๐๐ฎ๐ท๐ผ ๐ณ๐๐ฒ๐ด๐ผ.
๐๐ก ๐๐๐จ๐๐รญ๐ค
Josรฉ Antonio Rivera Rosales
La irrupciรณn violenta en Chilpancingo el pasado lunes 10 de julio parece constituir, segรบn toda la evidencia, un ensayo del grupo Los Ardillos para medir la respuesta gubernamental ante el avance de la criminalidad.
Sin embargo, en este caso particular el trasfondo parece ser de tipo electoral, para lo cual primero captaron la atenciรณn de la incauta alcaldesa Norma Otilia Hernรกndez, a quien terminaron por convertir en un producto desechable.
Lo mismo estรก haciendo La Familia con algunos alcaldes de Tierra Caliente, operaciรณn que incluye al municipio de Iguala asรญ como al turรญstico Taxco de Alarcรณn, donde el acoso delincuencial obligรณ a suspender servicios a la ciudadanรญa, lo que nunca habรญa ocurrido.
Estamos presenciando una escalada delincuencial que busca hacerse del poder polรญtico, visto que en la mayorรญa de los casos ya tiene el control territorial que les permite contar con el respaldo de algunos sectores de la poblaciรณn -en la mayorรญa de los casos, como base social obligada-, lo que les garantiza operatividad e impunidad para sus objetivos.
Asรญ pues ¿quรฉ les impide tomar el poder polรญtico si la mayorรญa de los actores -de todos los partidos polรญticos, por cierto- estรกn comprometidos con el narco?
Ya vimos este proceso en Colombia, donde el capo Pablo Escobar logrรณ infiltrar el poder polรญtico y obtuvo una cartera en el parlamento; estaba a punto de lanzarse a la presidencia cuando fue detenido por el gobierno colombiano, que integrรณ bloques de bรบsqueda para darle caza, mรกs obligado por su relaciรณn con Washington que por interรฉs propio.
Escobar fue uno de los pioneros en el uso de carros-bomba y explosivos para causar miedo entre sus enemigos, pero tambiรฉn entre la poblaciรณn. Es un escenario que ya se estรก presentando en Mรฉxico en la forma de narcoterrorismo. Sรณlo habrรญa que revisar el reciente ataque con explosivos que causรณ al menos 6 policรญas muertos y 12 heridos en Tlajomulco, Jalisco.
Constituรญdo en el aรฑo 2000 por Celso Ortega Rosas, a quien apodaban precisamente El Ardillo ( muriรณ en 2011), ese grupo criminal tuvo un crecimiento vertiginoso de la mano de Celso Ortega Jimรฉnez, jefe visible de esa formaciรณn ilegal que se ha reputado como una de las mรกs sanguinarias del estado de Guerrero. En 20 aรฑos ha cimentado un imperio criminal que ahora parece aspirar al poder polรญtico.
El รบnico antecedente parecido de una incursiรณn violenta de grupos afines a Los Ardillos se produjo del 9 al 14 de mayo de 2015 en Chilapa, cuando unos 300 hombres armados, que se hicieron llamar Comunitarios por la paz y la justicia (en realidad, un grupo de fachada de esa estructura criminal) irrumpieron en Chilapa, tras lo cual desaparecieron unas 30 personas que nunca fueron vistas de nuevo. Como es natural, la operaciรณn causรณ espanto entre la pacรญfica poblaciรณn de Chilapa.
Guardadas las distancias, esa incursiรณn de 300 sujetos armados -que en realidad buscaba al grupo delictivo Los Rojos– serรญa un antecedente que expone las tรกcticas de ese grupo delincuencial. Lo ocurrido en Chilpancingo los dรญas 9, 10 y 11 parece ser una fase superior que configurarรก la actuaciรณn a futuro de esos criminales.
Cuestiรณn aparte, aquella incursiรณn en Chilapa desencadenรณ reacciones de la poblaciรณn civil, especialmente de algunos pueblos y comunidades nรกhuatls que vieron amenazadas su vida y su patrimonio.
Una lectura mรกs acuciosa de los acontecimientos podrรญa enumerarse de la siguiente manera:
A contrapelo de lo que dice el obispo emรฉrito Salvador Rangel, este grupo criminal de Los Ardillos en los รบltimos 20 aรฑos ha sido el azote de las comunidades del centro del estado, especialmente de los pueblos indรญgenas a los que ha encerrado en sus propias localidades so pena de perder la vida si actรบan de manera independiente. En pocas palabras, ha tomado el control territorial de varios municipios de la zona centro, donde ha extorsionado, secuestrado y asesinado a cientos de personas.
Para defenderse, una veintena de comunidades nรกhuatls de la zona de Rincon de Chautla se organizaron y, con apoyo de los pueblos fundadores de la Policรญa Comunitaria de San Luis Acatlรกn, crearon su propio รณrgano de autodefensa que, hasta la fecha, ha mantenido a raya a los criminales, pero a un alto costo. Mรกs de 40 personas han perdido la vida por enfrentarlos. El resultado es la integraciรณn de la CRAC-PF, que ha confrontado a los delicuentes con relativo รฉxito. El problema es que esas 20 comunidades organizadas en la CRAC-PF sobreviven en un estado de sitio permanente.
Ademรกs de la CRAC-PF, la Uniรณn de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) es la otra formaciรณn popular que ha confrontado a Los Ardillos por el control del territorio cercano a Chilpancingo, especialmente la carretera Mรฉxico-Acapulco a la altura del Valle del Ocotito. Es absolutamente una mentira que la UPOEG actรบa en complicidad con los delincuentes.
Parece existir una instancia interna en el gobierno de Evelyn Salgado (probablemenge en la Secretarรญa General de Gobierno) que ha definido falsamente a la UPOEG como aliada de la delincuencia, cuando no es asรญ. Esa formaciรณn surgiรณ en 2010 como una respuesta popular armada ante el acoso del crimen organizado. Que no estรกn dentro de la ley, por supuesto que no (ni siquiera existe una legislaciรณn que pudiera reglamentarlos), pero son liderazgos populares que han enfrentado al crimen organizado, como en el caso de la CRAC-PF.
Es por eso que sorprendiรณ que, con informaciรณn tendenciosa, las Fuerzas Federales comenzaron a detener y desarmar a los comunitarios de la UPOEG, como si del crimen organizado se tratara. La UPOEG tambiรฉn ha perdido a decenas de sus elementos, incluรญdos algunos lรญderes populares valiosos.
Tanto la CRAC-PF como la UPOEG debieran contar con apoyo de los gobiernos federal y estatal si es que se pretende, en lo sucesivo, acotar las incursiones de Los Ardillos.
La mala noticia es que hay indicios firmes que apuntan a un acuerdo entre La Familia y Los Ardillos, como se observรณ claramente los dรญas 9, 10 y 11 de julio con los ataques contra transportistas asรญ como la manifestaciรณn violenta que enfrentรณ a la policรญa antimotines y utilizรณ un vehรญculo blindado como ariete contra las puertas del Palacio de Gobierno y del Congreso del Estado. Los manifestantes no actuaron como inconformes sociales, sino como una horda.
Por fortuna, el gobierno de la morenista Evelyn Salgado tomรณ la precauciรณn de enviar 300 agentes desarmados para tratar de contener la rebeliรณn y desocupรณ los edificios pรบblicos con el fin de preservar la integridad personal de los trabajadores del estado y del municipio. De no haberlo hecho, a estas alturas estarรญamos lamentando un nuevo Aguas Blancas.
Es claro que las formaciones criminales tienen planes que involucran el proceso electoral de 2024. Por eso es tan grave que surja una alianza entre La Familia y Los Ardillos, que de esa manera buscarรกn influir en el proceso electoral con candidatos propios y mantendrรกn atenazada a la capital guerrerense.
La aplicaciรณn de la ley, en estos casos, es irreductible y no deberรญa ser vista como un acto de represiรณn. Es una responsabilidad que, dadas las circunstancias, corresponde a las Fuerzas Federales asรญ como a la Fiscalรญa General del Estado (FGE).
En la parte alta de la Sierra Madre del Sur, los jefes de la formaciรณn conocida como Tlacos (de Tlacotepec, donde tienen su cuna) han observado con coraje contenido el avance de sus enemigos para tomar control de Chilpancingo, pero por fortuna han mantenido una prudente distancia para evitar choques armados. Esa actitud, sin embargo, no durarรก mucho tiempo.
Los Tlacos no han mostrado el mรบsculo, pero en realidad cuentan con una fuerza armada de mรกs de cinco mil individuos a los que han entrenado durante aรฑos con el apoyo de exmilitares, lo que les permitiรณ crear una fuerza especial de elite que harรญa estragos si se llega a confrontar con los sicarios de Los Ardillos o de La Familia.
Este es el escenario que deberรกn afrontar en un futuro mediato los gobiernos federal y estatal. Y es el escenario que favoreciรณ la alcaldesa de Chilpancingo al reunirse con capos de formaciones criminales enfrentadas.
Es un futuro en el que particularmente el gobierno de Evelyn Salgado deberรก tomar todas las providencias necesarias para enfrentar al crimen organizado que, en un abierto desafรญo, amenaza la paz social y la tranquilidad de la poblaciรณn civil que sรณlo se dedica a trabajar.
Tal como se observan las cosas, la alcaldesa Norma Otilia Hernรกndez parece haber vendido la plaza dos veces, con consecuencias que apenas podemos vislumbrar. Dios nos libre de una confrontaciรณn entre estas bandas criminales. (๐ด๐ช๐ฏ๐ต๐ฆ๐ด๐ช๐ด๐ฅ๐ฆ๐จ๐ถ๐ฆ๐ณ๐ณ๐ฆ๐ณ๐ฐ.๐ค๐ฐ๐ฎ.๐ฎ๐น).
#๐ค๐รฉ๐ฑ๐ฎ๐๐ฒ๐๐ป๐๐ฎ๐๐ฎ. ๐ก ๐
Comentarios
Publicar un comentario
Muchas gracias por leer La Crรณnica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.