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Fernando Hinterholzer Diestel
Los prรณximos comicios que tendrรกn lugar en Mรฉxico, en junio 2, se empiezan a perfilar como muy complicados, para candidatos y precandidatos de todos los partidos. Las alianzas partidistas que compiten, tanto del oficialismo como de la oposiciรณn estรกn enfrentadas hasta el tope por la lucha por el poder. A ese ambiente de crispaciรณn agregamos la duda sobre el papel que jugarรก el crimen organizado en las urnas, en junio prรณximo. Un documento de anรกlisis sobre los riesgos que encararรก nuestra democracia en el 2024, advierte que uno de los diez “riesgos polรญticos” para este aรฑo, es que los grupos criminales se aprovechen de la coyuntura electoral para ensanchar su control territorial sobre gobiernos y mercados municipales, en el corto plazo. Y es que habrรญa algo sumamente previsible sobre el รบltimo aรฑo de administraciรณn de Lรณpez Obrador que estรก siendo como tal y como se habrรญa predicho, el mรกs violento, el mรกs escandaloso y el mรกs corrupto. En un muy mal presagio para este aรฑo clave para historia democrรกtica del paรญs, que el mes de enero se han suscitado muchos actos graves de violencia, “lo mismo por la muerte de personas en Guerrero, atacadas con drones y explosivos por el crimen organizado, que por la ola de asaltos y el fin de aรฑo violento en Villahermosa, Tabasco, los secuestros de migrantes en Tamaulipas, la masacre en Cajeme, Sonora, los asesinatos en Colima y el Estado de Mรฉxico o la ola de violencia reportada en Guanajuato”, como lo denunciamos en este espacio, la semana pasada.
Pero a esa violencia ya irracional y generalizada en el territorio nacional, hay que sumarle la violencia polรญtica-electoral que tambiรฉn aumenta cada vez mรกs de tono, no sรณlo en la polaridad de los discursos cada vez mรกs cruentos de las campaรฑas electorales y en las redes sociales, sino que de nuevamente reaparece como violencia mortal en las campaรฑas polรญticas. Los asesinato violentos durante el mes de diciembre pasado, del candidato a diputado por Morena en Acapulco, Ricardo Taja, sumado a los tres candidatos de la oposiciรณn asesinados: David Rey, aspirante a la alcaldรญa de Suchiate, Chiapas por el Frente Amplio por Mรฉxico; Sergio Hueso, candidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldรญa de Armerรญa, Colima; y al regidor panista Giovanny Lezama de Cuautla, Morelos, dan la certeza que la violencia de los carteles del crimen organizado, estรกn intentando incidir en los comicios federales, estatales y municipales, como lo hicieron en las elecciones intermedias del 2021. Durante aquel proceso electoral, fueron masacrados 92 candidatos y polรญticos de todos los partidos. Y la pregunta obligada es si alguien se beneficia de esa violencia contra los polรญticos y candidatos que claramente mancha las elecciones y pone en serio cuestionamiento a la democracia electoral…
La violencia polรญtica contra candidatos, no discrimina a partidos, ideologรญas o cargos. La verdad es que, ademรกs de asesinar polรญticos y daรฑar a sus familias, ponen en grave riesgo la viabilidad, la integridad y la certidumbre de las elecciones, y con ello la de nuestra democracia. Si el gobierno no atiende este grave problema, lo que estรก en riesgo es que los carteles del crimen organizado acaben por ser, de facto y de forma sangrienta, convirtiรฉndose en los grandes electores. Por eso es una amenaza al paรญs en su conjunto. Un grave riesgo de la violencia polรญtica es que se normalice. Que sea tan constante que deje de escandalizar, se asuma como algo inevitable y la respuesta sea la resignaciรณn. Esto es inaceptable, por principio y porque significarรญa rendir la democracia a los delincuentes.
Durante los comicios intermedios del 2021, el gobierno federal implanto la “Estrategia de Protecciรณn en Contexto Electoral”: la medida que resultรณ fallida por la falta de evaluaciones de riesgo que identificaran y atendieran las particularidades de cada regiรณn o entidad del paรญs, ademรกs habrรญa que seรฑalar que las policรญas estatales, no cuentan con los recursos para garantizar la protecciรณn de candidatas y candidatos locales, quienes estรกn mucho mรกs expuestos a ataques y a amenazas. “La violencia polรญtica representa un desafรญo de Estado, que debe enfrentarse con una estrategia integral: desde el diagnรณstico preventivo hasta la imparticiรณn de justicia para las vรญctimas, con un enfoque prioritario en la protecciรณn de los actores polรญticos durante el proceso electoral, enfatizando los lugares con mayor violencia y menores capacidades locales”. A unos meses de la jornada electoral, el gobierno puede todavรญa definir, una estrategia nacional para asegurar la protecciรณn, e integridad de aspirantes, candidatas, candidatos, funcionarios, y dirigentes partidistas. Los cuatro asesinatos recientes son una tragedia, pero tambiรฉn una grave seรฑal de alerta. No podemos permitir que los atentados mortales vuelvan a acumularse hasta imponer un nuevo, doloroso y normalizado rรฉcord.
Los asesinatos de candidatos en รฉpoca electoral, son estrategias orquestadas por el crimen organizado, ante la situaciรณn de un paรญs donde impera la impunidad, y donde no se ha realizado un trabajo permanente ni homogรฉneo de fortalecimiento de las policรญas estatales y municipales; amรฉn de la muy cuestionable estrategia de seguridad pรบblica que han tenido las รบltimas tres administraciones. Este fatรญdico escenario implica reconocer que es sรณlo mediante la construcciรณn de instituciones civiles de seguridad pรบblica y de procuraciรณn de justicia, sobre todo en lo local, como podrรก revertirse esta situaciรณn que es cada vez mรกs crรญtica. Para la democracia y para el Estado social de derecho que debemos exigir para nuestro paรญs, el veto que estรก imponiendo la delincuencia organizada, no respecto de partidos o candidaturas, sino de la propia democracia, es uno de los mayores desafรญos que enfrentamos, pues el hecho de que los cรกrteles asuman que pueden poner o quitar autoridades o amenazarlas, incluso aniquilarlas, es una seรฑal de alarma que debe tomarse con la seriedad requerida.
Uno de los mรกs claros sรญntomas para demostrar la incapacidad gubernamental en combatir la violencia polรญtica, es la excesiva permisividad, de tocar a los criminales. Los diversos y mรกs recientes hechos de violencia que enlutan al paรญs y la ejecuciรณn de precandidatos de diferentes colores partidistas en Chiapas, Colima y Morelos no deja duda alguna de la abierta intervenciรณn del crimen organizado en el proceso electoral. Sin un รกrbitro con credibilidad, un Estado arrodillado ante organizaciones delincuenciales que cogobiernan regiones enteras y el ejemplo de tolerar las corruptelas y los excesos del cรญrculo presidencial no hay mucho margen para equivocarse en la predicciรณn del desastre que se avecina. Nos preguntamos y cuรกndo revienta el paรญs, antes o despuรฉs de las elecciones. Todo depende de cuรกnto tiempo puedan esconder la realidad en el paรญs. ES CUANTO
๐ผ๐ฟ๐๐๐ฟ๐ฟ๐๐. El crimen organizado volviรณ a cometer otra masacre, ahora en el municipio de Chicomuselo, la balacera durรณ mรกs de siete horas, y donde la poblaciรณn se mantuvo en pรกnico y en la zozobra. “En este enfrentamiento hubo mรกs de 20 personas muertas, de los cuales son dos civiles asesinados y sin que sus familias pudieran recoger sus cuerpos por el secuestro de las comunidades y no poder salir por temor a ser acusados de ser parte de estos grupos criminales”.
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