𝗗𝗲 𝗯𝗶𝗲𝗻𝗲𝘀 𝗺𝗮𝘁𝗲𝗿𝗶𝗮𝗹𝗲𝘀 𝘆 𝗲𝘀𝘁𝗶𝗹𝗼𝘀 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗹𝗲𝘀

Elino Villanueva González

Hasta ahora, más de cuarenta años después de iniciar mi carrera profesional desde el Periodismo empírico, siendo casi un niño, extendida después a la Docencia, la Historia y la Literatura, las disciplinas más apegadas a la expresión de la verdad, la verosimilitud y la objetividad como herramientas de trabajo, y aplicada enseguida principalmente a la lucha en favor de una sociedad mejor desde la defensa de los Derechos Humanos y de la Naturaleza, a la conservación del planeta como nuestra casa común, no cuento con bienes materiales: no tengo casa ni cama ni carro, ando en la modestísima “combi” del transporte colectivo. En cambio, he tenido reconocimientos que ni siquiera imaginé, y en apenas ocho años, por ejemplo, se me ha distinguido como parte del Premio Estatal al Mérito Ecológico “Wilfrido Álvarez Sotelo” 2015, la Condecoración Vicente Guerrero 2021 y ahora la Presea Hermanos Bravo 2023. Aclaro que no se premió a una persona, sino a todo un equipo, a una familia. En todo caso, mi posible mérito ha sido coordinar a personas que, como yo, admiten la validez de mi lema personal: ¡Otra forma de ver el mundo!, convencidos de que podemos ser felices viviendo la vida de forma diferente a como la viven muchos otros. No sé si sea bueno o malo, o peor o mejor que otros, sólo sé que todo lo he hecho en favor de mi familia, de Dios y de mi conciencia, como persona, como parte de un grupo social y de la Naturaleza, bajo el principio de que debo ser agradecido y tratar de retribuir en algo el privilegio de vivir y sobre todo estar sano, al menos hasta ahora. No soy un santo, por supuesto, pero por convicción he tratado de no ser un demonio, mucho menos el monstruo asqueroso que algunos dicen que soy, además de un defraudador y un malvado. Nunca he firmado un documento en contra de un compañero de trabajo ni me he reunido con otros para fregar a alguien, no he sido espía de Gobernación, ni golpeador, ni he vivido del chayote, me daría pena haber cobrado y disfrutar de un dinero ilegítimo o ilegal. Jamás le he robado a nadie un peso ni mucho menos algún bien, un terreno, y cuando he ofendido involuntariamente a alguien, he ofrecido las disculpas pertinentes, aun sin tener la culpa, y me he puesto a la disposición de las instancias o personas que consideren que debo reparar algún daño. Comprendo las diferencias de pensamiento y de visión de la vida entre individuos, y lo mismo he esperado de los demás, pero igualmente comprendo que los seres humanos somos complejos y a veces nos dejamos dominar por las bajas pasiones. No tengo propiedades, mucho menos lujos, y agradezco a mis conocidos y cercanos no exigirme tenerlos como condición para brindarme su amistad y generosidad, su solidaridad y apoyo. Ese soy, sencillamente, es mi perfil, mi estilo personal, con absoluta transparencia, hasta de más, bajo un espíritu altruista, pacífico, de buena fe y sin fines de lucro. Nunca ando viendo qué voy a ganar a cambio de hacer un favor o emprender una acción en beneficio de los demás. Gracias a Dios, a la Vida y a todos quienes han confiado en mí. Feliz última semana de abril, el cuarto mes del año que ya se anda terminando. Que haya salud en sus familias y sus actividades sean productivas y tengan éxito. ¡Gracia por todo! Nunca tendré cómo pagarles a quienes me aprecian su gesto solidario, hacia mí y hacia el malvado Croniquero imprudente.

¡Otra forma de ver el mundo!

#𝗤𝘂é𝗱𝗮𝘁𝗲𝗘𝗻𝗖𝗮𝘀𝗮. 🏡 💙