𝗚𝗼𝘁𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗛𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮

Arturo Ríos Ruiz

𝘈𝘔𝘐𝘎𝘖𝘚, 𝘔𝘐𝘓 𝘋𝘐𝘚𝘊𝘜𝘓𝘗𝘈𝘚, 𝘏𝘜𝘉𝘖 𝘜𝘕 𝘗𝘙𝘖𝘉𝘓𝘌𝘔𝘈 𝘛É𝘊𝘕𝘐𝘊𝘖 𝘘𝘜𝘌 𝘉𝘖𝘙𝘙Ó 𝘓𝘈 𝘎𝘖𝘛𝘈. 𝘝𝘈 𝘋𝘌 𝘕𝘜𝘌𝘝𝘖

CDMX, a 3 de feb. 2023.- El prestigiado historiador Luis González Obregón, relata una anécdota de Juan Álvarez que manifiesta su sensibilidad republicana. El el general estaba sentado cerca de la puerta de su hacienda La Providencia, vio venir por el camino de México, aprisa, montado en un caballo, a un oficial del ejército, que traía un mensaje en la mano.

Llegó el oficial, bajó violentamente del corcel, y al ver la humilde actitud y el traje sencillo de aquel hombre le arrojó las riendas del caballo y le gritó con brusquedad:

“Paséalo”, con tono arrogante, imaginándolo un peón.

Don Juan se levantó, tomó las bridas y comenzó a pasear al animal. Entre tanto, el portador del mensaje entró a la casa de la hacienda y al preguntar por don Juan Álvarez, una viejecita le dijo con tono amable:

—Ahí está, es el que cuida el caballo de usted. El oficial abrió los ojos desmesurados y con la boca abierta desconcertado y arrepentido de su terrible equivocación, nervioso se encamino hacia el general Álvarez.

Confundido y apenado salió y al acercarse a don Juan Álvarez comenzó a ensayar una disculpa en estos términos: Temblaba terriblemente de las piernas y un grueso sudor recorría su rostro y su cuerpo.

“Mi general…” habló balbuceante y hasta temeroso; esperaba una reprimenda dado la altura del personaje reconocido por los altos políticos y los generales del Ejército que, hasta le temían.

Álvarez lo interrumpió y le dijo sonriendo, tocándole el hombro: “No tengas cuidado muchacho: aquí todos somos iguales. El soldado, ya mero se desmayaba, FUENTE: La Voz del Norte.

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