𝗟𝗮 𝗰𝗼𝗻𝗾𝘂𝗶𝘀𝘁𝗮 𝗲𝘀𝗽𝗮ñ𝗼𝗹𝗮: 𝗹𝗮 𝗻𝗲𝗴𝗿𝗮 𝗽𝗲𝘀𝗮𝗱𝗶𝗹𝗹𝗮 𝗱𝗼𝗻𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗺𝗮𝗹𝗱𝗮𝗱 𝘀𝘂𝗽𝗲𝗿ó 𝗮 𝗹𝗮 𝗿𝗲𝗮𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱
Aportación de
𝒥ℯ𝓈ú𝓈 𝒫𝒶𝓈𝓉𝒶𝓃𝒶𝓈 ℋℯ𝓇𝓃á𝓃𝒹ℯz
Hay quienes lamiendo la bota que nos pisó, celebran contentos el despojo y el latrocinio sobre los pueblos de América, critican que se quiten las estatuas de nuestros opresores y reclaman airados que ¿cuándo se decretará el día en que se prohíba el idioma español?- La actitud sorprende cuando proviene de las llamadas "Vacas Sagradas del Sistema” y parece que desde los ecos del pasado se levantara el espectro de un ExSecretario de Educación, para responderle “Te falta ler”. Ajeno soy, a adoptar posturas de arrogancia académica; pero a veces, es necesario significar la importancia de nuestro pasado para que episodios dantescos como estos, nunca más retornen.
Estas posturas apologéticas tan llenas de desprecio a nuestra historia o tan faltas de memoria histórica, solo me hacen llegar a una dicotómica conclusión:
Primera.- Conocen poco la historia de los pueblos de América o
Segunda.- El complejo de Caín, que se regocija en matar a sus hermanos, se colude con el sentimiento flagelista de "besar" el látigo que durante 300 hizo de nuestros pueblos un “Infierno viviente” y que más tarde, lucharon hasta el sacrificio los más grandes hombres y mujeres a los que hoy debemos Patria y Libertad.
¿Cómo olvidar Las cabezas sangrantes de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez cuando fueron transportadas a Zacatecas, Lagos, y León y finalmente, el 11 de octubre de 1811, cuando llegaron a Guanajuato, se colocaron dentro de jaulas de hierro, y éstas fueron colgadas en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas? ¿Cómo olvidar que ahí estuvieron 10 años, violándoles sus derechos a la vida, al respeto de su honra y al reconocimiento de su dignidad, pilar fundamental de los derechos humanos? ¿Podríamos decir como el Nazareno: Perdónalos Señor, porque no sabían lo que hacían? O quizás seguir esa asquerosa recomendación que se dio a los padres de los 43, con el “Ya supérenlo”?
¿Cómo olvidar el martirio de Morelos en Ecatepec y de Don Vicente Guerrero Saldaña, el Patriota más limpio de toda la historia patria y de los miles y miles de héroes y heroínas olvidados que fueron víctimas en esa negra leyenda de América a los que luego de casi 200 años de nuestra Independencia Nacional, les parece poco?
Esta agresión no es solo cosa del pasado, sino un antecedente serio, que debe constar en la conciencia de los pueblos para que NUNCA MÁS VUELVA A REPETIRSE (me refiero al llamado derecho de NO REPETICIÓN, que tanto proclaman las legislaciones más avanzadas de Derechos Humanos).
Para más o menos dimensionar esta ofensa a los pueblos de América, en esta tenebrosa noche de terror, leamos a un escritor argentino y veamos cómo nos cuenta esta época de horror, muerte y sufrimiento inenarrable contra nuestros pueblos originarios:
"Hubo un tiempo en el que todo era bueno. Un tiempo feliz, en el que nuestros Dioses velaban por nosotros. No había enfermedad entonces, no había pecado entonces. No había dolores de huesos, no había fiebres, no había viruela, no había ardor de pecho. No había enflaquecimiento. Sanos vivíamos. Nuestros cuerpos estaban entonces rectamente erguidos. Pero ese tiempo acabó. Desde que ellos llegaron con su odio pestilente y su nuevo dios y sus horrorosos perros cazadores; sus sanguinarios perros de guerra de ojos extrañamente amarillos. Sus perros asesinos.
Bajaron de sus barcos de hierro con los cuerpos envueltos por todas partes y las caras blancas, el cabello amarillo y la ambición y el engaño, la traición y nuestro dolor de siglos reflejado en sus ojos inquietos; nada quedó en pie, todo lo arrasaron, lo quemaron, lo aplastaron, lo torturaron, lo mataron.
Cincuenta y seis millones de hermanos indios esperan desde su oscura muerte, desde su espantoso genocidio, que la pequeña luz que aún arde como ejemplo de lo que fueron algunas de las más grandes culturas del mundo, se propague y arda en una llama enorme y alumbre por fin nuestra verdadera identidad y, de ser así, que se sepa la verdad de cómo mataron y esclavizaron a un continente entero para saquear la plata, el oro y la tierra. De cómo nos quitaron hasta las lenguas, el idioma y cambiaron nuestros dioses atemorizándonos con horribles castigos, como si pudiera haber castigo mayor que el de habernos equivocado y permitirles que entraran a nuestras casas, templos, valles y montañas. Pero no nos han vencido, hoy, al igual que ayer todavía peleamos por nuestra libertad." (Fuente: Víctor Heredia, Taki Ongoy. La verdadera historia de la conquista, Buenos Aires, Ministerio de Educación, 2012.).
Y usted querido lector... ¿Que opina?
#𝗤𝘂é𝗱𝗮𝘁𝗲𝗘𝗻𝗖𝗮𝘀𝗮. 🏡 💙
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