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Cรฉsar Gonzรกlez Guerrero
Aunque en algunos casos se escribe como Huamil y en otras Guamil, el termino es de origen nรกhuatl (Huacqui) y significa tierra de cosecha ya trabajada con anterioridad, que regularmente los campesinos la utilizan por temporadas. El terreno conocido como Guamil, en la Costa Chica y tal vez en otras regiones, es de gran importancia para las familias campesinas debido a que no se invierte mucho trabajo y dinero como en el llamado “tacolole” (el cual trataremos en otra ocasiรณn).
Por cierto, como simple referencia, existe una parroquia llamada Santa Marรญa de Guamil en la comunidad de Galicia, Espaรฑa.
Precisamente, en su mayorรญa, son los modestos trabajadores del campo con menor extensiรณn de tierras, quienes utilizan el tรฉrmino “Guamil”, haciendo un gran sacrificio por mantener productiva su parcela en un contexto de las crisis anuales de falta de lluvias y recursos econรณmicos para trabajar. Aunado a los bajos precios de sus cosechas y falta de mercado.
El Guamil ha sido una tierra que aรฑo con aรฑo, en tiempos de “las aguas”, es el sostรฉn de la economรญa familiar campesina, considerando que siembra productos indispensables para su autoconsumo como: maรญz, frijol, calabaza, sandia, chile, etc, en mรญnima escala.
El trabajo rudo en los Guamiles se realiza, en varias ocasiones, por el padre de familia acompaรฑado por la esposa y sus pequeรฑos hijos (hombres y mujeres) que, por falta de dinero, no es posible contratar “peones” (acรก se dice “Piones”); unos “al machete”, otros con la “tarecua”, otros “barbechando” con el “arado” (con su respectivo caballo), y cuando la familia es “grande” hasta los pequeรฑos, menores de 8 aรฑos, se encargan de levantar el “rastrojo” o de la “chapona”.
Es asรญ como sobreviven las familias de menores recursos econรณmicos en los pueblos y comunidades mรกs apartadas de la zona urbana, en donde no llegan los apoyos al campo, menos la tecnologรญa que se requiere para hacer producir la tierra. Y a pesar de todo, trabajan con alegrรญa, รกnimo y armonรญa familiar. Mientras tanto, algunas autoridades, olvidan a estas familias cuya prioridad es alimentarse.
Trabajar en los Guamiles, como lo hicimos en nuestros tiempos algunos paisanos, y otros lo siguen haciendo, fue una grata experiencia que no se debe olvidar y mucho menos avergonzar; es una actividad digna merece toda la atenciรณn de los tres niveles de gobierno, implementando programas especiales para los campesinos que viven “al dรญa”, o que a esta fecha necesitan renovar sus “machetes romos”, o “tarecuas” ya “sin filo”.
Nuestros amigos, familiares y paisanos seguramente saben que el tema de los Guamiles es parte de la costumbre y tradiciรณn de nuestros pueblos, y que la modernidad no debe dejarlos al margen. Es necesario revisar hasta donde los campesinos con Guamiles deben ser atendidos. Ojalรก sea posible.
Es mรกs, de ser posible, bien se podrรญa llevar a cabo un programa de apoyo a los campesinos de Guamil, otorgรกndoles a bajos precios o a travรฉs de crรฉditos, este tipo de instrumentos de labranza, asรญ como “carretes de alambre”, grapas (acรก se dice “grampas”), martillo, carretillas, sombreros, etc.
Mas, en fin, hablar del Guamil es hablar de un cuadro de necesidades que existen en buena parte de los pueblos rurales, cuyas familias pobres y olvidadas merecen urgentemente el apoyo de las autoridades. Sin apoyos suficientes el campo no serรก productivo.
Finalmente, y con el mejor de los deseos, esperamos que esta temporada, la siembra y cosecha campesina sea exitosa.
¡¡Que viva el Guamil!!
#QuรฉdateEnCasa๐ก๐
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