COLUMNA

DH-1-07-18
Tino Gatica

El fantasma de la “austeridad republicana”
El mes de julio de este año, hace poco tiempo, el pueblo de México salió a votar con toda la esperanza de que algo cambiaría si se apostaba por el candidato que por poco se eternizaba, es decir Andrés Manuel López Obrador, tuvo la resistencia y considero que la terquedad para aguantar demasiado tiempo, casi doce años (quizá más) contemplando y analizando de còmo la distancia se acortaba en su anhelo: ser presidente nacional. Y quienes formaron parte de esa larga camp

aña pudieron darse cuenta de que no había mejor personaje que él, porque siempre mantuvo un discurso plagado de temas que le pegaban mucho al pueblo, de los que mismos que afectan porque alteran las formas de convivencia tanto en familia como en colectividad. Pese a todo y contra todos, nunca claudicó, y supo remontar los embates y diferendos de los ataques de esa campaña sucia. Ya como presidente electo, se entiende que su nutrido equipo de asesores, están preparados, listos para el abordaje a la Presidencia de México para el 1 de diciembre. Ya con una considerable mayoría en las alcaldías, diputaciones locales, diputaciones federales y senadurías, se puede considerar que el eje aglutinador sigue siendo AMLO, pues es quien acaparó todos los reflectores, por consecuencia, es él quien tiene la obligación de propiciar los niveles óptimos de bienestar para un pueblo que ha sufrido embates inmisericordes de los gobiernos presidenciales, emanados en su mayoría del Partido Revolucionario Institucional (PRI)y con cierta brevedad del Partido Acción Nacional (PAN), el primero con programas que dieron resultado, pero con reajustes en la economía que nos dejaban con esa sensación de que cada vez había más pobres en el país; en tanto que el segundo partido, con Vicente Fox aparentemente no ocurrieron mayores desastres sino que es con su colega Felipe Calderón con su guerra en contra del narcotráfico que dejó un saldo considerable de personas, en cifras que no tienen una cantidad exacta, sobre todo cuando se le achaca a él en su sexenio, pero la violencia se extendió hasta esta administración, en donde el presidente priísta Enrique Peña Nieto, ahora a conveniencia, con una publicidad mentirosa quiere pasar como un mandatario que sacó de la miseria a su país, incluso tiene el deseo de firmar el tratado unilateral del mucho hizo presión Estados Unidos para que se quedara como ellos querían. Y este presidente priísta que se aferra a que dejará de serlo hasta el 30 de noviembre, se olvidó de muchos de sus compromisos, en donde solamente inauguró inicios de obras materiales que serían de mucho impacto, como el asunto del abasto del agua, como el caso del estado de Guerrero, en donde pudo estar en cortes de listón, pero solamente eran máquinas para bombeo de agua, pero sin aportar novedades. En este caso recuerdo que el gobernador Héctor Astudillo Flores, el alcalde Marco Antonio Leyva Mena en los años maravillosos inauguraron un tanque de almacenamiento en la parte alta de San Mateo, en Chilpancingo, en donde se anunció como es un estilo de mentir, que se abastecería de manera permanente de agua, y nada de eso ha ocurrido. Es por muchos temas que no avanzaron en los tiempos de gobierno de los priístas, aunque ahora en la próxima administración sexenal que se acerca se observan otros temas  singulares, y como digo, falta que Andrés Manuel López Obrador tome protesta, y todavía tendrá ese gran beneficio de la duda de saber si es un buen estadista, o se queda en un remedo de promesas incumplidas. Por lo pronto, el ánimo social se mantiene en que se apostó por alguien distinto, ajeno al PRI, en tanto que los abusos, excesos de poder, soberbias, daños al tejido social, y otros tantos problemas se fueron acumulando hasta detonar en el favorecimiento de la candidatura de Andrés Manuel López Obrador con su partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) que por lo que está  ocurriendo en diversos ámbitos de nuestra sociedad, están dejando mucho qué desear. Es todo.