𝗗𝗲 𝗯𝗼𝘅𝗲𝗮𝗱𝗼𝗿𝗲𝘀 𝗯𝘂𝗲𝗻𝗼𝘀 𝘆 𝗮𝗴𝗿𝗮𝗱𝗲𝗰𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗲𝘁𝗲𝗿𝗻𝗼𝘀
ℰ𝓁𝒾𝓃ℴ 𝒱𝒾𝓁𝓁𝒶𝓃𝓊ℯ𝓋𝒶 𝒢ℴ𝓃zá𝓁ℯz
Siempre he pensado que los ciclos deben cerrarse en el mejor momento, el más oportuno. Admiro, por ejemplo, a esos boxeadores buenos que cuelgan los guantes después de su mejor exhibición, para no andar después dando lástima o tratando de sobrevivir con peleas arregladas. Uno de nuestros anteriores proyectos, también inmensamente exitoso, la Pozolería La Misión, cerró en el momento cúspide, después de varios años de difundir la cultura guerrerense en el norte, desde la ciudad más hermosa de México: La Paz, Baja California Sur, y es literal: más de uno de nuestros visitantes lloró con nosotros en la despedida, y eso con nada se paga, nunca. Lo más admirable es que cada una de las familias de comensales se llevó uno por uno los objetos de la ambientación para guardar recuerdos de ese proyecto construido por ellos, los visitantes, y nosotros, la familia, Mary y los niños. No estamos anunciando el cierre de la Granja Amojileca, en lo absoluto, ese espacio original y maravilloso continuará operando como el único Parque de Educación Ambiental en Guerrero, sobre todo con su servicio de comida típica guerrerense de los domingos, en especial el mole verde con tamales de yerbasanta o ejote y el mejor pozole del rumbo, con su respectiva dosis de mezcal artesanal. Lo que estoy dando a conocer a mis amigos, sobre todo aquellos que me aprecian y respetan y valoran, es que por razones de salud dejaré de participar en su operación, de plano ya no puedo esforzarme mucho físicamente. Los golpes de la vida duelen y hacen daño, mucho daño, más los anímicos y emocionales que los físicos, y más todavía cuando en el origen principal del peor de ellos: el haberme enviado a la cárcel en el año 2015 como a un delincuente, sin ninguna duda la más grave violación a los Derechos Humanos en toda la Historia de la UAGro Universidad Autónoma de Guerrero, hace ya más de siete años, no hay la mínima intención de ofrecer una disculpa institucional ante la dimensión del perjuicio que me causaron al exponerme al escarnio público como un falsificador y un defraudador. Las testimoniales de la infamia más cruel, una verdadera patraña, cometida nunca antes en contra de un universitario guerrerense por parte de su misma casa y algunos de sus colegas, son públicas y muestran la absoluta irresponsabilidad, imprudencia, insensibilidad y conducta antiética y dolosa de la Coordinación de Asuntos Jurídicos de la UAGro y de varios de mis propios compañeros específicamente en mi contra. Todos sabemos quiénes son y qué papel jugaron, y que quede en su conciencia, nosotros no procedimos legalmente en su contra, ni de ellos ni de la institución, y seguiremos esperando un acto de desagravio, no porque estemos seguros que se hará, sino porque nos lo merecemos ante la magnitud de esa injusticia. Me quitaron fácilmente entre diez y quince años de mi vida, y lo peor es que el ambiente en mi contra ha seguido, con expresiones de auténtico odio y discriminación. No queda, pues, más que agradecer de todo corazón a todos, todos aquellos que respaldaron con su apoyo y su visita la creación de la Granja Amojileca Venadario y la ayudaron a consolidarse como el proyecto de vinculación institucional más exitoso en la Historia de nuestra Universidad, aunque de ello tampoco tenemos reconocimientos oficiales, qué se le va a hacer. Siempre hemos apegado nuestra existencia al principio de la conseja popular, que advierte que si del cielo nos caen limones, pues hay que aprender a hacer limonada, pero no cualquiera, sino la mejor limonada. ¡Gracias, gracias, gracias! Los mejores buenos deseos para todos, en especial que haya salud en sus familias. De verdad que mil gracias por ayudarnos a mostrar que sí se puede ser felices viviendo la vida de forma diferente a como la viven muchos otros, que sí hay, que sí podemos tener, que sí existe... ¡Otra forma de ver el mundo!
#QuédateEnCasa🏡💙
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