SEGUNDA PRINCIPAL DE PRIMERA PLANA

Secuestrado por narco el
pueblo de Quetzalcoatlán
Alejandro Ortiz.--Presuntos policías comunitarios del poblado de Tlaltempanapa, una “guardia” ligada al grupo criminal de Los Ardillos, amenazaron a habitantes de Quetzalcoatlán de las Palmas, ambos del municipio de Zitlala, a quienes exigieron que renuncien a sus medidas cautelares (polic
ías del estado), de lo contrario; “ellos sacarían a los policías y a las familias”.
El pasado 24 de marzo de este año, un grupo de 12 personas de la comunidad secuestrada de Quetzalcoatlán, salió rumbo a la cabecera municipal de Zitlala para realizar diversas actividades, entre ellas vacunar a menores de edad y vender rollos de palma, única actividad económica del poblado.
Sin embargo, al pasar por la comunidad de Tlaltempanapa, un hombre que se encontraba en un retén de presuntos comunitarios sin uniforme y con armas largas, se acercó a la camioneta y preguntó por las familias de Quetzalcoatlán, para quienes tenía un mensaje.
“Me dijo que le dijera al comisario y al pueblo que se fuera la policía estatal, porque es incomodo para ellos verlos pasar cada semana, de lo contrario ellos iban a venir personalmente al pueblo para sacar a los policías y a todas las familias también, todos parejos”, relató en náhuatl una vecina quien omitió su nombre.
El 6 de enero del 2016, civiles armados que arribaron caminando de la comunidad de Tlaltempanapa, irrumpieron en Quetzalcoatlán y mataron a seis personas mientras dormían, esto provocó que las más de 30 familias abandonaran el pueblo.
A mediados del mes de julio de ese año, y con la promesa de proyectos productivos y medidas cautelares por parte del gobierno, varias familias decidieron regresar para desde entonces vivir bajo el asedio de un grupo criminal, que presuntamente opera en la vecina comunidad de Tlaltempanapa.
Un año después. El 12 de julio del 2017, civiles armados mataron en Zitlala a dos hombres de Quetzalcoatlán que viajaron para realizar algunos trámites burocráticos, además hirieron a uno más que actualmente vive resguardado y sin movilidad en la parte derecha del cuerpo y sin visión de un ojo.
“Nosotros estábamos sentados, llegaron y atravesaron una camioneta vieja, al señor que mataron le preguntaron que de dónde venía y le dijo que de Quetzalcoatlán (…), el señor se volteó, un muchacho le dio una pistola y comenzó a matarnos, a mí me entraron dos balas; una en la cabeza y una en el brazo”, narra Salomón Lara Tlaltempa.
Actualmente en la comunidad habitan 62 personas de 16 familias, para adquirir productos piden el apoyo de la patrulla de la policía estatal que los custodia y que hace cambios cada ocho días, “no podemos salir porque nos matan”, señala Lara Tlaltempa.
Respecto a la reciente amenaza del 24 de marzo, informaron que no pedirán el retiro de los policías estatales, al contrario, solicitarán el aumento de las medidas cautelares al gobierno, debido al temor de que los civiles armados cumplan su amenaza e irrumpan nuevamente en Quetzalcoatlán.
“Nosotros ya platicamos y decidimos que vamos a estar aquí, no nos vamos a desplazar. No sabemos hacer otras labores más que el tejido de palma, qué vamos a hacer en otro lugar”, cuestionó el sobreviviente.
Y es que hasta el día de hoy, la única opción que han dado los gobiernos a las familias secuestradas, es que se les habilite un terreno cerca de Zitlala para que ahí puedan vivir, oferta que han rechazado ya que no fue parte de los acuerdos cuando regresaron a su comunidad de origen.
Finalmente, reiteraron el llamado al gobierno de Guerrero para que amplíen las medidas cautelares de la comunidad y evitar sucesos como los del 6 de enero del 2016.
Sin elecciones
Contrario a procesos electorales pasados, hasta el día de hoy ningún funcionario del INE, políticos o figuras electorales, han visitado el poblado secuestrado de Quetzalcoatlán, por lo que dudan que el proceso se realice en su comunidad.
“No sabemos quienes se van a elegir ni nada, otros años vinieron para capacitar pero hoy no hay nada, ni los políticos se han acercado. No sabemos si vamos a votar ni por quién”, señaló Salomón Lara.
Explotan necesidad de la gente
Entre otros temas, señalaron que la hoja de palma, su única actividad económica, es mal comprada, ya que quienes la adquieren la compran en ocho pesos el tejido de aproximadamente un metro.
Un habitante de Quetzalcoatlán produce al día tres tejidos de palma, es decir que diariamente ganan 24 pesos, dinero que es ahorrado para que semana a semana la policía estatal les haga algunas compras debido a que ellos no pueden salir del pueblo.
“Pues nos las compran muy barato, pero tenemos la necesidad de comer todos los días”, señalan los pobladores.(bajopalabra.com.mx).

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