ARTÍCULO

El papel de la escuela

Apolinar Castrejón Marino

La escuela surgió desde la antigüedad para que las nuevas generaciones se enriquecieran de la experiencia, y los logros de las generaciones anteriores.
Los niños y jóvenes pueden aprender de la vida cotidiana según sus capacidades, pero la escuela imparte los conocimientos científicos, técnicos y culturales a los educandos, de manera sintética y sinóptica, para ponerlos en igualdad intelectual con los adultos, con economía de tiempo y esfuerzo. Se llama educación.
En el rubro de la cultura, están integrados los conocimientos relativos a las artes, la filosofía, la historia, y varias disciplinas formales. Pero cuando hablamos de cultura toda definición, resul

ta insuficiente ante los hechos sociales.
La cultura está asociada al cultivo, al esmero, y al cuidado. Un campesino que cultiva hortalizas, cuida que crezcan sanas, que no se llenen de maleza dañina, y selecciona las mejores, desechando las que no estén de acuerdo con su idea de calidad.
Cultivar quiere decir proveer a las plantas, las condiciones climáticas de luz y sombra, el agua, y los nutrientes, para su adecuado desarrollo. Cultivar, implica vigilar el crecimiento, maduración fertilización y fructificación.
Si estamos de acuerdo hasta aquí, podemos inferir que en sentido figurado, en la escuela se cultiva a los niños, procurando su adecuado desarrollo. Los educadores realizan esa función de acuerdo a planes oficiales, para lograr niños y jóvenes, aptos para vivir en sociedad, conscientes y auto-suficientes.
Analizando en detalle el papel de la escuela, veremos que tiene la función de inculcar la norma, las pautas, y los lineamientos que rigen el comportamiento de la colectividad.
Las normas suponen aspectos morales de los ciudadanos, establecidos por el uso y la tradición. La regla es más específica que la norma, porque sanciona aspectos concretos, indicando de manera precisa lo que está permitido y lo que está prohibido, se llama respeto.
La ley es una norma jurídica formulada por los legisladores. Son preceptos que mandan o prohíben algo, valorado por la justicia. La ley tiene mayor relevancia, porque está basada en la justicia, y su fuerza consiste en que toda infracción, merece una sanción. 
Algo hay de cierto en el reclamo que hacen algunos teóricos, de que la escuela perpetúa determinado modelo de sociedad, y también es cierto que la escuela tarda mucho tiempo en ajustarse a los cambios científicos, sociales y tecnológicos.
Todo esto le importó bien poco a la jefa de gobierno de la ciudad de México, y en menos que se los contamos, le concedió a la escuela el papel de innovar y “romper estereotipos”. Nos referimos a la disposición de que ahora, en la escuela, los alumnos podrán vestir indistintamente uniforme de hombre o de mujer.
De inmediato, los medios electrónicos se dedicaron a festinar las palabras de la Sra. Jefa de Gobierno. Y los oportunistas están aprovechando para convertirlo en un asunto político.
En estos momentos los partidos políticos gengsteriles se encuentran al borde de la extinción, de acuerdo a los procesos electorales del 2 de junio reciente. El Partido Acción Nacional y el Partido Revolucionario Institucional, recibieron un claro rechazo de la sociedad, que los tiene a punto del Knok out.
En la peor debacle de su historia, las declaraciones descuidadas de la Jefa de gobierno, les da un buen respiro, pues fortalece su reclamo de que los gobiernos de Morena son de ocurrencias, pero además, estimula la percepción generalizada de los mexicanos, de que la Ciudad de México, es el paraíso de los homosexuales, de los mariguanos, y de las abortistas.