ARTÍCULO
Centro…!
Arturo Ríos Ruiz
Se nos fue “La Verdolaga” y nos deja el albur
Ingenio, simpatía y claridad fue su lema
Con esquelas que llenan los medios cuando fallece alguien famoso nos enteramos; el de ella, a través de redes sociales; era la más popular del barrio de Tepito: Lourdes Ruiz “La reina del al
bur”.Se nos fue “La Verdolaga” y nos deja el albur
Ingenio, simpatía y claridad fue su lema
Con esquelas que llenan los medios cuando fallece alguien famoso nos enteramos; el de ella, a través de redes sociales; era la más popular del barrio de Tepito: Lourdes Ruiz “La reina del al
En 1997, fue Campeona de Albures en un torneo organizado en el Museo de la Ciudad de México, con su idea clara de que las palabras tienen un doble o triple sentido.
Sonrisa, mandil y cigarro, inseparables en su personalidad y podía mantener una charla a base de albures que son el signo del barrio y contaba con centenas de émulos que no le llegaban ni a los talones.
Fue un personaje de esos que a la humildad y al ingenio le sacaron jugo con su habilidad para trascender.
Entre el quehacer cotidiano, Lourdes se daba tiempo para organizar Diplomados en Albur y tenía éxito en los mismos, ayudada por el cronista genial del Tepito, Alfonso Hernández quien es otro valor del Barrio Bravo, que tiene sus cosas buenas.
Dijo su amiga Marcela Torres Romo: “Se fue una de las siete más cabronas de Tepito, se fue la alburera más chingona que nos hereda una cultura ¿A poco no! ¡Me cai”.
En el apartado cinco de la Real Academia dice: Albur, 5. m.México y República. Dominicana, “Juego de palabras de doble sentido”.
Publicó su libro exitoso “Cada que te veo Palpito” y en entrevista con Milenio, expresó: “Para mí el albur es un ajedrez mental, donde los dos hemisferios del cerebro están en función”.
O sea, tenía una filosofía de lo que para ella significaba el albur, que México, en esos menesteres es el campeón mundial.
Otra idea de su pensar nos llama la atención, dicho por ella misma: “El albur se trata de penes y vaginas, pero con sinónimos, no hay necesidad de decir groserías, la regla número uno es: no hay malas palabras ni señas obscenas”.
Así que se nos fue la verdolaga, pero nos queda el recuerdo y sin susto ni dolor, más bien, extrañaremos a esa mujer, al que muchas personas iban al famoso barrio con la simple curiosidad de conocerla. Descanse en paz.
rrrart2000@hotmail.com.comy Facebook
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