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Miguel รngel Mata Mata

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๐Ÿญ.
Es terrorรญfico saber que, frente a la estatua de Tin Tan dejaron la cabeza de un decapitado en una hielera del Oxxo. 
Sobre la costera Miguel Alemรกn y cerca de la zona mayormente conocida de Acapulco: Caleta y Caletilla.  
Ahรญ han asesinado, en la playa, con el sol alumbrando los casquillos y balas que se metieron en cabezas y cuerpos de inertes que han pasado a ¿mejor? vida.
Ha pasado cerca de la plaza รlvarez. En La Condesa. En el estacionamiento del y en el mismo restaurante La Playita. Igual ha pasado en la playa Icacos.  
Es terrible. Es el terror. Da miedo.
๐Ÿฎ.
Da miedo saber eso. 
Pero, da mayor miedo otra cosa. Se ponen los pelos de punta y la piel chinita, chinita, cuando la violencia viene de quienes debieran cuidarnos: los policรญas municipales. 
Eso le ha pasado el sรกbado por la tarde al periodista Juan Manuel Millรกn Sรกnchez, quien ha sido secuestrado, extorsionado e intimidado para obligarle a firmar un convenio por una falta de trรกnsito que รฉl jamรกs cometiรณ.
Es terrible. Es terror. Da miedo. 
๐Ÿฏ.
El sรกbado pasado, cerca de las dos de la tarde, el periodista estacionรณ su auto sobre la avenida Farallรณn. La puerta derecha de su auto quedรณ abierta. 
De pronto, ¡Zas y Zรกcatelas! 
Un motociclista, que rebasรณ por la derecha, se estrellรณ con la puerta abierta. Volรณ por los aires. Se daรฑรณ la moto. Tambiรฉn รฉl.
El periodista auxiliรณ al infortunado motociclista y le ofreciรณ llevarlo a un hospital pรบblico. Pero…
No contaba con que, el moto conductor, trabaja como agente de trรกnsito municipal y, ese dรญa, era el de su descanso.
Al lugar llegรณ una mancha de agentes. Juzgaron, condenaron y ejecutaron el periodista. 
Que un grupo de policรญas te rodeen y acusen en pรบblico...
Es terrible. Es terror. Da miedo.
๐Ÿฐ.
El periodista fue llevado a las oficinas municipales. “Las de la Coca”, decรญamos hace muchos aรฑos.  
Lo encerraron en la oficina de los jefes de peritos apellidados Magaรฑa, Corona y Rico.
No permitieron que le acompaรฑaran ni su abogado ni sus familiares. Le amenazaron. Le dijeron serรญa remitido al penal de Acapulco. No le permitรญan hacer llamadas ni hablar con nadie. 
Todo en, al menos, seis horas. Encerrado, asoleado, hastiado.
Es terrible. Es terror. Da miedo.
๐Ÿฑ.
Obligaron al periodista a pagar a la supuesta vรญctima mediante un convenio amaรฑado y elaborado por esos “servidores pรบblicos” quienes, ademรกs, elaboraron un dictamen pericial en donde acusaron, juzgaron y ejecutaron su sentencia:
“el periodista es culpable de tener su puerta derecha abierta y el motociclista debe recibir atenciรณn mรฉdica en un hospital privado, con cargo al acusado, porque rebasar por la derecha ya es permitido en รฉsta ciudad”.
Millรกn fue obligado a pagar por una falta no cometida, luego que una pandilla de servidores pรบblicos le quitaron su libertad, de manera ilegal; le obligaron a firmar y pagar un convenio en su contra y dejarle en libertad luego de siete horas de encierro en una oficina municipal.
Dicen que le hicieron un favor al no remitirlo a la agencia del MP donde le darรญan sabadazo, domingazo y tal vez hasta lunazo. Y le harรญan otro favor si le pagaba el doble o el triple, de lo establecido en el amaรฑado convenio, a la supuesta vรญctima para que “ya no te molesten mรกs”.  
Todo porque un motociclista rebasรณ por la derecha y se estrellรณ con un auto estacionado, cuyo conductor ofreciรณ llevar a un hospital al infractor herido.
Debe ser terrible. Es el terror. Da miedo.
๐Ÿฒ. 
Pensar mal nos permite, a veces, muy a veces, acertar. ¿Este es uno de esos casos?
Juan Manuel Millรกn es uno de los periodistas que interpusieron una queja en las comisiones de los derechos humanos en contra de la presidente municipal de Acapulco, Abelina Lรณpez Rodrรญguez, por agresiones a la prensa de Acapulco, cuando ella comenzaba su administraciรณn.
La denuncia sigue viva como, tal vez, y solo tal vez, los jefes de peritos municipales actuaron privando de su libertad y extorsionando al periodista porque alguien de muy arriba se los ordenรณ. 
Y de no ser asi… 
Es terrible, Es el terror. Da miedo.
๐Ÿณ. 
Que los ciudadanos estรฉn a merced de estos jefes de peritos, Magaรฑa, Corona y Rico, da mucho miedo.
¿A cuรกntos ciudadanos han privado de su libertad de manera ilegal? 
¿A cuรกntos han extorsionando utilizando esta metodologรญa especializada en sacar dinero fรกcil? 
¿A quiรฉn le reportan los ingresos por esos latrocinios? 
Terrible. De terror. Da miedo saber que el resultado de sus extorsiones, siempre caen para arriba.
¿Quรฉ tan arriba?
๐Ÿด.
Cabe la posibilidad de que se interponga una denuncia penal por privaciรณn ilegal de la libertad y extorsiรณn en contra de los pรญcaros y, tal vez, en contra de quien les habrรญa ordenado actuar como delincuentes.
Tal vez, y solo tal vez, se invite a ciudadanos que han sido vรญctimas de los mismos pilluelos a unirse a la denuncia que serรก colectiva.
Es terrible. Es el terror. Da miedo vivir entre muertos en la costera y playas y entre pillos en las oficinas de la policรญa de Acapulco.
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Juanita Lobato, periodista de la vieja guardia que fue directora de la Hemeroteca Municipal ha perdido la vida. 
Sus amigos lo sintieron entraรฑablemente.
¿Por quรฉ, el ayuntamiento en donde ella era responsable de la memoria colectiva de la ciudad, no le dedicรณ ni una frase fรบnebre?
La frivolidad debe ser la respuesta obvia.
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