๐๐น๐ด๐ผ ๐ รก๐ ๐ค๐๐ฒ ๐ฃ๐ฎ๐น๐ฎ๐ฏ๐ฟ๐ฎ๐
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“๐๐ฐ๐ฏ๐ต๐ฆ๐ฎ๐ฑ๐ญ๐ฆ๐ฎ๐ฐ๐ด, ๐ฒ๐ถ๐ฆ ๐ญ๐ข ๐ท๐ช๐ฅ๐ข ๐ฑ๐ฐ๐ณ ๐ดรญ ๐ฎ๐ช๐ด๐ฎ๐ข, ๐ฆ๐ด ๐ถ๐ฏ๐ข ๐ต๐ข๐ณ๐ฆ๐ข ๐ค๐ฐ๐ฏ๐ซ๐ถ๐ฏ๐ต๐ข ๐ฅ๐ฆ ๐ญ๐ข ๐ฒ๐ถ๐ฆ ๐ฏ๐ข๐ฅ๐ช๐ฆ ๐ฑ๐ถ๐ฆ๐ฅ๐ฆ ๐ฅ๐ฆ๐ด๐ฎ๐ฆ๐ฎ๐ฃ๐ณ๐ข๐ณ๐ด๐ฆ”.
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Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espaรฑol
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En nuestra hoja de ruta debe estar presente, tambiรฉn nuestra propia contribuciรณn, a restablecer un clima de concordia. Hemos venido a la tierra con el empeรฑo de conciliar y reconciliar vรญnculos, de hacer y rehacerse como familia, de generar hogar y de instituir la paz como avance para poder caminar fusionados. Este quehacer natural, desde luego, tiene que fortalecer otro espรญritu, muy contrario al actual, si en verdad queremos asegurar nuestro futuro comรบn. Para empezar, la disuasiรณn ha de ser algo prioritario en todas las agendas del mundo; y asรญ, podremos poner fin a la multitud de conflictos armados. Sin duda, nos merecemos contar terceras historias y activar lozanas biografรญas menos dolorosas y mรกs recargadas de verdad. Esto nos exige tomar conciencia, cada cual consigo mismo, para abrirse a la escucha de los demรกs, que es como realmente se alcanza la cogniciรณn, poblรกndonos de ideas y repoblรกndonos de sueรฑos.
Puede que las heridas sean profundas, pero no las podemos continuar agrandando. Tenemos que entrar en sintonรญa unos con otros, propiciar distintos ambientes mรกs armรณnicos, abrazando sonrisas para secar lรกgrimas, sabiendo que no hay paz sin desarme y que no hay desarme sin reconciliaciรณn. La mejor justicia es la enmienda y el perdรณn. Lo que no guarda sentido es la acumulaciรณn excesiva de armas convencionales, amparadas por un trรกfico ilรญcito, o el uso de instrumentos explosivos en zonas pobladas, poniendo en grave peligro a la poblaciรณn civil. A este descontrol hay que sumarle las tecnologรญas armamentรญsticas emergentes e inesperadas, o los aparatos de destrucciรณn masiva como los dispositivos nucleares, que continรบan siendo la gran amenaza para la humanidad. Ante este panorama de crueldades reinantes o que se avecinan, apremia como obligaciรณn, reanudar entre las partes implicadas cualquier tipo de negociaciรณn diplomรกtica que nos lleve al entendimiento global.
Comprendรกmonos, porque todos nos necesitamos entre sรญ, para perpetuar el viaje existencial de lo sistรฉmico. La ciudadanรญa ya advierte que la situaciรณn mundial es muy seria. Tal vez sea ahora, el instante preciso y precioso, para poner fin a esta locura destructiva. Por ello, fortalecer nuestra perspectiva universal, conlleva aminorar tensiones y riesgos. Precisamos dejar de sembrar odio en los debates; y, en su lugar, propagar la cultura del abrazo sincero y de la solidaridad manifiesta. Esto nos demanda ser mรกs corazรณn que coraza, para poder desarmarnos de lenguajes sin alma. Puedo asegurar, ademรกs, que la libertad de aliento y el regreso a lo autรฉntico en los abecedarios, contribuirรกn a enriquecernos con diferentes sentimientos menos dominantes y mรกs generosos. La apuesta, luego, por separadas expresiones que fomenten acercamiento, las considero vitales para ganar subsistencia. Contemplemos, que la vida por sรญ misma, es una tarea conjunta de la que nadie puede desmembrarse.
Es pรบblico y notorio que los desafรญos actuales trascienden las fronteras, los propios muros que nos vamos creando entre nosotros y que tenemos que derrumbarlos, como lo demuestran las diversas crisis que padecemos: alimentaria, ambiental, econรณmica, docente y sanitaria. Por consiguiente, si en verdad queremos garantizar un porvenir mรกs seguro para todos, soltemos egoรญsmos y desmontemos escudos. Pasemos pรกgina, centrรฉmonos en el bien colectivo, poniendo fin a la discordia, para iniciarnos en otros andares mรกs copartรญcipes, que nos fraternicen. Si ya sabemos que el acuerdo es superior al desacuerdo, siendo posible desplegar uniรณn y comuniรณn en las variedades, despojรฉmonos de don dinero, con una autocrรญtica reflexiรณn en mente, capaz de discernimiento. Lo sustancial radica, por tanto, en no desfallecer contribuyendo a la causa de la paz. Al fin y al cabo, siempre nace un esperanzador horizonte cuando dos seres humanos deciden juntar latidos.
Naturalmente, una alianza hacia el sosiego destrona de los espacios cualquier ofensiva hostil. Tambiรฉn las medidas de desarme y control de armamentos sabemos que ayudan a certificar la seguridad internacional y humana en esta tirante รฉpoca; y, en consecuencia, deben formar parte integrante de un sistema de seguridad colectiva creรญble y eficaz. Claro que el hermanamiento es posible, sรณlo hay que defender la vida y educar para el amor de amar amor. Es el mejor modo y la principal manera de concienciar para el aplacamiento y la no proliferaciรณn de artefactos. Junto a estas premisas, a los niรฑos hay que dejarlos ser niรฑos y a los jรณvenes hay que ilusionarlos con la experiencia sapiencial y espiritual de los mayores; sin obviar, que tambiรฉn los maduros necesitamos del apoyo, el afecto, la creatividad y de su dinamismo, para la bรบsqueda de proyectos compartidos. Esta ha de ser la mayor aspiraciรณn humana, porque no desear hacer nada ya es como morir en vida. Nos conviene recordarlo, pues.
corcoba@telefonica.net
03 de marzo de 2024
#๐๐ฐ๐ต๐ข๐ฑ๐ฐ๐ณ๐ฒ๐ถ๐ช๐ฆ๐ฏ๐ฒ๐ถ๐ช๐ฆ๐ณ๐ข๐ด๐ณ️
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