoy es una fecha con sentimientos encontrados, porque hace 19 años, era domingo, se cumplían 10 años de haberse fundado con mucho esfuerzo y trabajo 𝙇𝙖 𝘾𝙧ó𝙣𝙞𝙘𝙖, 𝙑𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙩𝙞𝙣𝙤 𝙙𝙚 𝘾𝙝𝙞𝙡𝙥𝙖𝙣𝙘𝙞𝙣𝙜𝙤 que hoy está cumpliendo largos 29 años sin vivir de la publicidad oficial de los tres niveles de gobierno, eso nos permite hacer periodismo independiente hasta ahora.
Recordamos perfectamente que hace 19 años, mi padre falleció un sábado 18 de junio como a las siete de la mañana, lo velamos y al siguiente era domingo de descanso, el décimo aniversario de nuestro combativo vespertino y “Día del Padre”.
Por la celebración del “Día del Padre” en este pueblo bullangero de Acaxtlahuacán a través de sus radios locales (altoparlantes) inundaban de complacencias con mañanitas y canciones, ordenadas por los hijos radicados en los Estados Unidos para sus progenitores.
En tanto, yo junto con mi familia, vecinos, amigos y compadres, cargábamos el féretro de mi señor padre Enrique Francisco Melchor, primero del domicilio del barrio de San Felipe a la misa de cuerpo presente en la iglesia del santo patrono Jesús de Nazaret, y de ahí partimos caminando al panteón municipal para darle cristiana sepultura, cuando apenas eran escasos moradores, hoy en día ya casi no hay espacio.
Confieso que hasta el día de hoy no habido una persona que me explique y convenza, porque se juntaron esos momentos en mi vida personal y profesional periodística, que no lo he podido, ni lo podré superar, porque me marcó de por vida.
Me doblo, pero no me quiebro con tantas cosas que han sucedido en el círculo del núcleo familiar, de lo que si estoy seguro, que el trabajo de periodista en donde quiera que esté, lo seguiré haciendo con mucha responsabilidad y profesionalismo como comunicador, me hago responsable de todo lo que escribo y del medio de información que dirijo, con la experiencia de 40 años a cuestas ejerciendo un periodismo libre e independiente, en la que no conocemos la censura y quienes lo pretendan descalificar es porque no conocen la trayectoria que nos respalda.
Ahora, en lugar de hacer aquellas fiestas y comelitones, que las llegamos hacer durante 15 años para convivir y hacer saber de la existencia de 𝙇𝙖 𝘾𝙧ó𝙣𝙞𝙘𝙖, 𝙑𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙩𝙞𝙣𝙤 𝙙𝙚 𝘾𝙝𝙞𝙡𝙥𝙖𝙣𝙘𝙞𝙣𝙜𝙤, eso ya pasó y queda como registro de la historia de nuestro medio y más ahora que radicamos lejos de nuestra capital de Guerrero.
Ese par de fechas nos han marcado nuestro camino, hoy mitad de semana lo celebramos en austeridad, en silencio, con una visita al panteón, solo, sin acompañamiento, sin que nadie se enterara de nuestros sentimientos encontrados, pero felices espiritualmente.
Debo confesar que visitar el panteón de Acaxtlahuacán, fue confortante, porque platiqué, lloré y le pedí a mi padre Enrique Francisco Melchor sus bendiciones, que me proteja, me ilumine todo los días en mi trabajo, en todo momento acompañado de su inseparable caballo y toro.
También le pedí bendiciones para mi mamá Clara Reyes Navarrete, mi esposa Anselma González Solano, y mi hijo Jorge, en donde quiera que esté, mis hermanos Domingo, que vive en Chilpancingo, y viene también de visita a este pueblo, Saúl y Enrique quienes radican en los Estados Unidos.
Con 40 años ejerciendo el periodismo con mucho profesionalismo y 29 años dirigiendo con responsabilidad. La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, siempre contando con su apoyo incondicional de mi entrañable hermano Domingo Francisco Reyes, quien abrazó esta noble profesión mal pagada, mal vista y mal correspondida, pero lo más importante, la satisfacción de darle voz a los sin voz y también me ha apoyado en esta labor mi esposa, la enfermera Anselma González Solano, mi gratitud fraterna.
En 𝙇𝙖 𝘾𝙧ó𝙣𝙞𝙘𝙖, 𝙑𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙩𝙞𝙣𝙤 𝙙𝙚 𝘾𝙝𝙞𝙡𝙥𝙖𝙣𝙘𝙞𝙣𝙜𝙤 no hacemos periodismo de mercenarios, cumplimos con nuestra misión de informar con honestidad, por ello en donde quiera que se para un representante de esta publicación, ahora digital, es respetable, aunque nunca faltan los ignorantes detractores, que descalifican a priori nuestra labor informativa, los entendemos, seguramente por falta de cultura y su excesiva ignorancia del sacrificio que hacen las personas que se dedican a esta noble profesión del periodismo que muchas veces dejan a sus familias para cumplir con su trabajo de informar.
Con mucho orgullo podemos sostener que hasta ahora 𝙇𝙖 𝘾𝙧ó𝙣𝙞𝙘𝙖, 𝙑𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙩𝙞𝙣𝙤 𝙙𝙚 𝘾𝙝𝙞𝙡𝙥𝙖𝙣𝙘𝙞𝙣𝙜𝙤 es reconocida local, regional, nacional y hasta en el extranjero, en Guerrero hemos recibido premios estatales de periodismo “Ignacio Manuel Altamirano”, por editorial, columna, reportajes, artículos de fondo, nota informativa y reconocimientos estatales “Juan R. Escudero” por la Universidad Autónoma de Guerrero y en lo personal un reconocimiento por mis 35 años de vida ininterrumpida de periodista por el “Club de Primera Plana” en la Ciudad de México
Por el 29 aniversario de la fundación de 𝙇𝙖 𝘾𝙧ó𝙣𝙞𝙘𝙖, 𝙑𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙩𝙞𝙣𝙤 𝙙𝙚 𝘾𝙝𝙞𝙡𝙥𝙖𝙣𝙘𝙞𝙣𝙜𝙤 y por los 19 años del fallecimiento de mi padre Enrique Francisco Melchor, si viviera el próximo 31 de julio (día de San Ignacio de Loyola) estaría cumpliendo 94 años de vida puesto que murió a los 75 años de edad, por ello hoy estuvimos en el panteón solos platicando y se quedó aquí como su tierra adoptiva, no se regresó a su tierra natal Teticic, municipio de Olinalá, Guerrero.
Tan grata fue la mañana de hoy miércoles 19 de junio, que anduve de visita de tumba en tumba, platiqué con mi hermano menor Mario Francisco Reyes, murió a la edad de 52 años el 9 de marzo del 2019, hace cinco años, vivió parte su vida en la ciudad de México, le gustó mucho la gastronomía.
Igualmente platiqué de todo con mi hermana mayor, Cira Francisco Reyes, quien falleciera el 27 de marzo del 2022, escasamente 2 años, en esta localidad poblana, en donde procreó a sus hijos con su esposo Teodomiro Silva Rodríguez, quien vive y sigue en sus labores del campo.Todos viven, Benita, Misael, María, Ayerim Nayely, Gabriel y Humberto.
Tuve un grato encuentro con mi abuelita María Leonor Melchor Navarrete, quien vivió largos 116 años, me contó como pasó la revolución mexicana, como llegaban los calzonudos zapatistas, falleció el 25 de septiembre de 2014, hace 10 años, juntos también recordamos siendo chamaco, cuando hacíamos los largos viajes a Chilapa de Alvarez con mi inolvidable tío Ezequiel Francisco Melchor, que me quería como su hijo y me llevaron a vender productos agrícolas (chile, frijol y semilla de calabaza) como novel comerciante, al otrora bonito tianguis dominical que se instalaba en la explanada “Adolfo López Mateo” en pleno centro de la levítica ciudad.
Igualmente platicamos ampliamente con mi tío Santiago Melchor Navarrete, quien falleció el 27 de mayo del 2017, escasos 7 años, recordando como era Acaxtlahuacán como llegó aquí y como era hace 50 años casas de adobe, con teja colorada, sin embargo en la actualidad las construcciones son de material industrializado. No le llevamos mariachi, como el mes pasado lo hizo mi primo Samuel Melchor Castillo, apoyado por sus hermanas y hermanos que viven en los Estados Unidos, ese día estuvo presente su viuda, la tía, Gertudris Castillo Reyes, y por cierto me invitó a emitir un mensaje de agradecimiento a los asistentes a nombre de la familia.
Que más jolgorio, con ese encuentro espiritual familiar con los que viven en el más allá, nos reencontramos, recordamos anécdotas, pasajes y regaños cuando éramos imberbes pubertos, para mi en lo personal, sentí hoy miércoles una excelente ambiente de convivencia, con renovada vibra con mis seres queridos que se han adelantado un poquito en el camino y que en vida me apreciaron y los quise mucho, tanto que los sigo recordando con mucho afecto y cariño.
El pasado lunes 17, hace tres días mi sobrina Ayerim Nayely Silva Francisco, les llevó luz y aroma, por lo que las tumbas tenían adornos, como una demostración que nuestros fieles difuntos, no están olvidados por nadie.
Para mi hoy en lo personal, me sentí confortado, aunque no tuve respuesta de ese monologo, espiritualmente sentí que hubo una gran fiesta como las de antaño, festejando el aniversario del periódico, aunque yo en lo personal, nunca festejé, ni ahora “Día del Padre”, menos en los últimos 19 años con la partida de mi progenitor.
No podemos dejar de lado el agradecimiento y reconocimiento público a todos los colaboradores incondicionales, que hacen posible la publicación diaria de La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Norma Patricia Rodríguez Reyes, Antonio Cantú Rendón, Marco Antonio Toledo Jaimes, Jorge Octavio Vargas Sandoval, René Ignacio Hernández Meneses (Nachos), Nicasio de Jesús Chepe, Sergio Mota Sánchez, Jorge Octavio Vargas Sandoval, Abieser Bandera Santana, Víctor Córdoba Herrero de España, Jesús Pastenesd Hernández, Teodomiro Ortega de la Cruz, Jesús Anzúres Torres, César González Guerrero, Fernando Hinterholzer Diestel, Angel Gabriel Francisco Guerrero, Salomón Flores, Armando Leyva.
Por supuesto se les agradece la solidaridad de las autoridades de la Universidad Autónoma de Guerrero, en estos tiempos cruciales que se enfrenta como medio de comunicación independiente.
El compromiso que asumimos es seguir haciendo lo que nos gusta informar de los acontecimientos políticos, sociales y económicos, pero sobre todo estar en todo momento al lado de las causas nobles del pueblo, aunque causemos incomodidad a los poderosos y de los gobiernos en sus tres esferas.
Sigamos adelante, hasta que el arquitecto del universo nos lo permita, siempre informando con la verdad y veracidad a la población de lo que ocurre cotidianamente.
Nuestras páginas siempre estarán abiertas a todas las opiniones, nos gusten o no estemos de acuerdo, en todo momento respetando el derecho de informar y ser informados. ¡Salud!
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