𝘿𝙚 𝙥𝙡𝙖𝙩𝙞𝙡𝙡𝙤𝙨 𝙚𝙢𝙗𝙡𝙚𝙢á𝙩𝙞𝙘𝙤𝙨 𝙮 𝙣𝙤𝙨𝙩𝙖𝙡𝙜𝙞𝙖𝙨 𝙞𝙣𝙛𝙖𝙣𝙩𝙞𝙡𝙚𝙨

Elino Villanueva González

En otros momentos les he dicho el nombre del platillo y los ingredientes. Ahora va de reto, en especial para aquellos paisanos, familiares y amigos, que han tenido el privilegio o la necesidad —eso depende de la visión de cada quien— de emigrar al norte para hacer vida, tratando de encontrar mejores oportunidades, y ganar un poco más de dinero y acumular bienes. Nosotros, en más de cuarenta años de trabajo personal y profesional, no hemos podido hacernos de propiedades ni mucho menos tener lujos, pero lo bailado nadie nos lo quita, y más el disfrute de los recuerdos de la infancia feliz que se disparan con este tipo de delicias suculentas y emblemáticas. Les haremos llegar una sorpresa muy nuestra a quienes nos digan por lo menos la mitad de los elementos de la preparación que aquí se presenta, con la que emprendimos nuestras tareas de este sábado hermoso, imagen con la que les deseamos un feliz fin de semana a todos. Y a quienes andan cerca, ya saben que los domingos es día de servicio de alimentos en la Granja Amojileca. Esperamos sus comentarios. Ah, los elementos van más allá del queso de Apaxtla, inigualable, el chocolate de tablillas de cacao y la semita de piloncillo y requesón, pues esos, al igual que las tortillas calientitas y saliendo del comal, hechas a mano, ya saben que son de acompañamiento: hablamos del plato principal. ¡Otra forma de ver el mundo!

#𝗤𝘂é𝗱𝗮𝘁𝗲𝗘𝗻𝗖𝗮𝘀𝗮. 🏡 💙