COLUMNA
DH-1-07-18
Tino Gatica
Tino Gatica
Quiérase que no, AMLO es quien marca la agenda actual
Mientras que el presidente priísta de nuestro país, Enrique Peña Nieto, sigue montado en su macho de que le gustaría estampar su firma en el (nuevo) tratado con los acrónimos de T-MEC o sea Tratado México, Estados Unidos y Canadá, porque su equipo y propiamente su gabinete es el que logró esa proeza, según esto monumental, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador mantiene una agenda en donde una sola de sus palabras acalambra, “apanica”, asusta, desconcierta y met
e en apuros a quien vaya dirigido el mensaje o discurso. El mandatario federal sí se siente con esa sensación de que pasará a la historia como uno de los chipocludos, buscando que su firma quede en ese tratado como lo máximo, como la novedad, pero se desentiende en cuanto a toda esta enorme lista de personas en su casi agonizante gestión sexenal. De hecho ya tiene por sabido que lo firmará el 30 de noviembre, así lo ha reiterado en la televisión. Lo cuestionable es que aunque se siguen acumulando personas asesinadas un día sí y el otro de igual manera, Peña Nieto se engaña pensando que con esa firma de ese pacto él pasará a la historia. En tanto eso ocurre con esa situación, no solamente se han suscitado problemas con violencia brutal en cuanto a la guerra en contra de la delincuencia y contra grupos de narcos, sino que por ser ya de vida o muerte, la misma ciudadanía ha dejado de sentirse afectado por otros asuntos, como la carestía, la falta de agua en grandes ciudades, por mencionar algo. Esa transición entre un equipo que está preparando maletas para salirse, no creo que sea por la puerta grande, el que liderea el presidente electo, el morenista Andrés Manuel López Obrador, está marcando una ruta distinta, quizá con desatinos, pero que no son demasiado graves, porque todo empezará su marcha desde la toma de protesta el 1 de diciembre. Y aún así, con esa asunción al poder, el nuevo gobierno de AMLO, junto con todos los representantes populares que tomaron protesta como alcaldes, diputados locales y federales, tanto como senadores tendrán sus carriles de coincidencia, o de comunión para trabajar en pro del pueblo, ese pueblo que mantiene la esperanza de una distinta manera de gobernar. No es de a gratis que dada la importancia que tiene el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, su palabra conmueva y cause efecto, sobre todo porque no es el clásico político, pues para eso se le puede interpretar cuando se buscan datos sobre su personalidad, esto en las redes digitales o medios informativos impresos. Y no debe existir tanta preocupación para la raíz de nuestro pueblo, debido a que todo mensaje de AMLO no es para agredirlo, sino porque sus declaraciones, quiérase que no, están causando efectos sobre las élites, cúpulas y grupos empresariales en diversos rubros. Es cierto, que algún mensaje difuso, sin mucho contexto puede ocasionar desconcierto, pero no es una alarma que detone los focos rojos, primero porque no toma protesta constitucional este señor presidente, y segundo porque se espera que todas las acciones que se vayan a efectuar sea con beneficio social, para la colectividad y esto apenas estará por saberse y verse esperándose que sea a los pocos minutos de su toma de protesta, que dejará enmarcado en su discurso. Eso esperamos.
Mientras que el presidente priísta de nuestro país, Enrique Peña Nieto, sigue montado en su macho de que le gustaría estampar su firma en el (nuevo) tratado con los acrónimos de T-MEC o sea Tratado México, Estados Unidos y Canadá, porque su equipo y propiamente su gabinete es el que logró esa proeza, según esto monumental, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador mantiene una agenda en donde una sola de sus palabras acalambra, “apanica”, asusta, desconcierta y met
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