Carteles de drogas
Nadie los detiene
Fernando Hinterholzer Dieste
La gran pregunta de los 64 mil pesos, (parodiando
al concurso televiso de los años 70´s) es qué hacer para exterminar con
los grupos criminales en
México. Es la cuestión que gobierno tras gobierno se ha hecho y no han podido
resolverla. El combate al crimen organizado ha fracasado, y con ello las bandas del crimen organizado se
han multiplicado y convertido en una empresa criminal muy poderosa. Los carteles mexicanos siempre han sabido
adaptarse. En la década de los ochenta traficaban marihuana con Caro Quintero y Félix Gallardo a la cabeza y
después comenzaron a importar cocaína de
Sudamérica a Estados Unidos. Pero durante los últimos años han expandido
sus negocios, cuyos vínculos van más allá de las drogas y alcanzan la extorsión, el tráfico
de personas, la venta de armas, gasolina y otros productos de la
economía formal. Esto nos demuestra cómo ha evolucionado el narcotráfico. El
cambio hacia drogas sintéticas como la metanfetamina y el fentanilo se volvieron un negocio sumamente lucrativo. Las
acusaciones del gobierno de los Estados Unidos señalando a nuestro país, como
el gran productor de drogas sintéticas en el mundo, ponen al descubierto sobre
la forma en que el comercio ilegal ha
cambiado y el problema ha crecido de los dos lados de la frontera. De acuerdo a
fuentes oficiales norteamericanas se insiste que la relación entre los dos
países es probablemente la más importante para la Casa Blanca. Y los temas son los de siempre: tráfico de armas,
migración, fentanilo, y en
todos está involucrado el
crimen organizado.
La guerra contra las drogas la inicio el
presidente Felipe Calderón en el 2006, lo que genero una división y expansión
de los carteles criminales. Ya para el año 2010 había en México 76
organizaciones criminales en nuestro país. Fue justo hace años, cuando
comenzaron a denunciar que en México había una crisis por el fentanilo,
principalmente por los efectos que causaba en Estados Unidos, entonces fue que
comenzó, la estrategia desde el gobierno de López Obrador enfocada a negar la
responsabilidad respecto del tema. Desde la mañanera presidencial vimos cómo,
primero, de la negación del gobierno, asegurando que en México no se producía
la droga sintética, negando también el trasiego. Las evidencias mostraron que
todos los dichos del presidente eran falsos. En el país, los carteles del
crimen organizado (Sinaloa y CJNG) sí producen fentanilo; el Ejército y la
Marina ahora han destruido cantidades importantes de los precursores (que, por
cierto, sí llegan de China), y han localizado laboratorios clandestinos que
fabrican la sustancia en los estados de Durango, Sinaloa y Michoacán. Con esos
descubrimientos resulta evidente que también lo transporten al norte, hacia el
EEUU en coordinación, seguramente, con mafias en ambos lados de la frontera.
El reciente descubrimiento de un
cargamento de 1.1 toneladas de metanfetamina que fue descubierto en Hong Kong
salió de México por barco desde Manzanillo o Lázaro Cárdenas, como aseguran las
autoridades de procuración de justicia de esa región china, mucha corrupción
sigue ocurriendo en las aduanas portuarias mexicanas. Pero lo más grave de todo este asunto, es que la droga iba
empacada en costales de Segalmex, con el escudo nacional y la leyenda “Gobierno
de México”, con un valor aproximado en mercado de 81 millones de dólares
destinados al consumo en los países de Oriente. La pregunta es quién o quienes
puede exportar la droga y usar contenedores a nombre del gobierno mexicano para
exportar maíz y frijol. Por lo pronto, los burócratas que dirigen Segalmex, se
deslindan e informan que iniciarán denuncias. Hubo en Hong Kong cuatro
detenidos que pagaron su fianza, pero se investiga el asunto.
Y me queda la duda, cómo acabarían tras Otis los
sembradíos en Guerrero de las amapolas para el tráfico de los opioides a EU.
¿De qué vivirán los narcos, entre tanto? 3 mil 500 efectivos militares y de la
guardia, para resguardar a más de un millón de habitantes, es a todas luces
insuficiente. AMLO no pondrá un pie en las zonas afectadas en Guerrero.
El fin del gobierno de López Obrador, aparece sumamente
complicado por distintas razones. Una de ellas, es la polarización social
provocada desde la Presidencia se ha ido profundizando y nadie detendrá al
tabasqueño cuyo objetivo es ganar la presidencia a cualquier costo. Otra es la
situación macroeconómica del país, la cual es muy frágil y las finanzas
públicas estarán cada vez más comprometidas.
Con las amenazas latentes como la quiebra de Pemex, el costo del
servicio de la deuda y pensiones crecientes sin planes de financiamiento hacia
futuro, los servicios públicos en materia de salud, educación, transporte, muy
precarios. Tercero, la presencia casi generalizada del crimen organizado, que
tiene actividad en el 45 por ciento del territorio nacional y llevan a cabo
todo tipo de actividades delictivas, puede incrementar la violencia todavía más
en cualquier momento. Cuarto, la incertidumbre sobre de qué lado estará la
lealtad del Ejercito y Marina, si al presidente de la República o a la Constitución.
ES CUANTO
ADENDDUM: el abandono presupuestal para Guerrero después del paso de Otis por la entidad,
así como el ocultamiento de las cifras de muertos (se tienen reportadas por las
funerarias del puerto más de 350) cuando el gobierno reporta una cifra
ridícula, tendrá un costo electoral para AMLO y su partido el 2 de julio del
2024.Los acapulqueños están muy enojados por las migajas que les piensan dar.
#QuédateEnCasa🏡💙
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