COLUMNA

COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGANISTA
47 ANIVERSARIO LUCTUOSO DEL PROFESOR CARITINO MALDONADO PÉREZ
Este día 17 de abril de 2018, se cumplen 47 años del accidente aéreo en que perdieran la vida, en un accidente de aviación, los representantes de los tres Poderes del Estado de Guerreo:
El profesor Caritino Maldonado Pérez, gobernador del estado de Guerrero, el profesor Federico Encarnación Astudillo, Presidente del Congreso del Estado y el licenciado Carlos F. Urióstegui Ocampo, presidente del Tribunal Superior de Justicia, y el piloto del helicóptero, el capitán Héctor Humana.
De acuerdo a los datos que se dieron a conocer sobre el fatal accidente se desprende que los representantes de los poderes de Guerrero asistieron a Ciudad Altamirano a una reunión regional que presidió el presidente Luis Echeverría Álvarez y donde estuvieron gobernadores de otros estados, entre ellos el del estado de México, Carlos Han
k González.
Se comentó que el profesor Caritino Maldonado tenía prisa por trasladarse a Chilpancingo. El gobernador Hank González le proporcionó los servicios de su helicóptero a bordo del cual venían los tres personajes más importantes de Guerrero en la nave piloteada por el capitán piloto aviador Héctor Humana.
Era el atardecer del día sábado 17 de abril de 1971. La nave voló de la antigua Pungarabato (Ciudad Altamirano) a Chilpancingo, pero al llegar a la altura del poblado El Miraval, municipio de Zumpango del Río, “algo sucedió” al helicóptero que cayó en un barranco de esos parajes en tanto que en Chilpancingo sobrevino una inquietud ya que de Ciudad Altamiano se reportó que la nave había despegado con los ocupantes citados a bordo.
En esa tarde, quien esto escribe, se encontraba trabajando en la cabina de la estación de radio XEUQ, Radio Zihuatanejo hasta donde llegó el capitán piloto aviador don Jorge Bustos Aldana, a la sazón presidente municipal de la ciudad y puerto y me pidió que pasara “al aire” un anuncio que ya llevaba escrito, pidiendo a los habitantes de la costa y de la sierra que si tenían noticias de alguna nave aérea que hubiera aterrizado en algún lugar, la reportaran de inmediato a la presidencia municipal. El anuncio se estuvo repitiendo toda esa tarde sin respuesta alguna.
Temiendo que algo grave hubiera sucedido, platicamos con don Mario Morales Vallejo, administrador de la emisora quien dispuso que esa noche me trasladara a Chilpancingo para recabar información y por la mañana informara al auditorio acerca de lo que hubiera pasado.
Mientras tanto, al tenerse noticias de que la nave había caído en El Miraval, funcionarios del gobierno estatal y autoridades de la Procuraduría de Justicia, periodistas y amigos del gobernador se trasladaron a aquel lugar donde se confirmó el accidente y la muerte de los ocupantes del helicóptero.
Entre los personajes que fueron al Miraval se encontraba el licenciado Israel Nogueda Otero, en ese entonces presidente municipal de Acapulco y quien horas después fue designado por el Congreso del estado, con la obvia aprobación presidencial, como Gobernador Sustituto Constitucional del estado de Guerrero. Me tocó ser el único reportero que grabó la ceremonia donde se dio posesión al nuevo gobernador quien por los pleitos políticos que enfrentaba con el senador Rubén Figueroa Figueroa, no terminó su mandato como gobernador sustituto, relevándolo en el cargo el licenciado Xavier Olea Muñoz por espacio de tres meses. Se decía en esa época que Nogueda Otero pudo haber ido a la cárcel por problemas políticos.
Al paso del tiempo, logré platicar con don Cirilo Apátiga Castillo quien había sido chofer de don Caritino Maldonado Pérez. El nació el 7 de julio de 1925, en Chilpancingo y fue un señor muy querido y muy respetado. Lo que me platicó acerca del accidente, lo reproduzco a continuación:
-Don Cirilio, aquél día diecisiete de abril de mil novecientos setenta y uno, ¿usted estaba esperando al gobernador Caritino Maldonado Pérez en el aeropuerto?
“Yo estaba aquí en Chilpancingo. Me dijeron: vete a buscarlo, por ahí está tirado. Pasé Miraval, pasé muchos pueblitos así y no lo hallé”.
-El profesor Caritino con el Presidente del Congreso del Estado y el Presidente del Tribunal Superior de Justicia venían de Tierra Caliente en helicóptero, ¿eso, usted lo sabía?
“Sabía yo que venían, sí”.
-¿Había orden de que lo fuera usted a esperar al aeropuerto de Chilpancingo?
“No, porque aquí estaba un compadre de él que es de Taxco, don Rafael no me acuerdo de su apellido, y me dice: aquí quédate porque vamos a esperar al profesor, estábamos en la casa en Abasolo, donde era el hotel Reforma, que era la casa de Berber, donde están las oficinas de la universidad. Y ahí me quedé, y ya fue que vinieron a avisar que se había caído el helicóptero donde venía él. Vinieron unos de un pueblo, de El Miraval, vinieron a avisar que había caído en una barranca y ya me fui, y me pasé y no lo hallé, casi llegué a Filo de Caballos, me regresé y ya me dijo el señor del Miraval: El aparato ahí está tirado en una barranca, aquí luego. No, qué luego. Camina y camina y camina hasta que llegué”.
-¿A qué hora llegó usted allá?
“En la noche. Después fue mucha gente. Me fui y me fui y llegué por cierto a una bajada muy pendiente, y me iba agarrando de las ramas. Llegué y sí, ahí estaba tirado”.
-¿Ya había gente cuando usted llegó?
“No”.
-¿Usted llegó primero?
“Sí, me salí y vine a buscar gente y ya los llevé yo”.
-¿Qué es lo que vio primeramente ahí?
“A él, pues, y al de Tixtla”. (Al profesor Caritino Maldonado y a don Federico Encarnación Astudillo).
-¿Cómo estaban sus cuerpos?
“Se ve que cayeron vivos porque arañaban la arena en la barranca, cayeron en el agua en una barranca que tenía poco agua, y se ve que arañaban en la arena”.
-Entonces, ¿sus cuerpos no estaban incinerados, como se dijo?
“El del profesor sí estaba quemado, de aquí para abajo (don Cirilo señala la cintura, hacia abajo) y de aquí para acá (hacía el torax) se veía entero, la cara estaba muy hinchada, los demás también. Luego fui a traer gente al Miraval y llegaron. En una manta los amarraron y los empezaron a jalar con una reata, a todos los sacaron. El que se salvó fue el de la Policía Judicial, ese se salvó porque no se fue en el helicóptero, ese se vino por tierra”.
-¿Fue usted la primera persona que llegó al lugar donde cayó el helicóptero?
“Sí, llegué ahí bajando el cerro”.
-¿El automóvil Galaxi dónde lo dejó?
“No, no llevé el Galaxi, llevé una camioneta, una Dodge, que era del gobernador”.
-¿Cuándo regresó a la casa, qué le informó usted a doña Sofía ventura, la esposa del gobernador?
“Le dije que allá estaba tirado y que ya lo traían. Se soltó a llorar, sería como la una de la mañana cuando le informé. Se imagina lo que yo sentí, fue mi patrón y me quería mucho, lo sentí mucho, lloré en ese lugar, ahí en la barranca gritaba yo, gritaba que se había muerto. Nadie fue conmigo; me salí a traer gente y fue mucha gente de aquí de Chilpancingo”.
-¿Qué pasó después don Cirilo, cómo estuvo el cortejo fúnebre?
“Todo Chilpancingo fue, era muy grande el cortejo, era muy querido, vinieron de todos lados, de su tierra Tlalixtaquilla, de la montaña vino mucha gente. Se imagina lo que yo sentí, mucho dolor”.
-Y después, ¿qué pasó con el trabajo de chofer que usted desempeñaba?
“Lo dejé porque ya no quise trabajar ahí, doña Chofi no me quería dejar ir y le dije: no señora, voy a  buscar trabajo porque necesito trabajar, y ya, me salí. Anduve triste mucho tiempo, lo recordaba yo mucho, una gran pérdida”.

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