𝗕𝗮𝗹𝗮 𝗱𝗲 𝗧𝗲𝗿𝗰𝗶𝗼𝗽𝗲𝗹𝗼
𝒜𝓃𝒶 ℳ𝒶𝓇í𝒶 𝒪𝓁𝒶𝒷𝓊ℯ𝓃𝒶ℊ𝒶
𝗟𝗼𝘀 𝗼𝗷𝗼𝘀, 𝗲𝘀𝘁𝗼 𝗮𝗽𝗲𝗻𝗮𝘀 𝗰𝗼𝗺𝗶𝗲𝗻𝘇𝗮
En México siempre pasa lo impensable, lo indecible, lo irreal y, para colmo, este principio de año, pasa todo al mismo tiempo. Por eso le pido una atención adicional a lo que escribo. Ya sé que la tarea no es fácil, siendo que enero arrancó en el punto más alto de una montaña rusa y, en la primera semana, ya hemos caído, subido y vuelto a caer. Sujétese de la barra del carrito, no haga caso de los gritos, vientos y aspavientos, fije la vista al frente y, ante todo, no cierre los ojos, que voy a citar al Presidente.
“Ayudando a los pobres va uno a la segura, porque ya saben que cuando se necesite defender —en este caso la transformación—, se cuenta con el apoyo de ellos. No así con sectores de clase media ni con los de arriba ni con los medios ni con la intelectualidad. Entonces, no es un asunto personal, es un asunto de estrategia política”. Esta fue la reveladora confesión que hizo nuestro mandatario el miércoles pasado.
Con ello, “primero los pobres” dejó de tener sentido humanista para convertirse en pragmatismo puro. Difícil de digerir. Sin embargo, no había duda, no era ningún adversario el que lo decía, sino el propio Presidente. Irreal. Al igual que nadie inventó lo del plagio de la tesis, ahí están las dos casi idénticas. Nadie construyó las explicaciones de la ministra, fue ella misma. Una ministra con una tesis plagiada que quiere ser presidenta de la Suprema Corte de Justicia. Irreal. Se manchó a la Universidad y se tiznó a la Suprema Corte. ¿Quién va a recibir el castigo: la directora de tesis, la ministra, el notario que ratificó lo imposible o la fiscalía? La respuesta es casi inverosímil: Ovidio.
Gran noticia. Exitosa operación logrando tomar por sorpresa a los delincuentes, sacándolo de la plaza antes que ninguno de los sicarios pudiera evitarlo. Ahora bien, ¿seis meses de investigación y preparación para que caiga justo en la visita de Biden? Irreal. ¿Un regalo? ¿Correspondido con la decisión del mandatario estadunidense de aterrizar en el AIFA, porque nuestro Presidente se lo pidió por favor? Impensable. ¿Será más importante eso que las confrontaciones con Canadá y Estados Unidos por nuestros acuerdos comerciales en materia de energía? Inconcebible.
Y, por fin, el colmo: la semana cerró con el choque de dos trenes del Metro mientras la jefa de Gobierno estaba en Michoacán haciéndose campaña. Cruel demostración de que les parece mejor invertir en su promoción y en los 500 espectaculares de ella misma en todo el país, que destinar esos recursos al mantenimiento del Metro. Inverosímil, irreal, indecible. Lo cual nos lleva de regreso a la declaración del Presidente, que aunque tienen que ver con lo mismo, por poco se nos olvida.
Una declaración que cualquiera calificaría como un descaro. Tan brutal, que debería ser inconfesable. La pobreza les es útil. La pobreza sirve al Gobierno. La pobreza es necesaria para este Gobierno. Se desprecia a todos los que no son pobres porque no les son útiles. El disenso se desacredita y menosprecia porque no les sirve.
Le digo lo indecible: si usted pertenece a la clase media, a la clase alta, trabaja para algún medio o tiene alguna actividad intelectual, no se desgaste, no defienda lo indefendible. A este Gobierno, ya lo dijo el Presidente, usted no le interesa. Usted no le sirve.(𝘸𝘸𝘸.𝘮𝘪𝘭𝘦𝘯𝘪𝘰.𝘤𝘰𝘮).
@olabuenaga
#QuédateEnCasa🏡💙
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