ARTÍCULO

La sierra de Atoyac de
Alvarez, entre el fuego
Jorge Luis Falcón Arévalo
La zona alta de la sierra atoyaquense, propiamente en “El Edén”, la fuerza del viento propaga un fuerte incendio, donde se encuentran árboles de maderas apreciadas y finas como el ayacahuite, la parota, el ocote y pino. Los cuales son presa fácil de elemento ígneo, más el ocote, que sirve como abono a que el fuego se avive, abrazando enormes hectáre
as.
Personal de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), Protección Civil del estado de Guerrero y municipal, así como campesinos y ciudadanos, se unen para extinguir o controlar el deflagración, que ha afectado monumentales pastizales, también.
Lo mismo ocurre en la comunidad de Tierra Blanca, en la parte baja de la sierra, entre El Ticuí y El Salto El Grande, donde el fuego ha arrasado más de cien hectáreas.
Comunidades como La Junta de los Ríos, La Remonta, Arroyo Grande, San Francisco del Tibor, han sido presa de la deflagración que afecta en este mes al país. Más de 60 hectáreas han sido afectadas.
Desde hace más de una semana los incendios forestales han arreciado en esta parte del municipio cafetalero, donde con escaso equipo, herramientas y protección personal, hombres valeros se arriesgan a enfrentar el fuego. En pésimas condiciones de seguridad personal los elementos de esas dependencias realizan con valor y arrojo su trabajo.
Las pérdidas de cosechas, árboles frutales y de maderas finas, se han consumido dejando endeble la economía de los labriegos serranos; esperando que el gobierno federal haga un recuento real de sus destrozos y puedan ser remunerados de manera directa con algún dinero en reposición de sus siembras y maderas devoradas por el abrasador fuego.
Hasta el momento este siniestro en Guerrero, ha dejado al menos tres muertos.

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