ARTÍCULO

Cada quien
sus muertos

Apolinar Castrejón Marino
Este fin de semana, en las ciudades más grandes del país, hubo diversas manifestaciones artísticas en torno de la festividad del “Día de Muertos”, con figuras monumentales de esqueletos, rostros terroríficos y botargas sangrientas.
También tenemos en México varios pueblos santuario en donde se realizan ceremoniales a gran escala y devoción, que atraen a la población creyente y turística del país y el extranjero.
El insigne escritor irlandés Oscar Wilde escribió que “La vida después de la muerte es casi un hecho, y cuando morimos, nuestros familiares y amigos nos aguardan del otro lado, para que no nos asustemos, ni nos sintamos solos. El infierno es solo una cosa hecha con el arrepentimiento y la deploración, que desaparece con el propósito de enmienda y así, se puede seguir actuando en aquel mundo como en este. Años después confesó que él no creía nada de lo que había escrito
El escritor granadino Federico García Lorca dijo “Como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir”. Y la 3ª brigada regional de investigación social de la Jefatura Superior de la Policía de Granada, al servicio de la dictadura de Franci

sco Franco, le cumplió su alarde:
La madrugada del 18 de agosto de 1936, fue ejecutado en un camino rural cercano a la pequeña comunidad de Víznar. En un intento de disfrazar la afrenta, sus amigos corrieron el rumor de que fue un perseguido político, por sus denuncias contra las injusticias sociales y por ser masón, perteneciente a la logia ‘Alhambra’, en la que adoptó el nombre simbólico de “Homero”.
Un año después de los hechos, el sargento Juan Luis Trescastro declaró que tenían órdenes de apresarlo, pero lo mataron por maricón, y luego arrojaron su cadáver en un barranco de Fuente Grande. Y en verdad, su obra, “La casa de Bernarda Alba”, es la publicación de su drama de sexualidad.
Poco antes, el propio Lorca había declarado al periodista Gabriel Celaya: José Manuel y José Antonio son buenos chicos. Todos los viernes ceno con ellos y luego salimos juntos en un taxi con las cortinillas bajadas, porque ni a ellos les conviene que los vean conmigo, ni a mí me conviene que me vean con ellos.
El pintor florentino Leonardo Da Vinci, dijo que “Si es posible, se debe hacer reír hasta a los muertos”. Según la historia, sus grandes obras fueron hechas tomando como modelos, cadáveres de gente común y corriente, a condición de que reunieran las características de los personajes que quería pintar.
Las afirmaciones del político francés Charles de Gaulle respecto a que “Sólo los muertos no tienen problemas”, se parece mucho a la del filósofo griego Pitágoras de Samos: “La perfecta igualdad existe, solo entre los muertos”.
El primero, fue el líder que mantuvo la resistencia del pueblo francés, cuando fue invadido por el ejército nazi de Adolfo Hitler. Y Don Pitágoras fue un erudito de las matemáticas, que enseñaba que los números son Dioses, pues son infinitos, omnipotentes, indestructibles e increados. Aseguraba que nadie ha visto nunca un número, ni lo verá. Lo único que conocemos es la representación de los números.
Otros que han abandonado el mundo de los vivos, y que ni siquiera sintieron llegar la muerte. El actual canciller Luis Videgaray, ha aceptado su muerte y hasta ha puesto fecha de su partida de este mundo de los vivos. Ernesto cordero, también se irá al sepulcro muy conforme, después del rosario de traiciones que cometió en contra de su partido político, y de sus correligionarios. Se ha dado cuenta a tiempo de que en esta vida ya nadie le creerá.
Y hablando de traiciones y de traidores, el exdirigente y ex candidato Ricardo Anaya también se está amortajando para estar cómodo en la eternidad.
El también panista Roberto Gil Zuarth cavó una tumba muy profunda con sus desplantes de peleador callejero, y también de traidor, y se irá a servir de abono a las plantas. Aurelio Nuño, Javier Lozano, Margarita Zavala y Marianita Gómez del Campo. Ya gozan la paz de los sepulcros.
En el periodismo también hay bajas, pues varios apellidos insignes han sido grabados en lápidas: Carlos Marín, Ricardo alemán, Fernanda Familiar, y párele de contar.