๐๐น๐ด๐ผ ๐ รก๐ ๐ค๐๐ฒ ๐ฃ๐ฎ๐น๐ฎ๐ฏ๐ฟ๐ฎ๐
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“๐๐ถ๐ช๐ปรก๐ด ๐ญ๐ข ๐ฉ๐ถ๐ฎ๐ข๐ฏ๐ช๐ฅ๐ข๐ฅ ๐ฏ๐ฆ๐ค๐ฆ๐ด๐ช๐ต๐ฆ ๐ค๐ฐ๐ฎ๐ฐ ๐ซ๐ข๐ฎรก๐ด ๐ถ๐ฏ๐ข ๐ฆ๐ด๐ค๐ถ๐ฆ๐ญ๐ข ๐ฅ๐ฆ ๐ฎ๐ฐ๐ณ๐ข๐ญ, ๐ฑ๐ฐ๐ณ๐ฒ๐ถ๐ฆ ๐ฉ๐ข๐บ ๐ถ๐ฏ ๐ณ๐ฆ๐ต๐ณ๐ฐ๐ค๐ฆ๐ด๐ฐ ๐ฑ๐ฆ๐ณ๐ซ๐ถ๐ฅ๐ช๐ค๐ช๐ข๐ญ ๐ฅ๐ฆ ๐ค๐ฐ๐ฏ๐ง๐ญ๐ช๐ค๐ต๐ฐ๐ด ๐ช๐ฏ๐ต๐ฆ๐ณ๐ฆ๐ด๐ข๐ฅ๐ฐ๐ด, ๐ฒ๐ถ๐ฆ ๐ฏ๐ฐ๐ด ๐ฆ๐ด๐ตรก๐ฏ ๐ฅ๐ฆ๐ซ๐ข๐ฏ๐ฅ๐ฐ ๐ด๐ช๐ฏ ๐ข๐ญ๐ฎ๐ข”.
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Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espaรฑol
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Salgamos de la tristeza. Es verdad que a veces cuesta despojarse de los condicionamientos del pensamiento comรบn, pero lo que cuenta al fin, es no desperdiciar el mayor bien, que no es otro que una vida sensata. No existe un signo mรกs real de debilidad, que esta nueva era marcada por la desconfianza entre anรกlogos, lo que genera una violaciรณn permanente de derechos y obligaciones. Desde luego, cada dรญa son mรกs escandalosos los incumplimientos, desembocando en un deterioro general de tipo social, econรณmico y humano. Sin duda, esta injusta atmรณsfera suele dejarnos verdaderamente desolados, ante la multitud de violaciones evidentes de la dignidad y de los derechos que proceden de ella, que terminan por envenenar las relaciones entre sรญ y entre los pueblos, impidiendo todo posible diรกlogo sincero.
Conversar, aparte de facilitar la soluciรณn de los conflictos, ayuda a descubrirse en la escucha. Es pรบblico y notorio que la quietud y la estabilidad internacional son incompatibles con todo intento de instaurarse sobre el miedo a la mutua destrucciรณn de vรญnculos. Indudablemente, cualquier tipo de ataque pone en riesgo el proceder, que todos tenemos derecho a respetar, desde una รฉtica global de solidaridad y cooperaciรณn entre toda la familia humana de hoy y de maรฑana. Lo que no podemos admitir, bajo ningรบn concepto, es que millones de seres indefensos caminen en condiciones infrahumanas y con un clima de miedo sobre sus espaldas. Debiรฉramos, desde luego que si, crear entornos y herramientas que aseguren el cumplimiento normativo; que si bien ha de podarse continuamente, tambiรฉn ha de observarse con la gracia de la reinserciรณn a escena viviente.
Quizรกs la humanidad necesite como jamรกs una escuela de moral, porque hay un retroceso perjudicial de conflictos interesados, que nos estรกn dejando sin alma. Ciertamente, no es nada fรกcil contar con lรญderes que estรฉn a la altura de las circunstancias, que se involucren en las tareas colectivas, ante las ruinas de una cultura incapaz de consensuar nada. Cuesta entender, por ejemplo, que las ofensivas de los rusos en Ucrania pongan en riesgo la seguridad alimentaria en el mundo. Contra estas actitudes, verdaderamente crueles hay que actuar con firmeza. Lo mismo sucede con esa multitud de niรฑos, que sin hacer nada son separados de sus progenitores y llevados a campos verdaderamente crueles y doctrinarios. Por desgracia, olvidamos que es un deber convivir y vivir para los demรกs, aparte de ser pauta de gozo que aminora soledades impuestas y ansiedades injertadas en vena.
Por ello, nos alegra enormemente, que la Nueva Agenda de Paz describa un conjunto de recomendaciones que se enmarcan en torno a los principios esenciales de confianza, solidaridad y universalidad, los cuales son fundamentales para la Carta de las Naciones Unidas y para un mundo estable, que estรก globalizado, pero tremendamente enfrentado. Urge, pues, que la observancia no levante fronteras ni genere mรกs frentes, sino que habrรก horizontes de luz y supervivencia. Ademรกs, hacen falta compromisos verdaderos, sobre todo que los diversos Estados vuelvan a comprometerse, con un orbe libre de armas que refuerce el alma y decaiga el espรญritu de lo maligno.
Realmente, tenemos que encauzar los andares de aquรญ abajo, hacia lo armรณnico; con la certeza de ser escuchados, para intentar entre todos promover la cohesiรณn social, con modelos de prevenciรณn diversa, que aborden todas las formas de hechos violentos, de conductas corruptas y de situaciones inflexibles, tanto en el ciberespacio con las hostilidades como en el espacio ultraterrestre con el poderoso caballero don dinero. A mi juicio, la primera receta de sanaciรณn, radica en salir de este arresto dominador que esclaviza y no libera, porque el futuro hay que revitalizarlo desde el desarme, pero tambiรฉn desde el marco global de la รฉtica y su cumplimiento para el multilateralismo, mรกxime en un mundo tan fracturado y afligido como el presente.
En consecuencia, volvamos la vista atrรกs, y si cuando se fundรณ la ONU sobre las cenizas de la Segunda Guerra Mundial en 1945, su misiรณn central era mantener la paz y la seguridad internacionales; hoy tambiรฉn necesitamos aminorar riesgos y ser mรกs cuidadosos con el medio ambiente, mรกs formales con la asistencia y mรกs rectos y coherentes con el decir y el obrar. Bajo este contexto de angustia, sรณlo cabe el entusiasmo y la tenacidad conjunta, que nos compromete al crecimiento de uno mismo hacia los demรกs, con un enfoque de cooperaciรณn multilateral responsable. Precisamente, la apuesta por la cultura del abrazo, parte de la verdad. Y a partir de aquรญ, desde la evidencia, es como se trabaja por la justicia y se defiende la savia existencial.
corcoba@telefonica.net
23 de julio de 2023
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