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Tino Gatica
Tino Gatica
Otro asesinato más de un periodista “digital” en el país, seguro que “alguien” festeja
La noticia empezó a circular con muchísima rapidez desde la noche de ayer martes 30 de julio, a pocos minutos de los horarios estelares de los noticieros televisivos, que le dieron un espacio de unos cuantos segundos-minutos; en tanto que a más velocidad las redes digitales sociales se avorazaban con singular deleite dando a conocer del hallazgo y confirmación del asesinato de otro periodista más que empieza a llevar su propia cifra en esta administración de una cuestionada denomina
da uarta Transformación. El asesinato tenía que ser de gran impacto, pero que no tuviera mucho de dónde aferrarse para sumar simpatías o condolencias y que se exigiera la demanda de justicia. Es decir, sus noticias digitales, que supongo elaboraba, a partir de la información que le enviaban sus reporteros o colaboradores, o en función de lo que él desarrollaba. Esa es la fragilidad o debilidad del periodismo digital y de quienes sin mucha experiencia o permanencia periodística cubren las noticias, más que nada a costa de un sacrificio personal. Independientemente de los periodistas, con estudios o sin ellos, pero que abordan asuntos noticiosos mediante minuciosos análisis, pero basados en una experiencia, conocimiento previo. Investigación del asunto noticioso. Esa es la evaporación de los asuntos inocuos, sin que sean necesariamente noticia, lo que se dan a conocer en las redes digitales sociales. Cubrir acontecimientos que sobresalen del ámbito doméstico al de interés público, como las variadas fuentes de iguales temas, pero con una rigurosidad en el arte de escribir y redactar con corrección no siempre se manifiesta en las “benditas” redes. Pero el asesinato de un periodista que por la premura de los hechos tiene que darlos a conocer al instante, no lo demerita, sino que es una exigencia que se consigne como otro asesinato en contra del gremio periodístico, que está de capa muy caída en esta administración con un gobierno federal que no ha respondido a la confianza ciudadana. En esta misma cobertura de noticias de los relevos generacionales de reporteros se tiene una breve reconstrucción de ese suceso, que debe seguirse investigando: presumiblemente desde el día lunes 29 el periodista fue “levantado” (no se sabe dónde por el momento), siendo abandonado su cuerpo en un automóvil durante la noche, esto en el pueblo de municipio Zapatepec, del estado de Morelos; debido al olor que empezó a despedir, dentro de ese auto, es que habitantes de ese sitio dieron parte a la policía, dándose todo un procedimiento que correspondiente al Ministerio Público, a las autoridades del Servicio Médico Forense y otras que se coordinan para tales casos. A estas alturas del caso, ya exhibido en las “benditas” redes digitales sociales, en donde se muestra el tipo de vehículo, el sitio del asesinato y otros datos que se integran a una carpeta de investigación, se confirmó que el asesinato fue en contra de Rogelio Barragán, director del portal digital informativo “Guerrero al instante” que se suma a una cifra de 13 periodistas caídos en el país, en pocos meses de esta administración federal, sin tomar en cuenta los otros y otras que han sufrido otras formas de agresión. Cabe mencionar que quien o quienes lo “levantaron”, cometieron o hayan sido partícipes del mismo obtuvieron de él información para sus propios intereses, esta apreciación mía se deriva de la experiencia obtenida en la fuente policiaca o ministerial. Y es que el director de ese medio informativo digital fue empresario inmobiliario, avecindado en Chilpancingo, teniendo probabilidad de darse otros motivos, pero que tiene que investigarse en primera línea su labor informativa, debido a que deben existir personas a las que no les gusta que la sociedad sea enterada en hechos sangrientos, pues una sociedad en el silencio puede seguir siendo víctima de los excesos y abusos de poder de todos los ámbitos. (Comentarios: dacnificados@outlook.es).La noticia empezó a circular con muchísima rapidez desde la noche de ayer martes 30 de julio, a pocos minutos de los horarios estelares de los noticieros televisivos, que le dieron un espacio de unos cuantos segundos-minutos; en tanto que a más velocidad las redes digitales sociales se avorazaban con singular deleite dando a conocer del hallazgo y confirmación del asesinato de otro periodista más que empieza a llevar su propia cifra en esta administración de una cuestionada denomina
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