ARTÍCULO
México, atrapado entre
Trump y Maduro
Así, pasamos al reconocimiento a gobiernos comunistas con dictaduras de izquierda, como la URSS, China, Cuba, Corea del Norte, Angola y de derecha, como España, Chile, Argentina, Bolivia y Uruguay, entre otros.
Transitamos del apoyo del gobierno priísta de López Portillo al Frente Sandinista de Liberación Nacional que derrocó a Anastasio Somoza en Nicaragua, al “comes y te vas” al cubano Fidel Castro, por el gobierno panista de Vicente Fox, al apoyo del gobierno peñista al Grupo de Lima que no reconoció al “gobierno” de Maduro” y finalmente al de López Obrador, que si lo reconoce y cabildeó con Uruguay en el frustrado “Diálogo por la Paz” entre Maduro y Guaidó para solucionar el conflicto de Venezuela.
La política exterior mexicana se quedó atrapada con el gobierno de Trump que reconoce a Guaidó y lidera con la Unión Europea, Canadá, Israel, Brasil, Colombia, Perú y Argentina, un frente común que desconoce a Maduro; mientras que Rusia, China, Cuba, Nicaragua y otras naciones lo apoyan.
Por un lado, Donald Trump, reconoce los buenos oficios del gobierno de López Obrador en la contención en territorio nacional de las caravanas de inmigrantes centroamericanos, y por otro, declaró emergencia nacional en su país con la finalidad de conseguir el dinero para financiar el muro en la frontera sur y contener la “invasión de drogas y criminales” que llegan desde México, ante el silencio de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
No hay que olvidar que todavía falta un largo tramo por recorrer en la aprobación legislativa de los congresos de los Estados Unidos y Canadá del TMEC (Tratado México-Estados Unidos-Canadá) de libre comercio.
En lo personal, tengo la impresión que México se ha quedado aislado en el ámbito internacional y con sus principales socios comerciales, como consecuencia de su indefinición y particular interpretación de los principios constitucionales de la política exterior mexicana.
Como siempre, usted tiene la mejor opinión.
Trump y Maduro
Esteban Valdeolivar S.
La política exterior mexicana se encuentra, como nunca, inmersa en situaciones ambiguas y sin definición política, ni para bien o mal, sino todo lo contrario, ocultando la cabeza como avestruz en la tierra.
Por supuesto que las decisiones en política interna e internacional, no obstante estar incorporadas al ámbito constitucional, cada gobierno, haya sido priísta, panista o morenista le da su pro
pia interpretación y conveniencia.La política exterior mexicana se encuentra, como nunca, inmersa en situaciones ambiguas y sin definición política, ni para bien o mal, sino todo lo contrario, ocultando la cabeza como avestruz en la tierra.
Por supuesto que las decisiones en política interna e internacional, no obstante estar incorporadas al ámbito constitucional, cada gobierno, haya sido priísta, panista o morenista le da su pro
Así, pasamos al reconocimiento a gobiernos comunistas con dictaduras de izquierda, como la URSS, China, Cuba, Corea del Norte, Angola y de derecha, como España, Chile, Argentina, Bolivia y Uruguay, entre otros.
Transitamos del apoyo del gobierno priísta de López Portillo al Frente Sandinista de Liberación Nacional que derrocó a Anastasio Somoza en Nicaragua, al “comes y te vas” al cubano Fidel Castro, por el gobierno panista de Vicente Fox, al apoyo del gobierno peñista al Grupo de Lima que no reconoció al “gobierno” de Maduro” y finalmente al de López Obrador, que si lo reconoce y cabildeó con Uruguay en el frustrado “Diálogo por la Paz” entre Maduro y Guaidó para solucionar el conflicto de Venezuela.
La política exterior mexicana se quedó atrapada con el gobierno de Trump que reconoce a Guaidó y lidera con la Unión Europea, Canadá, Israel, Brasil, Colombia, Perú y Argentina, un frente común que desconoce a Maduro; mientras que Rusia, China, Cuba, Nicaragua y otras naciones lo apoyan.
Por un lado, Donald Trump, reconoce los buenos oficios del gobierno de López Obrador en la contención en territorio nacional de las caravanas de inmigrantes centroamericanos, y por otro, declaró emergencia nacional en su país con la finalidad de conseguir el dinero para financiar el muro en la frontera sur y contener la “invasión de drogas y criminales” que llegan desde México, ante el silencio de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
No hay que olvidar que todavía falta un largo tramo por recorrer en la aprobación legislativa de los congresos de los Estados Unidos y Canadá del TMEC (Tratado México-Estados Unidos-Canadá) de libre comercio.
En lo personal, tengo la impresión que México se ha quedado aislado en el ámbito internacional y con sus principales socios comerciales, como consecuencia de su indefinición y particular interpretación de los principios constitucionales de la política exterior mexicana.
Como siempre, usted tiene la mejor opinión.
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