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No es el árbol de la noche triste en donde lloró  el invasor  de México, Hernán Cortés,  es una de las viejas parotas de la avenida Insurgentes de Chilpancingo que se ha secado, en un tiempo los feligreses habían  visualizado la aparición de la imagen de la Virgen de Guadalupe, hasta  rezos hacían, le ponían flores y veladoras, ahora el tronco es un peligro para los transeúntes. (Foto: Javier Francisco Reyes).

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