PRINCIPAL DE PRIMERA PLANA CON FOTOS

Conquistas de Víctor y
Próspero con su robot
Margena de la O.--Hace unos días Próspero y Víctor, dos jóvenes recién egresados del Conalep 133 de Chilapa, se reunieron con sus compañeros del plantel 113 de Chilpancingo para platicarles sobre su experiencia en el bachillerato. Su papel fue de conferencistas, sostenida en la participación que tendrán en el Mundial de Robótica en Osaka, Japón en 2020. La intención de ambos fue alentarlos en convertirse en estudiantes destacados.
En palabras de Víctor, se trató de una invitación a que “no dejen de perseguir sus sueños”, y en las de Próspero, una motivación para “seguir un buen camino”.
Los dos jóvenes de 18 años tienen suficientes cualidades para ser un ejemplo para otros estudiantes de Guerrero y del resto del país. “Hay jóvenes que se esfuerzan y se ven reflejados, no en nosotros, sino en el camino por el que hemos andado”, dice Próspero sobre su desempeño junto a Víctor. Ambos han vivido y crecido en entornos con to
do en contra y aun así destacaron.
Próspero Romero Gerardo es originario de la comunidad nahua de Ixcatla, municipio de José Joaquín Herrera. Para estudiar su bachillerato en el Conalep pidió posada en la casa de una madrina que vive en la cabecera municipal del Chilapa, donde está el plantel. Ese ha sido su hogar de lunes a viernes durante los últimos tres años, porque los fines de semana vuelve a su pueblo para ayudar a su padre, quien maneja una camioneta pasajera.
Aunque cumplió con la parte académica, todavía permanece en Chilapa. Realiza su servicio social en el Hospital General de Chilapa, un requisito para que el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep) le libere su bachillerato. El joven tomó y cursó la especialidad en enfermería, pero por sus habilidades ingresó al club de robótica que creó el profesor Luis Ángel Ramírez Alonso en 2017.
Después de cerrar esta etapa planea estudiar una carrera universitaria en Biomédica fuera de Guerrero, porque aquí no existe esa especialización.
Víctor Manuel Bautista Nieves vive en Pochahuizco, un pueblo de Zitlala que está ubicado a unos 40 minutos de la cabecera de Chilapa, y desde donde viajaba todos los días para estudiar en el Conalep 133. Los fines de semana o días sin clases trabaja en un invernadero de jitomate.
Ahora cursa el primer semestre en Ingeniería en Informática en la Universidad Tecnológica de Chilapa. Permanecerá en esta universidad hasta que pueda ingresar a la carrera universitaria en Mecatrónica.
La región en la que han crecido los dos estudiantes del Conalep es la parte baja de la región Montaña, una zona que tiene el reconocimiento mediático por la violencia e inseguridad. Chilapa, Zitlala, José Joaquín de Herrera, Ahuacuotzingo y Atlixtac, los cinco municipios de la zona se mantienen en la estadística oficial de esos males y en la del rezago educativo.
Es importante mencionar que el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica tampoco es el sistema educativo a nivel bachillerato más fortalecido por las autoridades educativas.  
Con todo eso, Víctor y Próspero ganaron el primer Concurso Nacional de Robótica Conalep 2019 en Cancún, Quintana Roo, el 26 y 27 de junio pasado. Obtuvieron el primer lugar en la categoría Fire Fighting Challenge y aseguraron su pase a Japón, donde competirán con jóvenes estudiantes de todo el mundo con la experiencia de armar y programar un robot.
Próspero lo tiene muy claro: “Ante la adversidad hemos podido salir”.
UN CLUB DE ROBÓTICA, DOS ESTUDIANTES Y UN PROFESOR
El profesor Luis Ángel, encargado de la academia de electromecánica del Conalep de Chilapa, en 2017 supo de la convocatoria para el Torneo Mundial de Robótica Educativa (WER México), una competencia estudiantil dividida por categorías, que les requería 22 mil pesos de inscripción.
Conalep Guerrero pagó el registro de los 10 planteles en el estado. Fue entonces que cada equipo, incluido el de Chilapa, recibió el paquete con el que arrancaba la competencia: un conjunto de piezas, que incluye una especie de cerebro digital, para armar y programar un robot al que deben asignarle habilidades.
El profesor reunió a 20 estudiantes, a quienes les vio aptitudes. El club de robótica en el plantel de Chilapa, que comenzó a tener más forma a partir de esa convocatoria, en realidad es un taller extra clase, es decir, sí acuden los estudiantes con más destrezas y buenas calificaciones, pero sólo por gusto. Aquí el programa de estudios no lo incluye, como en sucede en otras partes del país. 
A Víctor lo ubicó porque fue alumno en su academia. Le observó destrezas en los talleres del manejo de componentes electrónicos. Esas habilidades las ha pulido y aumentado, por ejemplo, el año pasado presentó prototipos de Fórmula 1 y de una alarma sísmica.
Con Próspero se encontró una ocasión que armaba un prototipo de aire acondicionado. La directora del plantel vio al profesor armándolo y le dijo que había un muchacho inscrito en la especialidad de enfermería a quien también le gustaban esas cosas. “Próspero, tengo entendido, desde la primaria ya hacía muchos artefactos, con lo que encontraba”, comenta.
Del equipo, Víctor y Próspero son los que adelantaron en desarrollo, tanto que al día siguiente que llegaron las piezas del robot ya lo tenían armado, al que todavía faltaba un complejo trabajo de programación, pero fue la muestra que necesitaba el profesor de su agilidad.
Los estudiantes participaron en ese primer torneo mundial de robótica. Víctor, como armador, y Próspero como programador. Se quedaron sin competir en la fase regional por una falla de origen en el controlador lógico programador o cerebro del robot, aunque eso les dio el pase automático a nivel nacional, donde se quedaron lejos de los mejores lugares.
Al siguiente año lo intentaron y llegaron al número 22 de la nacional entre más de 200 competidores.
La experiencia en estos torneos, según el profesor, son las bases que hacen posible que los estudiantes estén considerados ahora como jóvenes destacados.
El Conalep lanzó el primer concurso nacional en robótica con la participación de unos 24 estados, incluidos los del norte del país, con los mejores indicadores académicos.  
Esas diferencias fueron visibles, de acuerdo con el profesor, en los materiales de los robots. El de Próspero y Víctor era más sencillo, pero con mayor destreza.
En la prueba final del torneo en Cancún, el robot de los jóvenes guerrerenses cumplió hasta la última prueba: apagó las velas de una ruta sin salirse del perímetro delimitado en menos de dos minutos. El robot de sus rivales, unos estudiantes veracruzanos, se salió de la línea marcada tan pronto comenzó la competencia.
NOS QUIEBRAN, PERO NO NOS DOBLAN...
Los jóvenes Próspero y Víctor recibieron este 13 de septiembre la medalla Sentimientos de la Nación, presea que otorga el Congreso de Guerrero como parte del aniversario de la instalación del Congreso de Anáhuac y la lectura de uno de los documentos políticos más importantes de la historia de México, los Sentimientos de la Nación.
El reconocimiento a los egresados del Conalep de Chilapa tiene que ver con los resultados que lograron con el robot apaga fuego.
Los planes de los muchachos con ese robot, cuenta Víctor el viernes de la premiación, es convertirlo en un equipo que funcione para apagar fuego en caso de grandes incendios, como ocurrió en la pasada temporada de secas en Guerrero.
“Queremos que nuestro proyecto, que ahorita es un prototipo, en un futuro hacerlo real, más que nada para ayudar. Como bien saben pasaron algunos incendios, hubo pérdidas humanas y queremos hacer este proyecto para que ya no ocurra eso”, comenta.
Después de recibir la presea, Próspero, en su nombre y el de su compañero, la dedicó a todos los jóvenes guerrerenses. “Esta presea Sentimientos de la Nación, que mucho valoramos Víctor y yo, se la ofrendamos a la juventud guerrerense, porque ella la ganó, y para el caso sólo somos siervos de la juventud, pues son los jóvenes que se ven reconocidos en esta valiosa presea”. Con eso el estudiante hizo énfasis en la importancia de que reconozcan a jóvenes en un estado con las crisis de Guerrero.
La dedicatoria de los estudiantes tuvo un especial significado por la controversia que se generó cuando los diputados la asignaron.
El secretario de Gobierno, Florencio Salazar Adame, desde sus redes sociales, colocado en la posición de ex diputado local, calificó como una “designación mediocre” la elección de los jóvenes del Conalep para recipiendarios de la presea. A su juicio estas decisiones convertían el galardón en insignificante.
También existe un antecedente complejo, ocurrido en la sesión parlamentaria del 3 de septiembre, cuando los diputados votaron para asignarla. Aun cuando la votación se hizo en urna, se supo, por versiones de los propios diputados, que el bloque de mayoría que ahora hacen PRI-Verde, PRD, PAN, Movimiento Ciudadano y PT, son quienes eligieron a los muchachos para contradecir a Morena, que hasta hace unos días controlaba las decisiones del Congreso local.
Los morenistas se inclinaron por galardonar a la periodista Carmen Aristegui, entre otras dos opciones más registradas. Los jóvenes lograron 24 votos y la comunicadora 20 votos.
Ajenos a estas confrontaciones de grupos y política en el estado, los jóvenes dejaron claro en su discurso que están conscientes de la responsabilidad que significa recibir la presea y que confían en estar a la altura del reconocimiento. 
“Somos hijos de las montañas del sur y descendemos de aquellos hombres de hierro que han referido siempre comer raíces y vivir entre las fieras, a darle un abrazo a los traidores. (...) Nos quiebran, pero no nos doblan”, dice Próspero durante la premiación.
Un robot que les ha hecho vivir sus primeras veces
La destreza casi natural que Víctor y Próspero tienen en la robótica les abrió mundos desconocidos que no empiezan con la presea Sentimientos de la Nación. Recibir la medalla sólo es una de estas nuevas vivencias.
Los jóvenes dijeron a una reportera en Guerrero que ya publicó parte de su historia, que haberse anotado al club del profesor Luis Ángel les ha hecho vivir sus primeras veces: tener una maleta de viaje, conocer Chilpancingo y Acapulco, dos ciudades de Guerrero que tienen a unas horas de distancia de sus comunidades; hospedarse en un hotel, conocer el mar, viajar a la Ciudad de México y visitar un parque de diversiones, subirse a un avión y volar y conocer Cancún.
Próspero, por ejemplo, también sostiene la premisa de ser el único de su familia en estudiar bachillerato.
Este 13 de septiembre que recibirán la presea en Chilpancingo, el hotel donde los hospedaron está lleno de personal del Conalep de todos los niveles, acompañándolos, trayéndolos, orientándolos y demás.
A la lista de las primeras veces se suma que dieron una conferencia a sus compañeros del Conalep, nuevos cursos y talleres, además de la capacitación que les dará una empresa en la Ciudad de México para fortalecer sus conocimientos para su participación en Japón, prevista en julio de 2020. “Una semana es suficiente para que nos amplíen el conocimiento”, dice Víctor de la orientación que recibirán.
En la lista de las nuevas cosas que les hace vivir su robot, está el plan de salir del país hacia otro continente. Próspero y Víctor viajarán a Japón y buscarán conquistar el torneo mundial de robótica. (lasillarota.com).

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