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Isaรญs Alanรญs
A ๐๐ญ๐ข๐ณ๐ข, ๐๐ฆ๐ณ๐ฆ๐ฏ๐ช๐ค๐ฆ, ๐๐ถ๐ข๐ฏ ๐๐ข๐ณ๐ญ๐ฐ๐ด, ๐๐ถ๐ข๐ฏ ๐๐ณ๐ข๐ฏ๐ค๐ช๐ด๐ค๐ฐ ๐บ ๐๐ถ๐ข๐ฏ ๐๐ข๐ฃ๐ญ๐ฐ.
๐ ๐ข ๐ฏ๐ฐ ๐ด๐ฆ ๐ฆ๐ด๐ค๐ถ๐ค๐ฉ๐ข, ๐ด๐ช ๐ฏ๐ฐ ๐ฆ๐ญ ๐ด๐ช๐ญ๐ฆ๐ฏ๐ค๐ช๐ฐ ๐ฅ๐ฆ ๐ญ๐ข๐ด ๐ด๐ฐ๐ญ๐ฆ๐ฅ๐ข๐ฅ๐ฆ๐ด.๐พ๐๐ง๐ก๐ค๐จ ๐๐ค๐ฃ๐จ๐๐ซ๐๐๐จ
Conocรญ a Juan siendo muy joven y nunca imaginรฉ que haber mantenido un dialogo-monรณlogo con รฉl librando una batalla con lo desconocido a travรฉs de su palabra, la fortuna me conducirรญa muchos aรฑos despuรฉs a escucharlo en un cafรฉ de Avenida Universidad.
Pese a ese accidente del lenguaje, ยฟnunca podrรฉ saber quiรฉn carajos es Juan?
Las apariciones mienten porque sin su vida luminosa, Juan no serรญa el Juan que conocรญ, ni al que escuchรฉ embelesado por su palabra que venรญa de muy adentro de otras ondas y ecos guardados en lo mรกs profundo de su ser. Su aliento hacia reburujar a la lluvia sobre la tierra seca, resentida y levantar polvaredas de disparos imaginarios.
Juan es una voz de infinitas voces que muestra el silencio del campo, la batalla del amor, el desprecio, la bondad, la venganza, el hambre y la ruina; mantener vivo el relinchar del caballo antes de cruzar el umbral de un seto de piedras donde el hijo del hombre terminรณ su vida crucificado sobre un charco del alba, dando por terminada una dinastรญa.
Y una mujer acabรณ tirada cubierta de perlas punzantes causado por la sombra de otro, o por el mismo caballo desbocado por el misterio.
Su voz, me abriรณ los caminos para descubrir la arena que luce su cola de pavo real inexistente y se enreda con la noche y el dรญa.
Y me puso en bandeja de prosas, el antes y despuรฉs del universo y la creaciรณn de pequeรฑos poemas dentro de su obra; hรบmeda, polvorienta y รบnica: โHacรญa tanto que no alzaba la cara, que me olvidรฉ del cieloโ.
Circulada de lumbre y paridora de tiniebla. Dueรฑa de una poquedad tormentosa, iluminada por la transparencia del velo y la ceguera de la rosa y muy difรญcil encasillarla con algรบn apellido literario.
Juan es otro, y es los otros y todos. Late, se aparece y desaparece como una fuente inagotable de imรกgenes, sueรฑos, sombras, gritos, murmullos y silencios.
Hay cuentos escritos a balazos, con la respiraciรณn de la agonรญa de un crucificado, el desgarramiento del amor castrado y la iluminaciรณn de tierra vertida sobre un catafalco de memorias cantadas.
Juan se multiplica y Es los Otros: el alejado del reflector, de cenรกculos donde su nombre se expande y duplica, estalla, desaparece y colma el paisaje de la escritura con su resplandor, y bajo su discurso, la dialรฉctica de occidente se transforma en un montรณn de piedras que se desvanecen y Electra y Edipo son un reflejo.
Es Otro el Juan y los otros, los que persistirรกn mientras la mรบsica del lenguaje exista sobre la faz de la luna y Juan desaparezca cada segundo y al volver florezca su genio y permanezca detenido en el tiempo dentro de un Juan inenarrable, el Juan de todos y de nadie, el dueรฑo de la vida y la muerte, de la palabra y el olvido que al desnudar la noche, hace brotar estrellas y al tocarlas nace un papalote y un cardo que surca bajo la tierra desierta de la memoria -en donde el viento- se transforma en imagen y vibra como relรกmpago mรกs compacto que el recuerdo de un sueรฑo perdido bajo la lluvia รกcida de Luvina donde no pasa nada y Juan el Otro bebe cerveza clara en ebulliciรณn y en medio de las voces se derrama hasta encontrar una salida y desaparecer, mientras en la cueva del silencio no se oye nada y Juan, no el otro si no Este, descansa sin cerrar los ojos y abre y cierra las pรกginas de un libro infinito que saca chispas al llano pelรณn del dรญa sobre los labios sudorosos del deseo sacrificado en honor del arcรกngel Gabriel.
Perder al padre es perder la raรญz y volar con ella. Eso lo se perfectamente bien igual que Juan, el de los otros y no este que dibuja con letras de arena el origen de todo y nada.
Ese Juan arisco, tullido de sacar la cara y decir Juan soy Yo y no otro, el Juan de la gruta submarina de la oficina que lo cobija con sus alas olorosas a papel viejo. Ahรญ se mantiene firme, repasando legajos sin historias, de otro tiempo y de ninguno. O el otro, el de los caminos polvorientos de Comala donde aprendiรณ el oficio de tiniebla y a transformarse en gallo galante al pardear el alba.
Su andar es de cicatrices, de purulencias, de guerra santa, de lagrimas que al chorrear se convierten en canicas de alabastro, en comales de vidrio, en ramo de cebollas cortadas en el negro precipicio de la creaciรณn que Juan el poeta madura y aรฑeja en su chistera de verbos y entre mil copas de tequila.
Demiurgo de la transparencia y de su imperturbable conocimiento de lo que al pasar, permanece, se infecta y muere al escuchar el brote de la flor del capomo que desde la otra orilla de los Juanes, agita sus ramas en seรฑal de apremio y ganas de cantar con la Caponera, la sonata de los otros y con el que mantengo contacto antes del tiempo y despuรฉs del tiempo y la desmemoria.
En un viaje brumoso y quemante a la Costa Chica, me tope con Juan, no del que hablo si del que nos habla en su silencio; รฉl preparaba un documental sobre los afrodescendientes, posteriormente al otro Juan en un homenaje en el Museo del INAH.
Y entre Juanes te veas porque al principio o al final te darรกs cuenta que Juan es Uno y es cuatro y es mil Juanes y un mujer que sin ser Juana es รl y su extensiรณn que desde el otro cuadrante de la vida, respira y bebe agua clara como el amor al olvido que danza en cartas desesperadas escritas con letras de sangre.
Nada que ver con Juan el que nadie sabe si existiรณ y lo zurcieron a un evangelio, hijo de Salomรฉ y Zebedeo que escribiera el Apocalipsis con metรกforas futuristas de ciencia ficciรณn sentado sobre brasas en la isla de Patmos despuรฉs de ser rescatado de un caldero hirviente de aceite y levado hacia รfeso por el mismรญsimo espรญritu santo que no pudo salvar el amor de Susana San Juan con un montรณn de ceniza florecida y en la entrada de su templo aรบn es posible leer la sentencia: โSi como hombre batallรฉ en รfeso contra fieras, ยฟquรฉ me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque maรฑana moriremosโ.
Lo que trato de intentar saber es como Juan se multiplicรณ sin ser Juan y siendo Juan nadie lo sabia porque Juan, siempre tratรณ de pasar desapercibido a pesar de luchar a contracorriente con รฉl porque la creaciรณn fue y sigue siendo su principal demanda de libertad y la mejor arma para evadir a grupos de feroces capataces que intentaron descuartizarlo para erigirse en dueรฑos de la verdad sin saber que el alfabeto se compone de letras y no de actas del ministerio pรบblico de la crรญtica .
ยฟA quiรฉn conocรญ primero a Juan o a los otros? Se me hizo cocas el cerebro o la verdad ni lo uno ni lo otro. Si, primero fue a Juan Eterno, despuรฉs a los otros que tambiรฉn lo serรกn.
El punto es que en el mundo de las confundiciones -categorรญa acuรฑada por el filรณsofo Mezclanda Ananda- Juan no es Otro es todos y el Juan que conocรญ en el mar No es Juan el hacedor de imรกgenes, el demiurgo del instante y lo eterno, ni el que camina de un lado a otro con un cigarrillo entre los labios presa de una erudiciรณn incontrolable y sombrรญa camino de los confines.
No puede ser el caminante que entre veredas de polvo regresa a su pueblo en busca de una sombra. Podrรญa ser el Juan que platicรณ con Emiliano y le hablo de canarios y olas gigantes y en mi casa durmiรณ en la hamaca cantando los cuentos -con la voz de Juan el otro- a mi hijo que permanecรญa estรกtico, iluminado por un mundo que gira sobre la cabeza de Juan y al expandirse al interior de la estancia se transforma en un pueblo azotado por la neblina y las ganas de recuperar la tierra.
Por eso nadie te va recordar como Juan Nepomuceno Carlos Pรฉrez Rulfo Vizcaรญnoโ, nacido de vientre de varona en la trinidad de uns serie de pueblos de la Nueva Galicia en el aรฑo tres mil de la era Comala y que tras breves pasos en el micro universo, una cofradรญa de chamanes fueron testigos de como tu rostro de arena -cuya raรญz encalla en la profundida del mar- se diluyรณ en corpรบsculos de astros hasta socavar el delgado hilo que une a Pedro Pรกramo con la fuente de la eterna juventud que no es otras cosa que un trago de bingarrote diario para llegar a viejo sin sufrir daรฑo alguno ni en el cuerpo ni en el รกnima que sin saberlo se va quedando sola como la que deambula en la calle espantando a los espรญritus del lenguaje.
Conocรญ a Juan, en una hora de un dรญa y mes de un aรฑo del cual no tengo el recuerdo.
ยฟDe cual Juan estoy hablando, del enamorado de Clara Aparicio, de la literatura y la fotografia? O del otro, el de la eternidad creadora que a pesar de todo, permanece en Lo que no permanece y en la quietud de dos o tres versos desaparecidos de la Canciรณn de mayo.
18 de marzo de 2023 y en Jiutepec, Morelos.
#QuรฉdateEnCasa๐ก๐
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