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El edificio de la Secretaría de la Cultura, convertido en nido de pichones, a diario dejan sucio el piso, además de que ha disminuido su presencia, porque en los últimos días hombres “extraños” han llegado hasta el zócalo de Chilpancingo  con tarraya a capturar especies, y con toda impunidad se los llevan con rumbo desconocido.