COLUMNA
¡EL ALACRÁN!
¡Un cieguito y su baston!
Hoy contaremos los niños que no tiene el alma buena, esta es la narración de un cieguito que lo seguía un perrito callejero, y el cieguito lo sabía porque tenía unos oídos muy sensibles que adivinaba y sentía sus patitas rozar contra la banqueta, este cieguito le daba de comer y por eso que amiguitos; muy bien cuates lo seguía y cuando se sentaba el perrito también se echaba a un lado de él, perrito le lamia la mano seria de agradecimiento, o porque estaba salada, pero la lamia como un niño que lame una paleta de dulce, el pobre hombre le puso un nombre común y corriente ¡SOLOV
INO! El cieguito pensó en ese nombre porque el perrito SOLOVINO a él en una ocasión y no fue una fueron varias ocasiones, el pobre hombre se subía a una combi que iba al mercado, era la hora de compras de las madres, así que estaba llena de pasajeros el cieguito viajaría parado hasta el mercado, entre enfrenones y arrancones bruscos de la combi el viejito parecía pelota de básquet bol, más la fuerza de voluntad del anciano lo hacía agarrarse más fuerte del pasa mano, el alcanzo a escuchar unas risitas de tres niños que Iván sentados jugando con sus celulares, zas, zas, zas, uno grita ya lo mate, todos los niños no deben de tocas las armas verdaderas es ¡PELIGROSO! el otro niño no se queda atrás está en una carrera de carros ya ya ya le estoy ganando, lo voy a pasar, lo voy a pasar en la curva, Zape, Zape, Zape se sale de la curva y se estrella con la barra de contención esta fuera del juego por no tener ¡PRECACUCION! Dice en voz baja porque a mí, porque a mí. Porque amiguitos le sucedió el accidente, mas estos niños seguían con sus juegos olvidándose del cieguito, que parecía bola de billar, para allá para acá, se sube a la combi un Sacerdote, y observa al anciano que estaba a punto de soltarse del pasamanos, lo toma el sacerdote, y les habla a los niños tengan misericordia del anciano, dejen sus ¡CELULARES! Y déjenle al buen hombre su lugar, se escucha una voz autoritaria de una mujer llamada Bertha porque tienen que ser mis hijos hay otros lagartones que ocupan hasta dos lugares en la parte trasera y no se levantan los muy pazguatos, Por fin un joven se levanta y le ofrece su asiento. Amiguitos ya se nos olvidó los buenos modales de las personas somos totalmente ¡EGOISTAS! Los pequeñitos de alma blanca en donde no existe la envidia, el mal humor, la furia, simplemente no lo saben y si lo llegan adquirir será por sus Padres que dan mal ejemplo al Pequeñito, ellos como espectadores captan las malas palabras de Papa y de Mama, un niño ve como su Padre.
Hoy contaremos los niños que no tiene el alma buena, esta es la narración de un cieguito que lo seguía un perrito callejero, y el cieguito lo sabía porque tenía unos oídos muy sensibles que adivinaba y sentía sus patitas rozar contra la banqueta, este cieguito le daba de comer y por eso que amiguitos; muy bien cuates lo seguía y cuando se sentaba el perrito también se echaba a un lado de él, perrito le lamia la mano seria de agradecimiento, o porque estaba salada, pero la lamia como un niño que lame una paleta de dulce, el pobre hombre le puso un nombre común y corriente ¡SOLOV
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