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Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espaรฑol


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Absolutamente, el mejor comienzo es una buena crianza natural, lo que nos exige mรกs entrega y generosidad en cualquier caso. Nuestros progenitores son, en efecto, la condiciรณn privilegiada del sostรฉn sociable. Sus abecedarios suelen acariciar y verter tranquilidad, lo que favorece un crecimiento saludable. Bajo esta direcciรณn, nos alegra que la comunidad internacional apueste cada dรญa mรกs, por reivindicar el papel de los padres en la educaciรณn de sus hijos, mediante el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, lo que nos demanda que han de crecer tambiรฉn en un ambiente de concordia y en una atmรณsfera de felicidad, amor y comprensiรณn. Realmente, es esa alegrรญa que se vive en comuniรณn, con deseos de compartir y participar, lo que hace multiplicar nuestro entusiasmo y regenerar nuestros propios andares por aquรญ abajo. 
No hay momento mรกs singular para el desarrollo cerebral de los chavales, y por lo tanto para abrazar su futuro, que los primeros aรฑos de existencia. Pero la custodia, ciertamente, es un trabajo demasiado costoso para hacerlo solos. Juntos podemos salvar la vida de millones de niรฑos. Precisamente, hoy mรกs que nunca, necesitamos que los gobiernos activen las polรญticas de techo y sucesiรณn. Indudablemente, esta atmรณsfera de hogar favorece la socializaciรณn y contribuye a atajar los fenรณmenos de soledad y violencia, a travรฉs de la transmisiรณn de valores y mediante la experiencia del soplo fraterno y solidario. Desde luego, no puede haber sociabilidad sin ejercitar el amor, en su puro estado de entrega y reencuentro. En cierto modo, por consiguiente, una sociedad y su porvenir dependen de esa lรญrica amorosa puesta en prรกctica. 
Lo mismo sucede con el ejercicio deportivo, cuando el juego se cultiva poniendo a las personas en el centro y potenciando el gozo de jugar entre sรญ, hace que se activen los vรญnculos mutuos, hasta sentirse parte de un grupo. La dimensiรณn de este espรญritu es fundamental, mayormente para los mรกs pequeรฑos, genera alegrรญa, propicia trato y crea amistades, y al mismo tiempo es formativo. Sin duda, tampoco tenemos mejor columna asistencial que la contemplaciรณn de estas relaciones sรณlidas y duraderas. En efecto, asรญ como el deporte es un generador de comunidad, la familia tambiรฉn es un productor de nexos cordiales y humanitarios. Por eso, necesitamos abrir las puertas del alma para observarnos y ver con deportividad la cantidad de bienes sociales que nos acompaรฑan. Acojamos, pues, los diversos mundos y explorรฉmoslos con discernimiento. 
 A poco que nos adentremos en esa capacidad receptiva, percibiremos que todo es diverso y que todo es mรกs bello despuรฉs de haberlo encontrado en su estado mรญstico de filiaciรณn, lo que nos demanda una fuerte dosis de entendimiento en favor de la vida y lo armรณnico. Estรก visto que la brutalidad injerta mรกs problemas generales que los que resuelve. Deberรญamos, entonces, repensar lo de reunirnos para unirnos, dado el sentimiento de la propia debilidad que nos impulsa a una originaria sociabilidad. No importa lo sucedido hasta ahora, lo vital es reconciliarse y despojarse. El afecto no busca su interรฉs, jamรกs toma en cuenta el mal recibido, sino que se alegra con la transparencia de lo autรฉntico, para gestar ese poema interminable de luz que nos vincula, sabiendo que en la espera tampoco habita la desesperaciรณn, al sobrellevarse con esperanza y ternura.
Por desgracia, hemos entrado en un terreno de confusiรณn permanente, del que tenemos que salir mรกs pronto que tarde, empezando por las plataformas digitales. Estas deben asumir su responsabilidad para frenar el discurso de incitaciรณn al odio y la venganza. Nos toca acabar cuanto antes con estos legados inhumanos, comenzando por transformar las injusticias de ayer en las libertades del ahora. Al mundo le hace falta una inyecciรณn de sociabilidad. Realmente el bien de la estirpe es decisivo, porque son esas alianzas las que impregnan estabilidad y conjunciรณn de sueรฑos, y no ese individualismo egoรญsta que confunde las mentes y los corazones. Lo sustancial radica en promover una cultura que nos enlace, diciendo adiรณs a este tiempo de incertidumbre y de falta de esperanza que sufrimos. En este sentido, son estos espacios de parentela los que deben ser testigos y protagonistas del itinerario benรฉfico.
corcoba@telefonica.net
31 de mayo de 2023.- 

#QuรฉdateEnCasa๐Ÿก๐Ÿ’™

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