Compartiendo Diálogos conmigo mismo
POSEEMOS UN ÚNICO GUÍA: JESUCRISTO
(Dejemos al Maestro que obre en nuestras vidas. Alimentémonos de su genuino verbo. Hagamos adoración, nos sentiremos libres. Brindemos de entusiasmo ante su esplendor sin ocasos. Como signos vivientes del amor de Dios, cosecharemos valentía. El esfuerzo será para gloriarse. Porque somos débiles, necesitamos alzar el vuelo para soñar y valor para seguirle. No dejemos que nos engañe la moda de los fuegos mundanos, siempre deslumbrando y oprimiendo).
I.- EN UNIÓN, CON LA PERSONA DE CRISTO,
CAMINAMOS FORTALECIDOS
Entre nosotros, aquí en la tierra,
todo ha de caminar en comunión,
todo ha de moverse en concordia,
todo ha de vivirse en puro amor,
bajo el son de Cristo como faro.
Sólo hay que mirarse en la cruz,
para verse en la mística celeste;
conocerse y reconocerse humilde,
como parte de un transitar vivo,
en recta renovación interminable.
Ahogados por el mar de males,
rogamos, oh Redentor nuestro,
fuerza para desaprobar miserias,
y corregir caídas que nos dejan,
sin fibra para el hallazgo de Dios.
II.- CON CRISTO SIEMPRE REUNIDOS,
VIVIMOS Y REVIVIMOS EL TIEMPO
Abramos las puertas del corazón,
sirvámonos docilidad en el alma,
que la dulzura del querer es vida,
lo que requiere juntarse a Jesús,
no cerrarse ni encerrarse en el yo.
Aprendamos a vivir congregados,
hasta el extremo de que indivisos,
vivamos en un espíritu fraternal;
seamos uno en el glorioso deseo,
de ser hogar y de formar familia.
Dejémonos congregar en la tierra,
por quien nos mora cada amanecer,
para surtir de luz a un orbe nuevo,
donde nadie florece más que nadie,
en un armónico palpitar de gozos.
III.- SEGUIR A CRISTO, ES DEJAR LAS TINIEBLAS DEL MUNDO,
VOLVER AL VERSO Y REGRESAR A LA POESÍA
El Unigénito, que se exterioriza
en nosotros, nos llama al verso;
y a regresar al baño de la poesía,
del que nunca debimos marchar,
perseverando fiel en lo auténtico.
La multitud de pasajes falsarios,
no entran en el reino del amor;
se requiere la verdad en todo ser,
que es lo que nos hace germinar,
subsistir y dar el pecho en unión.
Lo más importante es escuchar,
entrar en sintonía unos y otros,
y oír lo que el Señor nos indica:
Vivir su palabra y hacerla vida,
tan sólo así podremos alcanzarle.
Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
10 de septiembre de 2022.-
#QuédateEnCasa🏡💙
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