POLICRÓNICA
Extrajudicial…No es la primera vez en que Agentes de la Unidad de Fuerzas Espaciales (UFE) dependientes de la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno de Guerrero, son responsabilizadas y acusadas de cometer abuso de autoridad, ahora de irrumpir en una vivienda --sin orden de cateo--y golpearon a dos hombres, uno de ellos lo mataron.
Todos los medios de comunicación, inclusive boletines oficiales, confirmaron que los hechos ocurrieron alrededor de las 5:40 de la tarde del domingo 15 de septiembre en las inmediaciones de la colonia “El Encanto” al oriente de Chilpancingo, luego de que presuntamente se reportaron detonaciones de arma de fuego. Supuestamente eso movilizó a un grupo de policías del estado integrados en la Unidad de Fuerzas Espaciales (UFE), quienes cerraron una calle en el citado asentamiento humano e ingresaron de manera violenta e ilegal en un domicilio en donde golpearon a dos hombres, además desconectaron y robaron el disco duro de las cámaras de circuito cerrado, en donde estaba grabado todo, también hurtaron joyas, dinero y una camioneta propiedad de la víctima. El ahora occiso respondía al nombre de Juan José Hernández Vázquez de 35 años de edad, de padres originarios del municipio de Olinalá, región de la montaña, quienes llegaron a Chilpancingo con su único propósito de hacer una familia y trabajar honestamente como son todos los habitantes de la montaña que llegan a Chilpancingo y que son muchos y sin temor a equivocarnos todos han sido exitosos, ya sea como profesionistas, funcionarios, trabajando en la iniciativa privada, como lo hacía el ahora asesinado que tenía su exitosa taquería “El Chivito Alegre” ubicado en la calle “Baltazar R. Leyva Mancilla”, en el primer cuadro de la capital del estado de Guerrero. Ante esto, el emprendedor no tenía la necesidad de andar haciendo males, pues podemos afirmar con mucho orgullo que todos los que vienen de la montaña y sobre todo de Olinalá, son gente trabajadora, tal como lo demostró el olinalteco Juan José quien estaba ocupado con su negocio y de su familia. Sin embargo la tarde del 15 de septiembre se volvió negra cuando de manera intempestiva y con lujo de violencia tumbaron la puerta y entraron al domicilio del próspero comerciante de tacos en donde fue atacado brutalmente por los integrantes de la temible UFE que actúan sus integrantes como auténticos delincuentes, todo el tiempo andan cubiertos de la cara, por lo tanto nadie los puede identificar, solamente sus jefes saben quiénes son los que se desplazan en las patrullas numeradas, y esos son los subalternos de primer orden del secretario de Seguridad Pública en Guerrero, David Portillo Menchaca. La versión de los vecinos es fundamental para el esclarecimiento de los hechos y ellos sostienen sin temor a equivocarse de que los elementos de la Policía Estatal encapuchados entraron violentamente, y desde los edificios aledaños se escuchaban los gritos de Juan José y su compañero. Cuando algunos vecinos trataban de mirar lo que estaba sucediendo, los uniformados los trataron altaneramente y hasta los amenazaban con matarlos, pese a todo ello aseguran que actuaron como verdaderos delincuentes los uniformados que hasta impidieran participar en tomar nota de los hechos los elementos de la Guardia Nacional, quienes finalmente están fuera de esta muerte condenable. Los mismos vecinos y luego confirmado por los familiares de que los policías de la UFE tras golpearlo se lo llevaron ya sin vida al hospital general «Raymundo Abarca Alarcón» de Chilpancingo; ahí se confirmó que ya no tenía signos vitales. Por la noche como a las 20 horas, arribó el secretario de seguridad pública estatal, David Portillo Menchaca, quién fue encargado por los familiares, sin embargo su única declaración es que las investigaciones a partir de ese momento quedaban en manos de la Fiscalía General del Estado (FGE). Esta instancia afirmó que, Juan José, quien murió el domingo luego de una operación policiaca en la capital, falleció porque se aventó del tercer piso de su casa tras ser perseguido por los uniformados. Siendo una gente de trabajo y exitoso, pensaría en aventarse de una altura de siete metros, esa versión totalmente inverosímil, además existen aseveraciones contundente de que también golpearon a su esposa de quien intentaron abusar, amenazaron con cortarle los dedos. La Fiscalía General del Estado (FGE) ofrece la versión aberrante, en el sentido de que el vendedor del negocio “El Chivito Alegre”, Juan José Hernández Vázquez murió el domingo luego de una operación policiaca en la capital, falleció porque se aventó del tercer piso de su casa tras ser perseguido por los uniformados. Esa versión es infantil y hasta peliculezca. Pero los dichos de los familiares y confirmada por los vecinos sostienen que nadie la puede creer lo ocurrido en la colonia “El Encanto” cerca del libramiento a Tixtla, sin una orden de cateo o un documento que validara la acción. En la casa vivía Juan José con su familia en donde los agentes tiraron la puerta, rompieron ventanas y desordenaron las pertenencias del joven asesinado durante esta acción, a quien le rompieron un brazo. Sus familiares presenciaron la muerte del hombre quien era padre de dos niños. El hermano y padre de la víctima denunciaron en el Hospital “Raymundo Abarca Alarcón” que policías estatales y ministeriales actuaron con alevosía al torturar a su familiar, a quien asesinaron. “Gritaba mi hermano, les dijimos que escuchábamos gritar preguntábamos por qué golpeaban a mi hermano, pero los policías se burlaron de nosotros, nos respondían burlonamente que qué nos importaba, se reían de nosotros”. También confirmaron que los agentes estatales no permitieron el paso a la Guardia Nacional porque sabían que estaban actuando mal, y tampoco permitieron que un soldado se acercara a la ambulancia donde estaba la víctima ya muerta. También afirmaron que “Se llevaron dinero, el carro de mi hermano con factura, actuaremos hasta las últimas consecuencias”. Otra de las falsedades que refutan los familiares y vecinos, la versión de los policías estatales de que Juan José estaba armado y en ningún momento dejaron que sus familiares pudieran hablar con él, además que en la acción un empleado de Juan José fue encobijado y golpeado. “A mi cuñada, la pareja de mi hermano, quisieron abusar de ella, esto no debe de quedar así, a mi empleado lo golpearon, le rompieron el dedo, y mi cuñada está muy mal por todo esto, exigimos justicia y seguridad”. El día de ayer martes fue sepultado el olinalteco el comerciante Juan José Hernández Vázquez en el panteón norte de Chilpancingo, haciendo dos paradas, primero en el restaurante de su propiedad “El Chivito Alegre”, luego en el mercado “Baltazar R. Leyva Mancilla”, para terminar en el panteón municipal del norte de la capital del estado, durante toda esa travesía exigieron justicia, que no quede impune el crimen. Entre los que hicieron uso de la palabra antes de depositar su cuerpo del amigo, del comerciante, del padre de familia y hombre honesto, fue precisamente la del colega periodista Ezequiel Flores Contreras, corresponsal de la revista semanal “Proceso” quien demandó públicamente que el Gobierno del estado asuma su responsabilidad, también dijo que la familia no estaba sola, que se le acompañaría hasta donde ellos quisiera para encontrar justica. También el periodista lanzó un ¡¡Ya basta!! Que no se puede aceptar como normal la violencia que se vive todos los días. Los familiares denunciaron que los asesinos no son de la delincuencia organizada, sino “son delincuencia uniformada”. Sin duda todas las evidencias apuntan que Juan José Hernández Vázquez, originario de Olinalá, región de la montaña, fue asesinado extrajudicialmente, por lo que todo mundo rechaza la versión de Jorge Zuriel de los Santos Barrila mediante boletín oficial de que falleció porque se aventó del tercer piso de su casa tras ser perseguido por los uniformados y que la víctima falleció a las 7:11 de la noche del domingo en el hospital general “Raymundo Abarca Alarcón”. Afirma que en el lugar de los hechos fueron asegurados un vehículo y un arma de fuego tipo escuadra calibre .9 milímetros, de uso exclusivo del Ejército. Derivado a los resultados de la necropsia de ley se determinó que la causa de muerte de la víctima fue por contusión profunda torácico abdominal, “como consecuencia de las fracturas que le produjo la caída de una altura mayor a los siete metros, dañando los órganos vitales”. Aunque se haga todo un montaje por parte de Portillo Menchaca confabulado con Santos Barrila, todo encamina hacia un crimen extrajudicial y para evitar que se complique el problema, es mejor que el Gobierno estatal que encabeza Héctor Antonio Astudillo Flores del Partido Revolucionario Institucional, asuma efectivamente su responsabilidad, para evitarse escándalos y desacreditación de sus cuatro años de gestión que los cumplirá dentro de un mes. Preferible es que no se preste al montaje y exija en primer lugar a su Secretario de Seguridad Pública, David Portillo Menchaca responda por sus elementos y los entregue a la justicia, para que sean juzgados y castigados conforme a su responsabilidad. También que recomiende al Fiscal General del estado, Jorge Zuriel Santos Barrila, no se preste al montaje, ni pervierta la indagatoria, está clara, que el crimen fue extrajudicial. Le conviene a Astudillo Flores aceptar que esos elementos cometieron un exceso y abuso de poder y si no lo hace lo va a juzgar el nuevo régimen de la Cuarta Transformación y no se le olvide que soplan nuevos tiempos en México. También debe saber Astudillo Flores que la Unidad de Fuerzas Espaciales (UFE) está infiltrada por la delincuencia organizada, por ello es que la policía se mete a cada rato en problemas, porque quienes cometen los ilícitos son precisamente miembros de la mal llamada “maña”. Extraoficialmente trasciende que por lo menos en cada patrulla de la UFE anda un integrante disfrazado de Policía Estatal, obviamente autorizado por los altos mandos de la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Guerrero. Ese tema es también para que sea investigado por el gobierno Astudillista, antes de que la pestilencia lo alcance. Esos delincuentes no les importa meter en problemas a los uniformados porque comenten el ilícito y se esfuman, en tanto que quedan como acusados los verdaderos policías que defienden en todo momento su reputación, el uniforme y el nombre de la corporación. Esa infiltración es conocida por los altos jefes policiacos, antes de que sigan cometiendo más problemas, es necesario investigar y depurar a la UFE, porque ya son muchos casos que participan y no hay acción de la justicia.
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