ARTÍCULO

De Frente
Migue Ángel Mata Mata
¿Ladran los perros?
Nadie recuerda que, al inaugurar un estadio de béisbol, lo mismo que en San Luis Río Colorado y, antes, en Acapulco, le propinaron tremendas rechiflas y abucheos. Mediático, como es, ha tendido una cortina de humo, para que nadie recuerde que no es tan popular en cualquier lugar que sus tabasqueños pies honren pisar.
Para cubrir sus espaldas de impopularidad que comienza a nacer, pidió a la Santa Sede y al Rey de España, ofrecer una disculpa por las atrocidades de la invasión a ¿México? ¿Acaso la invasión n
o fue al continente, que luego se llamó América?
En 1836, en los tratados de Santa María de Calatrava, firmados por el reino de España y la República Mexicana, y testigo la Santa Sede, se lee: “Habrá total olvido de lo pasado, y una amnistía general y completa para todos los mexicanos y españoles, sin excepción alguna”. A eso se la llama disculpa.
La ausencia de datos históricos, la manipulación ideológica y la perversidad de políticos insanos, nos ha llevado a sostener como ciertas algunos acontecimientos, citas o frases que jamás existieron o se dijeron.
Pedir que España y la Santa Sede ofrezcan disculpas por las atrocidades cometidas por la invasión llevaría a exigir a los Tlaxcaltecas y Totonacas ser los primeros en ofrecer disculpas a México. Fueron ellos quienes acompañaron a no más de mil españoles en la llamada invasión.
Equivocado está el presidente en su apreciación histórica. Algunos politólogos creen que detrás de su estrategia oculta algo, algún fin cuyo medio es la manipulación para lograrlo. Aunque…
HAY OTROS HECHOS Y FRASES EQUIVOCADAS.
Los reporteros de Guerrero lo recordamos y platicamos en las cantinas o cafés a donde nos sentamos a destruir honras:
--“Ladran, Sancho, señal que avanzamos, como lo dijo El Quijote, quien en paz descanse”, dijo la presidente municipal de costeño pueblo “de cuyo lugar no quiero recordarme”.
La misma frase fue usada por la presidente de Acapulco: “Ladran los perros…”, dijo, cuando militantes de su partido, el de Regeneración Nacional, le pegaron tremenda rechifla y logró subir al templete a fuerza de codazos, manotazos y gritos. Llegó junto al ganso sagrado luego de patadas bajo la mesa. 
Ambas no tienen de qué preocuparse. Su ausencia de lectura, es común entre la clase política mexicana. Han tomado frases que dan por ciertas, por creer tener un status que nosotros, los periodistas fifís, llamamos ladrillo. Es decir, se suben a un pedazo de piedra, de no más de diez centímetros de altura y… luego se marean hasta hacer pedazos la piedrita donde creyeron tener poder.
Una de las frases preferidas por ellos ha dejado en el rincón de los avergonzados a Maquiavelo de quien, dicen, es autor de la frase: El fin justifica los medios.
¡Pobre Maquiavelo!
Pasó a la historia por una polémica frase que nunca salió de sus labios. Si bien el pensamiento del italiano está alineado con el significado de la expresión, ésta proviene de un manual de ética del siglo XVII escrito por el jesuita alemán Hermann Busenbaum. La frase exacta es “Cuando el fin es lícito, también lo son los medios”.
Volvamos al principio y a la graciosa frase de dos mujeres presidentes municipales: “Ladran Sancho, señal que cabalgamos”.
De Miguel de Cervantes, no aparece en ninguna parte de El Quijote. El origen, según Arturo Ortega Morán es el poema Labrador (1808) de Goethe: “Pero sus estridentes ladridos / sólo son señal de que cabalgamos”. La adición del nombre Sancho se produjo, por error, en algún momento de la primera mitad del siglo XX.
Los críticos fifís de los políticos también cometen yerros: 
“El Estado soy yo”. Luis XIV.
No hay registro alguno de que el Rey Sol haya dicho estas palabras ante el Parlamento francés. Es muy probable que haya sido popularizada por sus rivales, para destacar la visión estereotipada del absolutismo que el Rey representaba. Por el contrario, una frase que sí dijo fue: “Me marcho, pero el Estado siempre permanecerá”, cuando yacía en su lecho de muerte.
¿Le recuerda a alguien la frase atribuida al Rey del Absolutismo? No lo digan. Alguien podría responder que es elemental y, ahí, quedaría otra vez en ridículo, pues:   
“¡Elemental, mi querido Watson!”. Sherlock Holmes.
En ninguno de sus 56 cuentos cortos y 4 novelas, el famoso detective de Sir Arthur Conan Doyle dijo esta frase. Solo después de rebuscar muy bien, se pueden encontrar las palabras que la conforman en una parte del cuento “La aventura del jorobado”, pero muy distantes entre ellas. Es más, la palabra “elemental” aparece solo 7 veces en las historias originales.
La frase que conocemos fue dicha por primera vez por el personaje Psmith, en la novela de 1915 “Psmith periodista”, del británico P.G. Wodehouse, contemporáneo y admirador de Sir Arthur.
Otra con la que nuestra fauna pretende mostrar humildad y tan solo dejan su cobre al descubierto:
“Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña”. Mahoma.
¿En serio? Una de las frases más famosas del profeta islámico no proviene de él, sino del filósofo británico Sir Francis Bacon, quien la incluyó en sus Ensayos al recontar la historia de Mahoma.
Y, la brutal, que dejará con cajas destempladas a treinta millones que defienden el derecho del jefe del Estado Mexicano para calificar, humillar, faltar a los derechos humanos de individuos y gobernados, a quienes ofende con singular odio y conlleva la metáfora de que, a sus críticos “¡les corten la cabeza!:
“No estoy de acuerdo con lo que decís, pero defenderé hasta la muerte vuestro derecho a decirlo” (Voltaire).
Esta bonita afirmación es atribuida a Voltaire, pero ningún experto ha sido capaz de encontrarla en ninguno de sus escritos, ni tampoco el mínimo rastro de que haya sido pronunciada por él.
La frase aparece por primera vez en un libro titulado “The friends of Voltaire” escrito por Beatrice Hall. El pequeño lapso entre Voltaire y ésta es de apenas doscientos años. Nomás.
OTRAS MAS
Así que, no os preocupéis. La popularidad de ya saben quién, se mantiene en un 68%. Él habla y piensa como lo hacen 30 millones que sostienen, con fe y pobreza franciscana, los mitos, cual si fuesen verdades absolutas.
En Acapulco es diferente. Quien dijo “ladran los perros” no es popular como quien ha reculado.
Nuestra presidente municipal, a quien gusta le digan presidenta, no ha tomado en cuenta que la cancelación de gaseras, la escasez de agua potable, el aumento a los impuestos: predial y licencias de funcionamiento; la alta incidencia de inseguridad pública, traducida en asaltos y robos, el cobro de cuotas a comerciantes, así como los muertos y heridos baleados por todo Acapulco, la pasarán factura.
¿Tienen curiosidad por otras frases atribuidas a famosos? NO sean curiosos. Recuerden la siguiente:
“La curiosidad mató al gato”
Esta popular frase es, en realidad, una deformación de la frase “La preocupación mató al gato”, dicho popular en la Inglaterra del siglo XVI y que incluso figura en los trabajos de William Shakespeare.
Su sentido original era expresar que la preocupación excesiva es mala para la salud.
¿El pobre gato? Sigue teniendo un destino fatal.
Así que, como dicen en la costa: “muchos hablan porque la lengua no tiene hueso” y, por ello, hay que fijarse cómo se habla.
Si no lo creen así, recuerden el sainete en Acapulco entre la diputada blanca de MORENA, Yollitzin Domínguez y el regidor, negro, Alaín Rodríguez, también de MORENA, que les ha hecho populares en las redes. Ella le dijo Esclavo. Él le dijo vulgar. Ella lo denunció por acoso, él por racismo. La porra gritó: ¡Qué bonita familia!

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