Reflexiones sobre el Día de la Niña y del Niño
Esforcémonos en hacer de nuestra familia, un hogar, que sea santuario de nuestros cariños, el venero de nuestras ilusiones, el guardián de nuestras buenas costumbres. No hagamos de nuestros pesimismos, la bandera de nuestras excusas, ni el soporte de nuestros pretextos.
Hacemos un llamado a los tres órdenes de gobierno, a frenar programas televisivos que en lugar de educar a la niñez estudiosa, la deforman con programas donde la violencia es el ingrediente vital que las inspira.
Rechazamos a una sociedad cuyo poder público, no es capaz de regular las páginas de internet, donde tantos y tantos niños caen en prostitución infantil.
Denunciamos las terribles irregularidades de niños que carecen de familia, pero nos pronunciamos por políticas públicas que no sólo utilicen a los niños como temas discursivos, sino como prácticas constantes de modelaje de una sociedad que se renueva constantemente en cada uno de sus hombres.
En cada niño que traga gasolina en las paradas de las grandes avenidas, en cada niño que se acuesta sobre vidrios para ganarse una propina, está quizás el reto de los gobiernos, de contribuir a legar a nuestras niñas y niños, un país, más grande y generoso.
Respetuosamente.
J. Jesús Pastenes Hernández.
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