COLUMNA

DH-1-07-18
Tino Gatica
Evitar que el miedo paralice las exigencias de justicia
Luego de que el día viernes 13 de octubre, la doctora Reyna Valendo Pérez fuera asesinada a mansalva, cerca de la Costera en el puerto de Acapulco, el escándalo internacional en minutos vuelve a sacudirnos al saber que la delincuencia se mantiene activa, en tanto que las autoridades del estado y de otras entidades, se encuentran en un proceso de transición, tanto a nivel federal, así como de reconocimiento y adelanto de actividades de las nuevas administraciones municipales, que ha dejado una especie de “vacío” por decirlo de alguna manera, debido a que incluso no se sabe e
n qué condiciones reales se dejan las finanzas para poder aplicar las acciones de gobierno. En tanto que, insisto tercamente, que todavía contamos con un presidente priista de nuestro Estado, que sigue en lo suyo: que se estampe su firma en el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá. Es tanto su cinismo que ahí sí quiere que lo reconozcan para decir “esta obra es mía”, pero ramplonamente se desentiende de los problemas que debe atacar puesto que todavía es presidente. Y uno de los grupos productivos, y que forman parte de las empresas privadas, con inversiones en el área pública son los médicos o enfermeras, que tiene una de las principales aportaciones para que el tejido social no se dañe más. Y cuando se ataca a un médico o enfermera, se vuelve a cuestionar el deplorable papel que se tiene en materia de seguridad, como por mencionar al municipio de Acapulco en donde ocurrieron estos lamentables y preocupantes hechos, en agravio de la doctora, especializada en oftalmología, según la información que está generándose.  Con ese asesinato, están enlutando su hogar y dejando vacíos que no se llenarán aunque el tiempo les cure esa herida. Ella fue atacada a balazos, a sangre fría, en una avenida del Fraccionamiento Hornos, por dos tipos  que iban a bordo de un vehículo. La doctora quedó al interior del automóvil marca Toyota, tipo Prius Corolla, gris con placas PVV-603A. Así es que el gremio del sector salud en la entidad, se dispuso a movilizarse, exigiendo resultados veraces a las autoridades de competencia, cuestionando la falta de acciones efectivas para dar con los responsables de ese homicidio. Y si bien es cierto que todavía no se tienen datos confiables que indiquen los motivos, se infiere que pudo deberse a intentos de extorsión y como en ya muchos casos semejantes se dan a conocer, como pudo haberse negado a dar dinero o algunas otras prendas o condicionamientos, es que fue atacada. Dada la manera en que ocurrió, considero no fue asunto de asalto o robo, pues si fue a quemarropa, es porque a eso iba los autores materiales de ese crimen, que vuelve a ser noticia, pero sobre todo de preocupación para el gremio médico, que es otro de los sectores afectados por la inseguridad y de la violencia organizada, además de que es un reto para las autoridades del puerto, con una administración “morenista”. Y tienen ese crimen otros contextos, que deben ser tomados en cuenta en las investigaciones, pero se exigen resultados a la brevedad, además que garanticen mejores estadios de bienestar para quienes habitamos el estado de Guerrero.

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