ARTÍCULO

Un novelista en Apango
Edilberto Nava García
La semana anterior, en la cancha central de Apango estuvo el novelista Juan Sánchez Andraca, a invitación de la secundaria técnica.  Fue un asomo, un atisbo a la cultura con un escritor en vivo, como una lástima que sólo los alumnos de dicha institución hayan leído varios libros del letrado autor de Un mexicano más, gracias a sus mentoras de la asignatura de españ
ol.
Linda mañana por diáfana. Hubo bailables con admirable agilidad juvenil, poesía en voz alta y cuento a cargo del declamador Colín Sánchez, corrido a Vicente de Guerrero, del maestro Vicente Pantaleón y, sin embargo, algo que sorprendió, es que los jovencitos estudiantes pudieron expresar los contenidos de varias novelas.
En lo personal, me agradó que Sánchez Andraca dijera que en Apango, hace 65 años, le nació el deseo de ser escritor, pues al visitar  a su tío el sacerdote,  escuchó muchas veces a su ayudante, quien le contó cuento tras cuento. Y señalando la ubicación del curato, dijo del atrio, de las dos canchas que había,  la fuente y recordó  algunos nombres de jugadores  de basquet  de ese tiempo, amigos de su tío el cura.
Al final del acto, se  anunció que el escritor autografiaría cada uno de los libros de su autoría que se tuviesen a la mano. Los jovencitos hicieron dos filas, algunos de ellos llevaban hasta tres libros de Sánchez  Andraca, quien gustoso les plasmó su autógrafo. Desde luego, agrada mirar cuánto se hace por impulsar la lectura desde las aulas, pues extraescolarmente, la gente es muy reacia a tomar un libro para leerlo, incluyendo a profesionistas e incluso a los propios mentores. Y bueno, lo que muchos ignoran, es que el autor de Un mexicano más es muy leído no sólo en México sino en el extranjero. Hace ocho años, por ejemplo,  estuvo en Cartagena de Indias, en Colombia, invitado por el guion de su película precisamente de Un mexicano más.
En su intervención dijo verdades de mucho peso. Recordó lo que le preguntó el ameritado poeta Juan García Jiménez, autor de Remigio, acerca de qué deseaba  ser en la vida. A lo que Sánchez Andraca le respondió: quiero ser escritor. ¡Ah! Quieres ser famoso y rico –le contestó el poeta. Entonces no escribas, métete a la política,  ahí se roba y se hacen ricos, con fama, porque se paga a la prensa, a la televisión. De escritor se vive en la pobreza, en la incomprensión, en la soledad, pero debes aguantar y hasta callar, creo que debió añadir.
En lo personal, sus palabras calaron hondo. Ahora sé por qué muchas veces no me comprendo  a mí mismo en mi afán por escribir. Mi amigo el novelista dio las respuestas. Y sin embargo, antes que lujosos muebles en casa o de alimentos  y vinos exquisitos, la opción de comprar libros y leerlos eleva nuestro nivel. Los finos muebles y exquisitos vinos no quitan ignorancia y continuaremos diciendo dende endenantes y ansina como dijo gelipe antier.

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