๐๐น๐ด๐ผ ๐ รก๐ ๐ค๐๐ฒ ๐ฃ๐ฎ๐น๐ฎ๐ฏ๐ฟ๐ฎ๐
๐พ๐ช๐๐๐๐ง๐ฃ๐ค๐จ ๐ฎ ๐พ๐ช๐๐๐๐ง๐จ๐
“๐๐ฆ๐ด๐ฆ๐ณ๐ต๐ฆ๐ฎ๐ฐ๐ด ๐ฅ๐ฆ ๐ท๐ช๐ท๐ช๐ณ ๐ดรณ๐ญ๐ฐ ๐ฅ๐ฆ ๐ฅ๐ฐ๐ฏ ๐ฅ๐ช๐ฏ๐ฆ๐ณ๐ฐ; ๐ฏ๐ฆ๐ค๐ฆ๐ด๐ช๐ต๐ข๐ฎ๐ฐ๐ด ๐ข๐ฎ๐ฐ๐ณ ๐บ ๐ค๐ถ๐ช๐ฅ๐ข๐ฅ๐ฐ๐ด, ๐ฆ๐ฏ๐ค๐ฐ๐ฏ๐ต๐ณ๐ข๐ณ ๐บ ๐ณ๐ฆ๐ฆ๐ฏ๐ค๐ฐ๐ฏ๐ต๐ณ๐ข๐ณ๐ฏ๐ฐ๐ด, ๐ด๐ข๐ฃ๐ฆ๐ณ ๐ฒ๐ถ๐ชรฉ๐ฏ๐ฆ๐ด ๐ด๐ฐ๐ฎ๐ฐ๐ด ๐บ ๐ฑ๐ฐ๐ณ ๐ฒ๐ถรฉ ๐ค๐ข๐ฎ๐ช๐ฏ๐ข๐ฎ๐ฐ๐ด”.
=============================
Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espaรฑol
=============================
En esto de atenderse y entenderse como compensaciรณn a los cuidados existenciales, se nos requiere hacer humanidad vinculante, o sea, familia para que a nadie le falte el calor y el afecto de una comunidad. Ponernos en camino no es fรกcil, es cierto, mรกxime si tenemos que convivir prรณximos al prรณjimo. Unos y otros somos muy diversos. De ahรญ la importancia de saber acercarnos a los demรกs, haciรฉndolo de corazรณn a corazรณn, ocupรกndonos y preocupรกndonos entre sรญ. Sin embargo, la realidad siempre se nos escapa de las manos y lo que prevalece es la mentalidad del descarte en vez de la cultura de la comuniรณn entre anรกlogos. Deberรญamos, por tanto, repensar los itinerarios e innovar con la voluntad del cambio. Tanto es asรญ, que innatamente somos agentes transformadores y la evoluciรณn debe comenzar por uno mismo. Sea como fuere, no podemos continuar en este vacรญo, que todo lo vicia y pervierte, tenemos que ser mรกs responsables y desmembrarnos de estructuras depredadoras. El bienestar del individuo es razรณn suficiente para no quedarse con los brazos cruzados, aparte de que su impacto con el malestar nos debilita, ocasionando un estrรฉs que nos agota emocional y corporalmente.
El aluviรณn de tensiones que a diario injertamos por todas nuestras moradas internas, nos estรกn deshumanizando por completo. Todo lo domina la economรญa en vez del autรฉntico amor. Con demasiada frecuencia, olvidamos que, por el solo hecho de nacer, estamos llamados a convertirnos en custodios, pero no siguiendo la injusta ruta presente, segรบn la cual se presta mayor atenciรณn y cuidado a quienes aportan ventajas productivas a la sociedad, sin considerar a ese mundo excluido, que son los que verdaderamente hacen resplandecer con sus heridas, la autรฉntica belleza de la dignidad humana. Extendamos las manos hacia ellos. Dejemos de liar los bรกrtulos en la confusiรณn, de canjear la salud por la fortuna y la libertad por la prepotencia. En consecuencia, tampoco es digno de que guรญen a otros seres aquellos que no son mejores que ellos. Realmente, nos fallan tantas cuestiones, que debemos ser menos aduladores y mรกs serviciales. Precisamente, lo que mรกs indigna de la polรญtica actual es esa mezcolanza permanente, de no servir al bien comรบn y de servirse del pueblo para unos pocos. Con razรณn, los bolsillos de los gobernantes debieran ser transparentes. Ademรกs, el cambio es ley de vida y tenemos que alterar lo que nos separa o retrocede.
Confluir es lo que nos alienta en los desalientos, que son muchos y diversos. La inhumanidad es manifiesta y la vuelta atrรกs tambiรฉn. Trabajemos el futuro, manteniendo los principios y valores, pero avanzando en corregir lo que nos desequilibra. Desertemos de vivir sรณlo de don dinero; necesitamos amor y cuidados, encontrar y reencontrarnos, saber quiรฉnes somos y por quรฉ caminamos. Esto nos muestra, la necesidad de despertar cada dรญa, porque el sueรฑo y la esperanza continรบan con nosotros, a pesar de los pesares. Apliquemos actitud contemplativa y despuรฉs acciรณn y reacciรณn. Todo puede comenzar por nosotros mismos. Hagamos que los enemigos se vuelvan amigos para ahuyentar a los que nos aborrecen. Por otra parte, velar por la salud como por la educaciรณn, asistir e insistir en la asistencia humanitaria, es el punto de partida para abrirse a una felicidad sin fin. Por eso, los profesionales que se gastan su tiempo y se desgastan en cumplir el objetivo de protegernos, ejercen una alta y venerable tarea, la de estar en guardia permanente ante cualquier llamada de auxilio. Al fin y al cabo, todos, absolutamente todos, necesitamos el sostรฉn de alguien y una mente abierta para salir de este desconcierto que nos divide hasta dejarnos sin palabras.
Sin robustez, el orbe y el ser humano estรกn gravemente hundidos. Considero que estamos enfermos, que la cura del mundo es mรกs necesaria que nunca, en un diario de muchas prioridades que compiten entre sรญ, ahogรกndonos por completo. Tampoco podemos dejar a un lado las dรฉbiles pulsaciones de nuestros semejantes. Nos requerimos todos. Cuidar de quien lo necesita es una riqueza humana que nos engrandece como linaje. Indudablemente, precisamos escucharnos, bajarnos del pedestal para hermanarnos y subir al horizonte que nos rodea para abrazarnos mutuamente, cuidando esta mansiรณn planetaria que nos acoge sin pedirnos nada como canje, recogiendo tambiรฉn nuestras mundanidades. Desde luego, aquel que comercializa con la naturaleza termina aprovechรกndose de las personas y tratรกndolas como prisioneros. Sin duda, la mayor cรกrcel radica en nuestro propio mundo, donde todo se compra y se vende, se malgasta y se desaprovecha. Aprendamos, pues, a ser cantautores alegres, poetas de alma y vida. El que sabe vislumbrar e inspirarse en esa contemplativa, sabe respetar lo que le acompaรฑa, y contribuir a embellecer los caminos de pulsos y pausas. Nuestra mejor vacuna serรก su compaรฑรญa.
corcoba@telefonica.net
08 de octubre de 2023.-
#๐ค๐รฉ๐ฑ๐ฎ๐๐ฒ๐๐ป๐๐ฎ๐๐ฎ. ๐ก ๐
Comentarios
Publicar un comentario
Muchas gracias por leer La Crรณnica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.