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๐พ๐๐ก๐จ๐ค ๐พ๐๐จ๐ฉ๐ง๐ค.ACAPULCO, GRO., 27 de Febrero de 2023.--Oculta de las miradas del populacho, la “Casa Raquel” fue la primera casa de citas que existiรณ en el puerto de Acapulco, la cual se encontraba sobre la calle Inalรกmbrica y fue abierta en 1962, que en aquella รฉpoca se le conocรญa como lupanar y funcionaba como cantina, pero a la vez ofrecรญa los servicios de jovencitas que practicaban el oficio mรกs antiguo del mundo.
De acuerdo a las viejas crรณnicas de esos aรฑos, se trataba de un inmueble que tenรญa las caracterรญsticas propias de una vivienda “normal” y que atraรญa el turismo sexual, que fue su principal generador de ingresos, en virtud de que el cobro era en dรณlares debido a que se ofrecรญa un servicio de calidad por tratarse de clientes muy exigentes.
El cronista de la ciudad, Anituy Rebolledo Ayerdi, cita en su prolรญfico acervo histรณrico, que la propietaria de ese congal fue Rebeca O de Piรฑa, cuya visiรณn empresarial traspasรณ fronteras y abriรณ otros negocios del mismo giro en la Ciudad de Mรฉxico y en el estado de Puebla, obviamente, con las ganancias que generaba la “Casa Raquel”.
Hay que recordar que en esa dรฉcada el puerto de Acapulco, empezรณ a detonar como el primer destino turรญstico de Mรฉxico, con la construcciรณn de la costera Miguel Alemรกn, en 1949, por el presidente de la Repรบblica, Miguel Alemรกn Valdรฉs, que aparte de que era un paseo por el litoral costero, convergรญa con hoteles de lujo y una rica zona comercial.
Es esta bonanza que aprovecha doรฑa Rebeca O de Piรฑa, de mudarse de lugar y se finca en el fraccionamiento Marroquรญn, pero con el propรณsito de que sus “distinguidos” clientes no perdieran la ubicaciรณn de su negocio, mantuvo el mismo nombre de “Casa Raquel”, aunque con el paso de los aรฑos y quizรก en un acto de ego, decidiรณ cambiarle el nombre a “Quinta Rebeca”.
Es de resaltarse, que en este sitio solo trabajaban mujeres de cuerpo escultural, bellas y jรณvenes, que era lo que atraรญa no solo a empresarios, polรญticos y funcionarios pรบblicos, obviamente, turistas, pero tambiรฉn que eran garantรญa de secrecรญa y clandestinidad, es decir, no se admitรญa a cualquiera, pues se daban el lujo del derecho de admisiรณn, es por eso, que este lugar muchos sabรญan que existรญa solo en plรกticas o anรฉcdotas.
Ademรกs, la propietaria contรณ con el apoyo de las autoridades y gente poderosa, de otro modo corrรญa el riesgo de que se le clausurara, por lo que al estar alejada de los escรกndalos, sus servicios eran mรกs demandados, lo que le representaba jugosas ganancias, pues las bebidas tenรญan un costo muy superior al de otros negocios y por eso solo acudรญa gente pudiente, solo que a consumir su principal artรญculo: las bellas sexoservidoras.
Quizรก un capรญtulo que es el mรกs recordado, fue el que ocurriรณ entre 1964 o 1965, es que los cronistas no se ponen de acuerdo, en lo que sรญ coinciden es que se registrรณ durante la visita oficial a Mรฉxico de la reina Juliana de Holanda, quien acompaรฑada por su esposo el prรญncipe Bernardo, despuรฉs de cumplir con su agenda oficial, el gobierno de la Repรบblica los invitรณ a conocer el puerto de Acapulco.
En ese entonces el alcalde de Acapulco, era el doctor Ricardo Morlet Sutter, fue quien los recibiรณ y los hospedรณ en el mejor hotel, solo que en el prรญncipe consorte Bernardo, aprovechรณ para pedirle a solas al edil que organizarรก un “safari nocturno”, que al momento entendiรณ que lo que le pedรญa era una noche de congales y en ese momento el mejor lugar era la “Quinta Rebeca”.
Asรญ que instruyรณ a su policรญa y a los soldados, a efecto de que se dispusiera un operativo de seguridad para garantizar la estancia de su distinguido huรฉsped, por la noche lo llevรณ al negocio de doรฑa Rebeca O de Piรฑa, a fin de darle una sorpresa con el atractivo que se ofrecรญa y la recepciรณn consistรญa en que todas se formaran en el patio con sus diminutas galas, exhibiendo sus contorneadas formas y todo el esplendor de su belleza, para dar la bienvenida a este miembro de la realeza e hiciera el pase de lista a la tropa femenina.
El alcalde nunca imaginรณ ser รฉl el sorprendido, cuando al entrar el prรญncipe Bernardo, las atractivas damas que ofrecen el amor comprado, al verlo, rompieron la formaciรณn que les habรญa ordenado la propietaria y se le abalanzaron encima, llenรกndolo de besos y caricias, dejando el descubierto que era un cliente frecuente del lugar.
Las expresiones de las mujeres semidesnudas lo llamaban “Mi Rey”, otras solo “mi Prรญncipe”, “Papilindo” o simplemente “Papi” y hasta alguien le dijo en tono de reclamo ¡Hasta que volviste cabrรณn!, mientras que Bernardo, devolvรญa el arrumaco con una sonrisa y palmadas, como todo un conocedor de estos menesteres del placer prohibido.
¿Pero cรณmo fue que el prรญncipe conociรณ la Quinta Rebeca? Bueno, hay la sospecha que fue durante sus visitas que hizo anteriormente al puerto, con el argumento de aprender a bucear, con el gran tritรณn del mar Hilario Martรญnez, “El Perro Largo”, por lo que no se duda ni tantito que haya sido quien lo llevรณ a esos montes perfumados y se haya convertido en cliente frecuente.
Por lo que fue el esposo de la reina con nombre de sopa, Juliana, el รบltimo personaje de alcurnia que visitรณ la “Quinta Rebeca”, que despuรฉs de varios aรฑos de estar abierta al pรบblico, finalmente sucumbiรณ y este inmueble en la actualidad es una construcciรณn que conserva su amplio patio adoquinado de unos 800 metros cuadrados, hay ahora dos escaleras al final, lo adornan palmeras y mangos.
Quienes pasan por el lugar, pueden admirar un muro de mamposterรญa granรญtica, estรก en alto relieve y pintado de color naranja esta el nombre de Rebeca, con una letra que ya no se usa, pero eso si, se recuerda que aquรญ estuvieron las mujeres de alquiler mรกs hermosas, ofreciendo sus servicios a la gente poderosa de aquellos tiempos, entre estos, se dice, a miembros del Estado Mayor Presidencial, que llegaron, incluso, a cerrar la casa “solo para ellos”. (๐ฆ๐ญ๐ด๐ฐ๐ญ๐ฅ๐ฆ๐ข๐ค๐ข๐ฑ๐ถ๐ญ๐ค๐ฐ.๐ค๐ฐ๐ฎ.๐ฎ๐น).
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