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Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espaรฑol
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Estรก visto que nos necesitamos unos a otros. Ademรกs, cuidado con la hoguera que actives contra tu anรกlogo, no sea que se extienda el fuego contra ti mismo. Al mismo tiempo, custodia tu codicia, puedes ascender pero tambiรฉn descender hasta arrastrarte. รnicamente quien sabe preservar lo ajeno puede salvaguardar lo propio. Al fin y al cabo, lo importante es saber mirar y ver, para poder encauzarse a travรฉs de un juego de miradas que se abrazan y se funden. No dejemos que se acumule el oleaje de dolor en nuestras vidas, el sufrimiento y las heridas que causa la soledad en los hogares, descubrรกmonos dejรกndonos acompaรฑar, con paciencia y confianza en la acciรณn de nuestras propias habitaciones interiores. A propรณsito, me quedo con el dictamen de Francisco de Quevedo, sembrado por la paradisiaca zona manchega de Torre de Juan Abad, que aรบn hoy resuenan por sus idรญlicos caminos: โLos que de corazรณn se quieren sรณlo con el corazรณn se hablanโ.
La asistencia es primordial. Hagamos comuniรณn de latidos en medio del desconcierto. Todos estamos llamados a una misiรณn, la de sustentarnos en la comprensiรณn mutua, sosteniรฉndonos con sentido responsable siempre. Sin comunidades adheridas a la senda de la vida, las familias se sienten solas y el aislamiento es el mayor de los calvarios. Necesitamos los pulsos del alma coaligados, descubrir el oxigeno viviente del verso y la mรญstica palabra, reencontrarnos con la providencia, que es la que nos ha dado el sueรฑo y la esperanza como compensaciรณn a los cuidados existenciales. Desde luego, precisamos mรกs socorristas que nunca hacia los necesitados, los que estรกn solos en sus casas, aquellos que tienen problemas familiares y no saben con quiรฉn hablar, o a quรฉ puerta llamar para ser atendidos y entendidos, porque la cobardรญa se lo impide o han perdido la ilusiรณn por vivir. Desvivirse por los demรกs, sin duda, es el mejor obrar.
En efecto, hemos de fomentar el mundo de las relaciones afectivas, haciรฉndolas efectivas y en modo de continuidad. La importancia de ayudarse y de establecer conexiรณn, con el alma siempre en guardia que es la que nos sacia y protege, nos hace mรกs humanos, porque donde reina el amor verdadero, allรญ estรก la felicidad. No la busquemos haciendo solitarios. A toda la especie pensante nos pertenece reconstruir vรญnculos e injertar anhelos sociales. Por desgracia, solemos echar la mirada hacia lo propio, olvidando que hay cosas que son de todos y que debemos cuidar. Compartir los miramientos es tarea que nos harรก saltar de alegrรญa, sin embargo tendremos que tener prudencia por si alguien se le ocurre quitarnos la tierra debajo de los pies. Indudablemente, cualquier escenario es posible por aquรญ abajo. De ahรญ la necesidad de globalizarnos, oyรฉndonos los latidos entre sรญ, para hermanarnos. Los amigos verdaderos son el mรกs grande de los tesoros y el que menos nos solemos afanar por cultivar.
El ser humano, por sรญ mismo no hace nada, se muere entre sus miserias. Requerimos de los cuidados del amor hasta para sonreรญr y llorar, para reencontrarnos y hallar una respuesta a lo que soy y por quรฉ existo. Bajo este abandono, las situaciones son tan terribles como temibles, por todos los puntos cardinales. Hemos perdido el rumbo. Tenemos que revolvernos contra nosotros mismos, trabajar en la reparaciรณn por el aluviรณn de males cometidos y de los daรฑos causados. Serรก un acto de justicia universal donarse y enmendarse, salvaguardar la vida social, sentir la brisa conciliadora, reconciliada de sentimientos. Ganaremos paz en nuestras propias entraรฑas, reconociรฉndonos culpables y pidiendo clemencia. Reivindicar la tolerancia, nos reabre el diรกlogo sincero, con el manifiesto lingรผรญstico, de restablecer la sujeciรณn en el espรญritu fraterno. De este modo, iremos mejorando las atmรณsferas y aquello que no pueda subsanarse del todo, con el cariรฑo del acompaรฑamiento, nos harรก soportable la herida.
corcoba@telefonica.net
05 de mayo de 2024.-
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