COLUMNA
COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGANISTA
Héctor CONTRERAS ORGANISTA
DON DELFINO ADAME PINEDA, “EL PELON”
(Cantinero)
Cuando don Delfino Adame Pineda caminaba por la plaza principal “Primer Congreso de Anáhuac” el 2 de marzo de 1994, se presentó inmejorable la oportunidad de platicar un rato con él, disfrutando, de paso, de su carácter amable, atento y respetuoso. Don Delfino es ampliamente conocido entre los paisanos por su apodo: “El Pelón”. Durante largos años tuvo a su cargo la administración de la cantina “La Bohemia”, uno de los cinco bares más famosos que ha habido en la capital del estado.
-¿Cómo comenzó tu actividad en la cantina “La Bohemia”?
“Primero empezó a trabajar mi hermano Pablo, en 1946. En 1950 me la dejó. El primer domicilio de la cantina fue en la esquina de República de El Salvador y Altamirano, ahí estuvo como 12 años. Después pasó a la calle que se conocía como Centenario, hoy avenida Álvarez, ahí estuve solamente seis meses porque ampliaron la calle y me sacaron. De ahí me fui a Juan Ruiz de Alarcón número 9 donde dilaté 20 años, esa casa fue de una tía, Ricarda Adame, después la compró el licenciado Fausto Jiménez Ramos quien me siguió rentando, pero el ayuntamiento ya no permitió que siguiéramos en ese lugar; tuvimos que sali
rnos porque así lo ordenó el presidente municipal Carlos León Román”.(Cantinero)
Cuando don Delfino Adame Pineda caminaba por la plaza principal “Primer Congreso de Anáhuac” el 2 de marzo de 1994, se presentó inmejorable la oportunidad de platicar un rato con él, disfrutando, de paso, de su carácter amable, atento y respetuoso. Don Delfino es ampliamente conocido entre los paisanos por su apodo: “El Pelón”. Durante largos años tuvo a su cargo la administración de la cantina “La Bohemia”, uno de los cinco bares más famosos que ha habido en la capital del estado.
-¿Cómo comenzó tu actividad en la cantina “La Bohemia”?
“Primero empezó a trabajar mi hermano Pablo, en 1946. En 1950 me la dejó. El primer domicilio de la cantina fue en la esquina de República de El Salvador y Altamirano, ahí estuvo como 12 años. Después pasó a la calle que se conocía como Centenario, hoy avenida Álvarez, ahí estuve solamente seis meses porque ampliaron la calle y me sacaron. De ahí me fui a Juan Ruiz de Alarcón número 9 donde dilaté 20 años, esa casa fue de una tía, Ricarda Adame, después la compró el licenciado Fausto Jiménez Ramos quien me siguió rentando, pero el ayuntamiento ya no permitió que siguiéramos en ese lugar; tuvimos que sali
-Cuando la cantina se estableció en República de El Salvador y Altamirano, ¿quiénes fueron los primeros clientes?
-”Bueno, había muchos, entre ellos los cuates Montaño, Arturo Ramírez, algunos diputados llegaban a ir. En aquél tiempo nos visitaba mucho don Rafael Jaimes y otros más”.
-¿Cuáles eran las bebidas más populares de ese tiempo?
-”Las que más se vendían eran el ron Potosí, el Castillo, Madero cinco equis, el ron Potrero, y en cervezas: la Superior y la Corona. La cerveza Bohemia se empezó a vender cuando la cantina estuvo en Juan Ruiz de Alarcón; las personas que distribuían las cervezas eran don Manuel Vega; Calderón y Cárdenas y don Miguel Lama. La botana que se daba a los clientes era hígado frito, caldo de camarón, pepitas, garbanzo y chicharrón”.
-Delfino, sabemos que te hiciste famoso porque empezaste a vender ceviche, un ceviche tan especial que venían los viernes personas de otros lugares solamente para disfrutar ese ceviche, ¿cómo empezó eso que después fue una tradición en Chilpancingo?
-”Bueno, es que en un tiempo mi hermana Chuchita hacía ceviche, lo hacía para la casa o como se dice: nomás pa’l gasto, y se me ocurrió hacerlo; empecé a vender abulón, a prepararlo, lo mismo que camarón hervido con epazote y sal, se lo comían con salsa y limón y se vendían bastante. También se vendía mucho el huevo de tortuga. Empecé a hacer ceviche y poco a poco me fue saliendo mejor, le gustó a la gente. Hacíamos también caldo de pescado, la botana de huesos le gustó a la gente, iba bastante clientela los viernes. Escogí ese día porque era el único en que traían pescado a Chilpancingo”.
-Con qué pescado preparabas el ceviche?
-”Con Sierra, a veces con Salema o Cazón tierno, de pescado Gallo también. Hay otro pescado que se llama Bonito, hay varios, y salía sabroso”.
-¿Qué fue lo que caracterizó al ceviche del Pelón?
-”Bueno, al principio lo empecé a hacer natural; después le puse salsa capsup, porque no daba el sabor igual que el abulón y hasta la fecha le sigo poniendo capsup al ceviche”.
-¿Quiénes fueron los personajes más famosos que visitaron tu cantina?
-”Ya se me olvidó de tantos que iban; muchos funcionarios del gobierno, políticos, en fin”
-¿Qué otras cantinas había en ese tiempo?
-”Nato -don Fortunato Morales- era más antiguo; no recuerdo en qué año se estableció, pero fue antes que el General Leyva fuera gobernador, y don Taurino Méndez, una cantina que se llamaba “Las Playas”. Había otro, don Francisco Tapia que estaba en la casa de la familia León. La Cuáchala y Luis Santos fueron más jóvenes; también había un “Salón Azul” que era de don Carlos. El ambiente de cantina era tranquilo. Uno que otro se ponía pesado, se enojaban, pero no pasaba de ahí, no era peligroso. “El Güero Sol” pasaba seguido por ahí, estaba un ratito y se salía. Había mucha gente que iba seguido, como el señor Torreblanca, Miguel Gómez, don Telmo, esas gentes ya estaban acostumbradas a ir todos los días, gente madura, gente grande que se pasaban feliz el rato porque no había chamacos que los interrumpieran”.
-¿Sigues con el negocio?
-”No, ya no. La cantina ya no funciona, vamos a buscarle un lugar por aquí cerca para ver si encontramos un lugar bueno para eso”.
-Así que ¿en 1996 cumples tus primeros 50 años como cantinero?
-”Yo creo que sí... ja...ja...ja...”
-¿Te hiciste rico con ese negocio?
-”No. Yo siempre me he dedicado al campo, al ganado, a sembrar; nunca he dejado de sembrar aunque he tenido el negocio. Mi papá era labrador y todos en mi familia conocemos el campo”.
-¿Heredaste el negocio a tus hijos?
-”Al más chico le dejé el negocio, pero no hay lugar donde se ponga, y por eso no funciona, pero existe el permiso, lo estamos pagando, está al corriente”.
-¿Te afectó en algo el ambiente del negocio?
-”No, porque en primer lugar tenía mucho trabajo y el día que descansaba me iba al campo a ver los animales, a la siembra, así que no tenía tiempo de andar bebiendo como otros que veo que se pasan”.
-¿Tu edad?
-”67 años, los voy a cumplir en diciembre, el 24”
-Así que eres tocayo de...
“Sí, del mero Niño Dios”.
-¿Quién te bautizó como El Pelón?
-”Bueno, desde que empezó a escasearme el cabello... ja, ja, ja.... los clientes me empezaron a decir: Pelón... ja, ja, ja...”
-¿Te molestó?
-”No, porque es verdad”
-Te agradezco la oportunidad para que platicáramos.
-”Al contrario, gracias a ti, Héctor”.
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