๐๐น๐ด๐ผ ๐ รก๐ ๐ค๐๐ฒ ๐ฃ๐ฎ๐น๐ฎ๐ฏ๐ฟ๐ฎ๐
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Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espaรฑol
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La semana santa estรก ahรญ, entre nosotros, evocando la รบltima semana de Cristo en la tierra. Ojalรก sea motivo para crear- recreรกndonos un diรกlogo fructรญfero, que nos haga conjugar el intelecto con la espiritualidad, ayudรกndonos a unirnos y a reunirnos entre diversos armรณnicamente, con un objetivo fundamental, que espigue la amistad y la confianza en los pulsos andantes. Es un perรญodo, por consiguiente, de reflexiรณn. Debe serlo, porque en la historia de la salvaciรณn es una mujer la que acoge el Verbo; y ademรกs son ellas las que en la noche oscura custodian la llama de la fe, las que esperan y no se desesperan en proclamar la Resurrecciรณn. ¡Hallemos el jรบbilo!
Hoy mรกs que nunca necesitamos de esa escucha, de esa acciรณn amorosa, para entrar en sintonรญa con nosotros mismos, con la gestaciรณn de un orbe mรกs justo, activando otro impulso mรกs leal y meditativo, que comience por impulsar lenguajes que respeten y valoren las diferencias. Al fin y al cabo, lo importante es pasar por aquรญ abajo, reconstruyendo con humildad y coraje; no destruyendo nada, sino acogiendo siempre la novedad, con la expectativa de fraternizarnos. Asรญ, sรณlo asรญ, podremos permanecer acompaรฑando al Crucificado e involucrรกndonos, en su misma misiรณn, por la vida del planeta. ¡Concurramos en contemplativa!
Hermanarse es nuestra gran asignatura pendiente. Estamos, en consecuencia, en el momento litรบrgico mรกs intenso y de mayor apertura. Tenemos que aprovechar todas las indulgencias que el instante nos trae. No importan las creencias. Lo que si nos pertenece, a todos por igual, es dejarnos acompaรฑar por el silencio, por los sacrificios y el arrepentimiento innato, que nos surgirรก del aprender a reprendernos. Cultivar la soledad, para entrar a navegar por nuestros interiores, serรก un buen ejercicio de sacro septenario, sabiendo que nosotros ponemos lo visible, pero que es Dios el que nos injerta la visiรณn y nos marca el camino. ¡Dejรฉmonos acompaรฑar por su llamada!
Al final del trayecto, tenemos que confluir en los perdones, en las enmiendas, para volver a injertarnos de la luz de ese poema interminable que somos. Indudablemente, todos los latidos son imprescindibles y necesarios para que el verso se conjugue como lรญrica perfecta. Sea como fuere, hemos de regresar a la autenticidad de la palabra, para poder salir en comuniรณn de esta mundanidad que nos atormenta, y ver que el gozo radica en un vivir, desviviรฉndonos entre sรญ, eternamente junto al Creador. Desde que el Verbo se hizo carne es, por lo tanto, posible ver el cielo abierto, si nos dejamos penetrar del amor divino. ¡Abandonรฉmonos de lo terrรญcola!
Este es el gran tiempo de la misericordia. Nos viene bien para repensar la confusiรณn que nos invade, la prepotencia que nos degenera, o en ese amor enfermo que se transforma en violencia. Necesitamos un cambio, retomar otras rutas, donde se aprecie a la persona que camina a nuestro lado y se respete su libertad; porque, en el fondo, hay que amarla como es, no como nosotros queremos que sea. Celebremos el amor ilimitado de la Cruz y mientras hacemos pausa en nuestro diario de vida, disfrutemos del anhelo de una estaciรณn mejor, en la que tambiรฉn nosotros podamos ser mejores, liberados de la pandemia de maldades. ¡No es una ilusiรณn es una esperanza!
Todo se resume en un espรญritu exclamativo/penitente. ¡Hallemos el jรบbilo!, la fuente estรก en la creatividad del amor. Vayamos, pues, al amor de amar amor. ¡Concurramos en contemplativa!, que es lo que nos da sabor y gusto a nuestros dรญas. Procesionemos, entonces, con el mรญstico pensamiento: ¡yo le miro, y รl me mira!”. ¡Dejรฉmonos acompaรฑar por su llamada!, ya que, Cristo ha sido maestro de esta sintonรญa. En su peregrinar por aquรญ abajo nos lo ha dado todo, su secreto era la relaciรณn con el Padre. ¡Abandonรฉmonos de lo terrรญcola!, por tanto, amparรฉmonos en lo celeste. Esto, lรณgicamente, se compendia en la fe: en estar convencidos de rodearse de un amor grande y fiel del que nada nos podrรก separar. La rรบbrica en perpetuo, en el corazรณn se halla: ¡tampoco es un sueรฑo, es una certeza!
corcoba@telefonica.net
24 de marzo de 2024.-
#๐๐ฐ๐ต๐ข๐ฑ๐ฐ๐ณ๐ฒ๐ถ๐ช๐ฆ๐ฏ๐ฒ๐ถ๐ช๐ฆ๐ณ๐ข๐ด๐ณ️
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