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Los choferes del servicio del transporte público colectivo Urvan de Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, sufren del síndrome de taxistas bajan y suben pasaje en cualquier parte, no les importa que hay espacios destinados para el ascenso y descenso, además de que las llenan a “reventar” como las que cubren la ruta Tomatal-mercado marcados con los números económicos 363 y 365, se espera que el subsecretario de tránsito y vialidad, Lázaro Adalberto Figueroa Ramírez, instruya a sus agentes aplicar el reglamento a los conductores y a los concesionarios, pareciera que se quieren hacer ricos de la noche a la mañana. (Fotos: Domingo Francisco Reyes).

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